miércoles, 14 de abril de 2010

PUNTO Y COMA

Punto y Coma

Mexicanos, primer lugar en obesidad
A consumir refrescos nadie nos gana
Prohíben alimento chatarra en escuelas

Los mexicanos nunca hemos podido ocupar un primer lugar en el mundo como futbolistas, pero si tenemos el orgullo de ocupar un primer lugar en obesidad, en el consumo de alimento chatarra y refrescos de todas marcas, colores y sabores, porque una comida sin refresco no es comida y en el caso de los niños, cuanto están gorditos, el comentario es en el sentido de que el “niño esta bien sanito, esta gordito”, cuando en verdad se trata de un problema grave de salud, como la diabetes infantil o a temprana edad.

Muchas madres o padres de familia ni siquiera se levantan a despedir al chamaco lagañoso que sale de la casa con rumbo a la escuela; es más ni les preocupa si realmente asiste a clases o se va de pinta; pero de asistir a las aulas, el menor se alimenta a base de frituras y refrescos que no representa ningún nutriente para el buen desarrollo de la criatura.

La cámara de diputados acaba de aprobar una ley para regular la venta de alimentos en las escuelas; es decir, fuera todas las frituras y refrescos y además los estudiantes deben tener media hora de ejercicio, como parte de su formación y de la cultura y cuidado a la salud, lo cual se considera importante; nada más falta que esa ley se haga cumplir.

Mexicanos gastan al año 193 mil millones de pesos en refrescos. La Comisión de Salud de la Cámara de Diputados revela que las 230 plantas embotelladoras del país comercializan 300 millones de cajas al año con un valor aproximado superior a los 193 mil millones de pesos, más claro ni el agua, de que en eso somos un primerísimo lugar; “pero por favor me un refresco, de cualquier color, de preferencia negro”.

En medio de los planes emergentes de combate a la obesidad infantil, en México el consumo de refrescos creció 60 por ciento, situación que se agudiza en zonas de pobreza en el país, de acuerdo a las estadísticas oficiales.

“Según estimaciones de Euromonitor Internacional, en 2008 los mexicanos erogaron cerca de 186 mil millones de pesos en la compra de refrescos. La misma consultoría proyecta que para 2013, de continuar los estándares actuales, los mexicanos gastarán en bebidas carbonatadas 238 mil millones de pesos” y lógicamente aumentará el número de personas obesas con sus respectivas consecuencias.

El país se ha convertido en un paraíso de empresas procesadoras de alimentos y bebidas de bajo o nulo valor alimenticio. “México ocupa el primer lugar mundial en consumo per cápita de refrescos y el segundo en importancia en ventas después de EU”, señala un punto de acuerdo turnado a las comisiones unidas de Salud y Educación, de acuerdo a información difundida por los medios nacionales.

“Se detalla que con base en datos del Centro de Investigación de Nutrición y Salud, el creciente consumo de refrescos y bebidas endulzadas está condenando a niños a engrosar las filas de obesos, diabéticos e hipertensos y propone limitar la publicidad para estos productos”.

Todo ello se complica más cuando en el hogar los adultos están muy ocupados, son irresponsables o sencillamente se van por lo fácil; pues en lugar de preparar un refresco a base de fruta fresca, con su dulce natural, mandan a comprar el refrescote de dos y medio litros y que sabroso.

“Se busca presionar para que el gobierno federal cumpla a cabalidad con el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, Estrategia para el Sobrepeso y la Obesidad, firmado el 25 de enero pasado, el cual establece, entre otros puntos, proveer a las escuelas de agua potable, aplicar campañas informativas y de supervisión de la alimentación de los escolares, y la obligatoriedad en la práctica de ejercicio físico”.

El texto legislativo señala que “en México el acceso al agua simple potable es limitado, por lo tanto es necesario desarrollar una estrategia para asegurar su disponibilidad y consumo como primera alternativa de hidratación, lo cual contribuirá a que la población mantenga un peso corporal adecuado en el contexto de una vida saludable”.

Las anteriores estrategias son buenas –indudablemente- lo difícil es cambiar, los hábitos alimenticios, de vida y las costumbres, que han convertido en leyes de tontos, y tanto en las escuelas como en los hogares el consumo de refrescos y frituras, no podrá eliminarse tan rápido, porque la gente se va por la libre, por lo mas sencillo aunque de antemano saben que están ocasionado un problema de salud pública….Por hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hotmail.com, hasta pronto y gracias por el refresco.

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