Llaman a madres a evitar que bebés nazcan con VIH
Desde este año, por disposición oficial, todos los hospitales públicos o en servicios de atención prenatal y parto pueden y deben estar en posibilidades de ofrecer la prueba rápida de VIH-sida a las mujeres embarazadas, pero la realidad es que no todos cuentan con este examen
TRATAMIENTO. Una mujer embarazada portadora del VIH-sida acude a consulta a la Clínica Condesa, dependiente de la Secretaría de Salud del Gobierno del DF (Foto: TANYA GUERRERO EL UNIVERSAL )
Ruth Rodríguez | El Universal
ruth.rodriguez@eluniversal.com.mx
Al celebrarse el Día Mundial de la Lucha Contra el Sida 2011, se calcula que este año cerrará con el nacimiento de poco menos de 100 niños que adquirieron el virus de inmunodeficiencia humana porque sus mamás, que padecen esta enfermedad, ignoraban que si se detecta y se trata a tiempo no se transmite.
Sin embargo, alrededor de mil 300 mujeres embarazadas encontraron una nueva esperanza para sus hijos por nacer, a pesar de ser portadoras del VIH-sida.
Desde este año, por disposición oficial, todos los hospitales públicos o en servicios de atención prenatal y parto pueden y deben estar en posibilidades de ofrecer la prueba rápida de VIH-sida a las mujeres embarazadas, pero la realidad es que no todos cuentan con este examen, asegura María Solís, integrante del Colectivo Sol, asociación civil que trabaja desde hace 30 años en nuestro país por ampliar y mejorar la respuesta nacional al VIH, a través de la prevención.
Este es el caso de Angélica, una mujer de 30 años que tiene cuatro meses de embarazo y a quien en la clínica del sector salud a la que acudió no le ofrecieron realizarse la prueba rápida para detectar el VIH.
Ella se enteró hace dos semanas que es portadora del virus, pero porque su esposo salió positivo cuando le realizaron el examen correspondiente, al presentar diversos síntomas que delataron la enfermedad.
Su principal preocupación son sus dos pequeñas hijas, una de ocho años de edad y la otra de seis, así como el bebé que viene en camino.
“Nunca —dice la joven— me pasó por la cabeza que yo tendría sida”.
Recuerda que a su esposo lo conoció hace tres años cuando él retornaba de Estados Unidos, adonde se fue a trabajar por muchos años y donde él se contagió del VIH.
“Él es mi segunda pareja. Mis hijas son producto de mi primer matrimonio, por lo que ellas están sanas”.
Angélica reconoce que cuando se enteró de su enfermedad le dio mucho miedo porque el bebé se podría contagiar, “pero el médico me informó que si llevo a cabo mi tratamiento (medicamentos antirretrovirales que controlan el virus) como se debe, mi bebé nacerá sano y libre del VIH”, dice.
Las autoridades de salud establecieron una meta: que para 2012 haya una cobertura universal en todo el sector salud, incluyendo los servicios de atención prenatal y de parto, de pruebas rápidas para detectar el VIH-sida en mujeres embarazadas.
Nuevas medidas
El IMSS y el ISSSTE no hacían este tipo de prueba rápida, y sólo la realizaban cuando la mujer embarazada cursaba con una infección como sífilis, por lo que ahora, asegura José Antonio Izazola Licea, responsable del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH-sida (Censida), es obligatorio para los prestadores de salud ofrecer esta prueba y aplicarla en el primero y último trimestres del embarazo.
A inicios del sexenio, señala, la prevalencia de cobertura de esta prueba era de 12% y para finales de 2011 se estará cerrando en 85%. La meta para 2012, agrega, es llegar a 90%.
El problema es que no todas las unidades médicas tienen esta prueba y no todas las mujeres embarazadas aceptan realizársela, reconoce Mauricio Hernández Ávila, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, quien asegura que para reducir la transmisión del VIH vía perinatal la mejor manera es llevar a cabo la prueba durante el embarazo.
La meta, afirma Izazola, es tener cero casos de niños con sida cuyas madres les hayan transmitido el virus durante la gestación.
“Las proyecciones para 2012 es reducir a 22 casos los niños nacidos con VIH vía perinatal, aunque esta cifra todavía es alta”, dice Izazola.
Para ello, el Censida ha iniciado una campaña de información para aminorar esta situación en medios de comunicación con diversos mensajes como: “Si estás embarazada, hazte la prueba del VIH”.
Incluso, la Secretaría de Salud compró un millón 301 mil 14 pruebas rápidas para VIH-sida destinadas a los hospitales federales y estatales durante este año. En lo que va de 2011, informa José Antonio Izazola Licea, responsable del Censida, se han aplicado 422 mil 600 pruebas.
En México, señala el funcionario, hay un estimado de mujeres embarazadas portadoras del VIH que es de 0.06% del total de casos, lo que equivale a que seis de cada 10 mil mujeres embarazadas son portadoras del VIH-sida.
Tanto el Seguro Social como el ISSSTE tienen una menor cobertura de estas pruebas rápidas, reconoce Izazola, en lo que coincide con María Solís, activista de Colectivo Sol, quien advierte que estas instituciones de salud no ofrecen a todas las mujeres embarazadas este examen porque no tienen suficientes pruebas.
Pero ya sea porque no se sienten en riesgo, por miedo, temor a la discriminación o falta de información, entre otros factores, la mayoría de mujeres embarazadas no se hacen la prueba del VIH, que puede ser la diferencia entre un bebé con una vida sana o uno que nazca con la enfermedad.
Enrique Segura, subdirector de Investigación Clínica del Instituto Nacional de Perinatología (INP), comenta que la mayoría de las mujeres embarazadas que acuden a este hospital de referencia no saben si son portadoras del VIH, y todavía hay un número importante de mujeres que no aceptan realizarse la prueba rápida, y entre los argumentos que dan es que no tienen ningún factor de riesgo para contraer la infección y por lo tanto no tiene por qué aplicársela; en otros casos, la mujer no tiene la voluntad de hacerse la prueba por el temor que implica que vayan a resultar positivas, “porque muchas veces son víctimas de discriminación o agresión y eso las hace que tengan temor de realizarse la prueba, a pesar de que tengan factores de riesgo para la infección”, dice.
María Solís, activista y portadora del virus, quien trabaja distribuyendo condones a amas de casa y estudiantes, justifica en cierta parte a las mujeres embarazadas que se niegan a realizarse la prueba rápida, porque de inmediato los médicos las regañan y las culpan de una enfermedad que les fue transmitida por su pareja.
“¿Cómo es posible que no te cuidarás, que no usaran el condón, cuando sabías que tu esposo te era infiel?”, son los reclamos que las embarazadas comienzan a escuchar del personal de salud, cuando deberían apoyarlas y darles consejería para que no sólo ellas se cuiden y tomen sus medicamentos, sino también su pareja, pues están de por medio los hijos, que se pueden quedar en la orfandad de no atenderse.
Los casos de VIH-sida en amas de casa están aumentando, dice, porque la mujer no tiene la cultura de cuidarse debido a que suele tener menos información sobre prevención y menos poder para evitar una relación sexual de riesgo, además de que cuando llega a los servicios de salud no le ofrecen la prueba rápida para detectar si es portadora o no del virus.
“Le puede tocar a cualquiera”
Ese es el caso de Angélica, quien nunca pensó en cuidarse porque tenía una pareja estable. Ahora que sabe que es portadora del VIH, recomienda a las mujeres protegerse en sus relaciones sexuales y no confiarse de que el VIH-sida le da sólo a determinados grupos poblacionales. “Le puede tocar a cualquiera”, asegura la mujer, quien dice que si su esposo no se hubiera sentido mal ella no se hubiera dado cuenta de que era portadora del VIH.
“Los médicos deberían decirnos de la existencia de esta prueba rápida, porque ellos no son los perjudicados, sino nosotras y nuestros hijos. Porque yo me he sentido bien, no tengo ningún síntoma, mi embarazo es normal y ni en cuenta que tenía VIH”, señala.
Cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en México revelan que en la actualidad 30% del total de casos de VIH que se registran en el país son de mujeres. Por cada mujer que vive con el virus hay 4.5 hombres, pero en algunos estados, como en Chiapas, la relación baja a 2.5 hombres por cada mujer.
El subdirector de Investigación Clínica del INP comenta que cuando una mujer embarazada llega a consulta se le ofrece la prueba rápida de VIH-sida, que es voluntaria y los resultados se entrega de manera confidencial.
Se le explica que mientras más temprano se diagnostique esta enfermedad evitará o disminuirá el riesgo de transmisión del VIH al feto.
Asimismo, aclara que esta prueba rápida es un tamizaje cuyo resultado se tiene que corroborar con la realización de otras dos pruebas más de laboratorio. Cuando a la mujer embarazada se le diagnostica el VIH, tiene que tomar antirretrovirales a partir del segundo y tercer trimestres del embarazo.
Enrique Segura explica que durante el parto o cesárea se le administra a la mujer embarazada tratamientos antirretrovirales para evitar que el bebé tenga contagio, y posteriormente cuando el niño nace a éste se le dan también antirretrovirales por una semana o un mes, dependiendo el caso.
Asimismo, aclara que por mucho tiempo se ha recomendado cesárea en embarazadas seropositivas, “porque el parto natural expone al bebé a las secreciones y a la sangre que se produce, lo que puede derivar en un mayor riesgo de infección al producto".
A los tres meses de nacido ese bebé, considera el especialista del INP, se puede saber si tiene o no sida. “En las primeras 48 horas se puede tener el diagnóstico. A veces da negativo, pero después de los tres meses cambia este resultado. A los seis meses se hacen pruebas confirmatorias”, detalla.
¿Cuántos niños nacen con VIH?
Afortunadamente la tasa es baja, pues en la actualidad se considera que menos de 1% de todos los niños que nacen en el país adquieren la infección.
A nivel nacional, según datos de Censida, entre 2010 y 2011 nacieron poco más de 100 niños con el virus.
Desafortunadamente, dice Enrique Segura, la mayoría de las infecciones en niños es por la transmisión de la madre al bebé, pues ya son muy pocos los pequeños que se infectan por transfusión sanguínea, abuso sexual o por el uso de drogas intravenosas.
Desde su experiencia, una paciente que está bien controlada, que recibe el tratamiento adecuado y que se cuida puede llegar a tener un embarazo perfectamente normal y tener un hijo sin mayores complicaciones.
El problema, sostiene, es con las mujeres que no tienen un seguimiento apropiado y que no reciben tratamiento adecuado, por lo que pueden tener algunas complicaciones, “porque hay mujeres que pueden desarrollar infecciones oportunistas que desencadenan un parto prematuro, abortos y, lo más grave, que es la transmisión del virus al feto”, subraya.
El subdirector de Investigación Clínica del Instituto Nacional de Perinatología de la Secretaría de Salud advierte que en las mujeres que no se saben contagiadas y en las que no se tiene el diagnóstico pueden llegar a tener complicaciones en el embarazo por la infección y básicamente pueden presentar descompensaciones por infecciones agregadas y pueden sufrir abortos o embarazos prematuros.
En algunas de ellas, comenta, se hace el diagnóstico por el bebé, “porque son niños que también desarrollan cuadros infecciosos frecuentes, y se les busca la infección y resulta que son seropositivos, y hasta entonces se le hace la prueba a la mamá, pero ya demasiado tarde porque ya no se les puede tratar preventivamente para que el bebé naciera sano”, comenta Segura.
Prácticamente en 100% de los casos se puede evitar que un niño cuya madre es portadora del VIH nazca infectado, asegura el especialista.
“Los niños que se nos están infectando en la actualidad es porque no recibieron el tratamiento adecuado las madres o porque abandonaron el tratamiento y su seguimiento. La gran mayoría de las madres tratadas tiene niños sanos”, asegura.
Para las organizaciones civiles, hay barreras que vencer en torno a la transmisión del VIH-sida de la madre al hijo, entre ellas que haya suficientes pruebas rápidas en los hospitales, que los médicos la ofrezcan y que la mujer embarazada la demande y la acepte.
En esto coincide José Antonio Izazola, responsable de Censida, quien reconoce que es inaceptable que al existir elementos científicos para detectar el VIH-sida sigan naciendo niños con el virus en el país, porque sus madres desconocían que son seropositivas.
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