A mí me alegra mucho empezar esta semana
viniendo a la escuela para poner en marcha la Prueba ENLACE 2012, porque es,
queridos amigos, nuestra principal herramienta para evaluar la enseñanza que
reciben los alumnos de educación básica en todo México.
Ayer,
que estaba con mis hijos y estaban revisando algunos materiales para hacer hoy,
también, su Prueba ENLACE, les decía lo que les digo a ustedes y lo que les he
dicho siempre.
La
Prueba ENLACE, más que ser una evaluación, una prueba para evaluar a los
alumnos, es una prueba para evaluarnos a nosotros, a las maestras, a los
maestros y al Gobierno; para saber cuánto hemos avanzado, cuánto hemos cumplido
o no en nuestro deber de enseñarle más y mejor a los niños de México.
Y, por
eso, saludo con mucho aprecio a los directivos, a los maestros, a los padres de
familia y a los alumnos y alumnas que hoy nos acompañan.
En
especial, le agradezco al Director de este plantel; a la comunidad educativa,
su amable invitación. Es un honor para mí estar hoy con ustedes.
Me
llena de orgullo que este examen se haya aplicado cada año de esta
Administración, que se haya aplicado en las escuelas primarias y secundarias de
prácticamente todo el país.
Y lo
celebro porque se trata de un instrumento que no sólo mide el conocimiento de
los alumnos, sino que, también, evalúa los programas de estudio, la eficacia de
los maestros, el desempeño de las escuelas y la labor de las autoridades
educativas, tanto Federales, como estatales.
Creo
firmemente que la evaluación educativa y, en particular, la Prueba ENLACE es
una de las nuevas fortalezas del Sistema Educativo Nacional. De hecho, México
es el único país que evalúa cada año a todos sus alumnos, a todos, de tercero a
sexto de primaria, y de primero a tercero de secundaria.
Y los
resultados que obtenemos los utilizamos para actualizar los planes y programas
de estudio. Para ver, como decía el Director, de lo que está bien hecho,
seguirlo haciendo cada vez mejor; y de lo que no está tan bien hecho, mejorarlo
cada año.
Por
eso, la Prueba ENLACE, también, nos permite concentrarnos en mejorar los planes
de actualización de los maestros. Vamos a suponer que ahora que se hace la
prueba de ciencias, o la de matemáticas, que
se hace varios años ya, en algún nivel escolar no sale bien la prueba, eso
quiere decir que tenemos que modificar de alguna manera nuestros planes,
revisar los libros de texto, ver el material, por ejemplo, que nos permita que
se mejore el aprendizaje de matemáticas o de ciencias, según sea el caso, en
todo el país.
Y como
ustedes saben, la mamá, el papá, puede verificar cómo está su hijo respecto de
su salón, cómo está el salón de su hijo respecto de otros salones de esa
escuela y cómo está esa escuela respecto de otras escuelas de esa población, de
esa ciudad, de esa delegación o de todo el país.
Ustedes
niñas, niños, pregúntenle a sus papás, o ustedes lo han visto, seguramente, la
carta que les llega a su casa y ahí vienen unos cuadritos donde se ve cómo
salieron ustedes respecto de su grupo. Si están arriba, si están abajo o si
están más o menos en el promedio; pero también, cómo sale su grupo respecto de
su escuela y cómo sale su grupo y su escuela respecto de otras escuelas,
prácticamente, de todo México. Y así sabemos cómo vamos. Es una prueba muy
valiosa para todos.
La Prueba ENLACE 2012 significa un paso adelante en la evaluación
educativa nacional. Este año tiene otras características que quiero destacar.
Primero. Va a llegar a más alumnos y a más escuelas que nunca. Tenemos previsto
aplicar el examen a 15 millones 700 mil estudiantes de más de 130 mil planteles
públicos y privados, o sea, 10 por ciento más alumnos, 5 por ciento más
escuelas que el año pasado.
Dos.
Decía yo, que además de matemáticas y español, que son fundamentales para tener
éxito en la vida, se incluirá la materia de ciencias en la evaluación este año.
Esta es
la segunda vez que se incorpora esta materia en el examen, porque es una de las
disciplinas medulares para que nuestro país pueda aumentar sus niveles de
bienestar y amplíe sus oportunidades de progreso.
Es,
quizás, estas tres materias: español, matemáticas y ciencias, van a ser de las
más valiosas para ustedes en la vida; desde luego, historia, por supuesto, pero
estas tres en particular les van a servir para que de grandes puedan, por
ejemplo, o tener un mejor empleo, o servir mejor a la Patria, dondequiera que
estén.
En esta
era del conocimiento, sobre todo, en el Siglo XXI, las ciencias son uno de los
referentes de evaluación a escala global, y uno de los ejes para construir una
Nación de vanguardia y de gran desarrollo humano en nuestro país.
Tercera. Será la prueba. Son uno de los exámenes más vigilados, y yo prefiero
decir de los mejor supervisados de la historia.
Por
qué.
Porque
las autoridades Federales y estatales hemos invitado a miles de observadores
externos para que supervisen la aplicación de la prueba. Entre los observadores
habrá integrantes de los Consejos Escolares de Participación Social, que son,
básicamente, los papás y las mamás de las escuelas y otros representantes de la
sociedad civil.
Quiero
agradecerle muchísimo a los padres y madres de familia de esta República de
Costa Rica, esta escuela, señoras, por su colaboración, por su entrega y su
generosidad, por el tiempo que nos dan a todos, en la supervisión de la Prueba
ENLACE.
Cuarto.
Se aplicarán nuevos métodos científicos para que los resultados de la
evaluación sean cada vez más confiables, más eficaces, más útiles para mejorar
la calidad de la enseñanza. Vaya, queremos examinar mejor los resultados. No
nada más irnos por los números, sino saber qué pasó en cada caso.
Y por
eso, en el último año, un grupo de expertos ha creado nuevos modelos técnicos
que nos permiten interpretar los resultados en profundidad, para conocer, con
mayor precisión, las fortalezas y las debilidades del Sistema Educativo
Nacional.
Y
cinco. Los resultados de este examen serán tomados en cuenta, también, para
estimular económicamente a las maestras y a los maestros, y a las escuelas que
obtengan las mejores calificaciones.
Esto es
algo nuevo, también, en este sexenio. Como decía el profesor Juan Díaz, hemos
hecho cosas buenas y cosas importantes entre maestros y Gobierno, este sexenio.
Hemos
hecho, los seis años seguidos, la Prueba ENLACE. Hemos hecho los concursos de
oposición para que la plaza de maestro que se desocupe la ocupe la maestra o el
maestro que más sepa y que haya ganado el concurso; no el que diga el
sindicato, no el que diga el Gobierno, el que más sepa. Y, ojalá, esto se
aplique en todo el país, no nada más en el ámbito Federal y en muchos estados,
sino en todos.
Tercero. Hemos hecho, precisamente, la modificación de Carrera Magisterial que
nos permite, precisamente, que el avance de ingresos del maestro y el avance en
su carrera profesional, también, tenga que ver, sobre todo, con el desempeño,
el mejor desempeño que deja en su grupo.
Y
cuarto. Hemos hecho esto, que es premiar a las escuelas y a los maestros, sobre
todo, que avancen más con sus alumnos; por ejemplo, si el año pasado tuvieron,
el 20 por ciento de sus alumnos estuvieron entre bueno y excelente, si este año
ese maestro lleva a sus alumnos a 40 que quedan entre bueno y excelente, ese
maestro va a recibir más dinero, digámoslo con todas sus letras; un ingreso
adicional, pequeño, si se quiere, pero es la primera vez que en México estamos
estimulando la calidad educativa a través de incentivos económicos a los
maestros.
Y hemos
mejorado la infraestructura escolar en prácticamente casi 50 mil escuelas,
déjenme dejarlo en más de 40 mil escuelas, donde hemos reparado la barda
perimetral, la canasta de básquetbol, los vidrios de tercero y de cuarto que
tenían ahí un balonazo desde hace varios años. En fin.
Entonces, amigos, estamos trabajando fuerte por la calidad educativa.
Debo
decirles que, como Presidente de la República, como ciudadano mexicano y como
padre de familia, respaldo absolutamente y con firmeza la realización de la
Prueba ENLACE, porque estoy convencido que es uno de los principales elementos
que estimulan el elevar la calidad educativa del país y nos permiten saber cómo
vamos.
Yo
reitero que, sin evaluación, no habrá calidad educativa en México.
Desde
que se empezó a aplicar este examen, en 2006, hay que decirlo, también, año
tras año hemos mejorado; algunas mejoras, incluso, verdaderamente contundentes,
a mi juicio.
Por
ejemplo, vean estos datos. El porcentaje de alumnos de primaria que estaban en
niveles de bueno y excelente en matemáticas, al principio era del 17 por
ciento, en 2006; hoy ha pasado al 37 por ciento. Es decir, más del doble de los
alumnos de primaria, más del doble están entre bueno y excelente; pasamos de
17, 17.6 para ser exacto, a 37 por ciento. Si se hubiera duplicado, hubiera
sido, más o menos, 35 por ciento. Más que se duplicó.
Es más,
rebasamos la meta. Estábamos en 17.6, nos propusimos aumentar 10 puntos, a
27.5, y rebasamos la meta en 2008. Hoy estamos en 37, entre bueno y excelente
de matemáticas en primaria. A mí me parece muy bueno este dato.
Qué ha
pasado en español en primaria.
Igual,
con niveles de bueno y excelente estaba en 21.3 en el año 2006, la meta era
29.9, casi 30; queríamos pasar de 21 a casi 30 entre bueno y excelente. Pero no
sólo llegamos a 30, en 2012 ya fue 40 por ciento; otra vez se duplicó el número
de alumnos de primaria entre bueno y excelente, rebasando la meta que nos
habíamos propuesto este año.
En
secundaría, también tenemos logros importantes, pero son todavía insuficientes,
y hay que decirlo. En los últimos seis años, los estudiantes de secundaria en
matemáticas con bueno y excelente pasaron de 4.2 a 15. Casi se triplica pero de
una base muy pequeña, lo cual nos habla de que tenemos mucho que hacer a nivel
secundaria.
Lo
mismo pasa en español, que se han registrado muchos altibajos, porque los
alumnos de bueno y excelente pasaron de 14.7 a 17. En fin.
Qué es
mi interpretación de esto, amigas y amigos.
Que la
Prueba ENLACE y la mejora en la calidad educativa está funcionando en primaria
con los alumnos, porque los niños están, digamos, ahí, empezando su formación.
Y en secundaria, también, está mejorando; pero los niños de secundaria traen de
alguna manera un rezago de años anteriores, en primaria. Eso nos lleva a que
tenemos que enfocarnos más en mejorar la calidad en secundaria y, también que
en la medida en que vengan estas nuevas generaciones de primaria entrando a
secundaria, se van a mejorar notablemente los niveles de calidad educativa.
Por
eso, tenemos que reforzar el esfuerzo en secundaria y mantener, precisamente,
los niveles de exigencia cada día mayores en todos los niveles de educación
básica.
La
evaluación, amigas y amigos, es básica; y no sólo la evaluación de los alumnos,
también, la evaluación de los maestros. Los directivos de las escuelas y las
autoridades del sector también tienen que ser evaluadas, porque esto es
fundamental para seguir avanzando en la transformación educativa que necesita
el país.
Es
fundamental esta evaluación de alumnos y de maestros para seguir impulsando el
bienestar y el progreso de la Patria. De ahí, el compromiso irrenunciable,
inquebrantable de mi Gobierno con la evaluación educativa.
Y por
eso, en materia de evaluación educativa, vamos a seguir adelante, por supuesto,
en beneficio de las niñas y los niños de México.
Se
trata de un proceso irreversible, porque de él depende la viabilidad de nuestro
futuro como Nación.
Gracias
al trabajo corresponsable de autoridades educativas, directivos de planteles,
el sindicato de maestros, los maestros, los alumnos, los padres de familia, las
organizaciones de la sociedad civil, hemos creado condiciones que no había para
que la calidad de la educación se convierta en una responsabilidad de todos,
que sea una auténtica política de Estado y que la formación de excelencia se
afiance como un bien público al servicio de los mexicanos.
Quiero,
amigas y amigos, finalmente, hacer algunas reflexiones.
Quiero,
primero, agradecerle a las maestras, a los maestros, al sindicato, a los padres
de familia y a todos los que sí están y estamos comprometidos, con la calidad educativa.
Hay quienes no, pero la gran mayoría de maestras y maestros en el país, sí
están comprometidos con la calidad educativa.
Y
respetamos, desde luego, a quienes discrepan de nuestro punto de vista. Pero no
estamos de acuerdo que se deje a las niñas o a los niños sin clase por defender
intereses de grupo o de partidos, o de ideologías.
Hemos
sido y seguiremos siendo tolerantes, muy tolerantes, pero no permitiremos que
se quebrante la ley, y menos que se quebrante la ley para atentar contra una
sola escuela, contra la educación, contra otras maestras u otros maestros y
menos, menos toleraremos que se atente contra el derecho de los niños a recibir
clases.
Por
eso, exhorto a los Gobernadores del país a llevar adelante con responsabilidad
su tarea como gobernantes, a llevar adelante con responsabilidad su tarea en la
calidad educativa y a asegurarse que los recursos públicos, que con tanto
sacrificio paga el pueblo de México y que van a la educación pública, se destinen,
precisamente, a educar y no a otros propósitos políticos o de grupo, por muy
respetables que sean.
A las
maestras y maestros comprometidos con la educación, los invito a seguir
adelante. Esta es una tarea histórica para México, que si logramos llevarla a
cabo con éxito, cambiará de raíz el destino de México como Nación.
Por eso, debemos seguir adelante y perseverar. Por eso, insisto que la
mayoría de maestras y maestros son responsables. Quienes son responsables de la
educación, quienes sí quieren educar, quienes sí van a la escuela todos los
días a dar clase, sigan adelante, y no permitan que quienes no lo son, quienes
no asumen su responsabilidad con la educación y su calidad, tomen el control de
la educación en nuestro país.
A los
padres de familia, en primer lugar, quiero agradecerles su respaldo y su
responsabilidad. A
doña Consuelo Mendoza, de la Unión Nacional de Padres de Familia; a don
Leopoldo García, de la Asociación Nacional de Padres de Familia; y a todos sus
agremiados; y a todas las mamás y a los papás de México.
Yo
quiero invitar a los padres de familia de todo México a que participen más
activa y decididamente en la educación de sus hijos, a que se incorporen de
lleno a los Consejos Escolares de Participación Social en la escuela donde
están sus hijos; a que se informen y participen, y hagan valer su voz, porque
los padres de familia son los más interesados en que haya clases en la escuela
y que la educación sea de calidad.
Nosotros, en el Gobierno Federal, estaremos, hasta el último día de mi mandato,
velando porque haya calidad educativa; velando porque cada quien cumpla su
responsabilidad y su tarea de enseñar a los niños, y enseñarlos con calidad;
velando porque no se use a los niños como una materia de negociación para
ningún propósito político o de cualquier índole.
Pero
quienes más están interesados son los padres de familia. Nosotros, los
gobernantes, terminamos nuestro encargo, como va a ser nuestro caso este año, y
nos iremos. Y no sabemos que podrá pasar después.
Pero
quienes se quedan, son los padres de familia, y se quedan los maestros. Y a los
padres de familia les pido, los invito, a que participen en la escuela de sus
hijos, a que nos exijan a todos, que nos exijan a los gobernantes, que le
exijan a los directores, a los maestros, a las maestras, que sus hijos reciban
la educación de calidad que merecen. Nunca desistan de este propósito.
El día
que los padres de familia participen decididamente en las escuelas de sus
hijos, México cambiará. Vengan a la escuela, al Consejo de Participación
Educativa; vengan para velar por la calidad de la educación de sus hijos.
Vengan para explorar las necesidades que tiene la escuela, de infraestructura
básica, y a exigirle al Gobierno responsable, en particular, los estatales
desde que se descentralizó la educación y, también, al Federal, que repare la
infraestructura que necesite repararse.
Vengan
a los Consejos Educativos de Participación Social para que no haya violencia en
las escuelas, para que no haya en esta Escuela República de Costa Rica, ni en
ninguna del país, para que no haya armas, para que no haya drogas, para que no
haya pandillas, para que no haya violencia en los salones o en los grupos, el
llamado bullying que sufren muchos, miles de alumnos en México.
Y,
también, padres de familia, incorpórense a la escuela en los Consejo Educativos
de Participación Social, para exigirnos a todos, insisto, al Gobierno y a los
maestros, que cumplamos.
Que no se deje a las niñas y a los niños sin clases por capricho de nadie;
que no se use el derecho de los niños a aprender por pretensiones salariales,
laborales, sindicales, políticas, ideológicas o de ninguna índole. Ya estuvo
bueno de eso.
Nosotros, en el ámbito de nuestra competencia Federal, seguiremos haciendo todo
lo que esté a nuestro alcance. A los gobernadores, les pido que hagan lo
propio.
Y a los
padres de familia, que son los que se quedan aquí, con sus hijos, que todos
impulsemos que México cambie en eso; que nuestros hijos puedan ir a clase,
recibir la educación de calidad que merecen, y en la escuela, en la escuela
pública haya verdaderamente la semilla de prosperidad que queremos para ellos;
y que la educación que reciban hoy, sea la garantía de que tendrán mejores
condiciones de vida social, económica y política que la que nosotros recibimos.
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� a todas las mamás y a los papás de México.
Yo quiero invitar a los padres de familia de todo México a que participen más activa y decididamente en la educación de sus hijos, a que se incorporen de lleno a los Consejos Escolares de Participación Social en la escuela donde están sus hijos; a que se informen y participen, y hagan valer su voz, porque los padres de familia son los más interesados en que haya clases en la escuela y que la educación sea de calidad.
Nosotros, en el Gobierno Federal, estaremos, hasta el último día de mi mandato, velando porque haya calidad educativa; velando porque cada quien cumpla su responsabilidad y su tarea de enseñar a los niños, y enseñarlos con calidad; velando porque no se use a los niños como una materia de negociación para ningún propósito político o de cualquier índole.
Pero quienes más están interesados son los padres de familia. Nosotros, los gobernantes, terminamos nuestro encargo, como va a ser nuestro caso este año, y nos iremos. Y no sabemos que podrá pasar después.
Pero quienes se quedan, son los padres de familia, y se quedan los maestros. Y a los padres de familia les pido, los invito, a que participen en la escuela de sus hijos, a que nos exijan a todos, que nos exijan a los gobernantes, que le exijan a los directores, a los maestros, a las maestras, que sus hijos reciban la educación de calidad que merecen. Nunca desistan de este propósito.
El día que los padres de familia participen decididamente en las escuelas de sus hijos, México cambiará. Vengan a la escuela, al Consejo de Participación Educativa; vengan para velar por la calidad de la educación de sus hijos. Vengan para explorar las necesidades que tiene la escuela, de infraestructura básica, y a exigirle al Gobierno responsable, en particular, los estatales desde que se descentralizó la educación y, también, al Federal, que repare la infraestructura que necesite repararse.
Vengan a los Consejos Educativos de Participación Social para que no haya violencia en las escuelas, para que no haya en esta Escuela República de Costa Rica, ni en ninguna del país, para que no haya armas, para que no haya drogas, para que no haya pandillas, para que no haya violencia en los salones o en los grupos, el llamado bullying que sufren muchos, miles de alumnos en México.
Y, también, padres de familia, incorpórense a la escuela en los Consejo Educativos de Participación Social, para exigirnos a todos, insisto, al Gobierno y a los maestros, que cumplamos.
Que no se deje a las niñas y a los niños sin clases por capricho de nadie; que no se use el derecho de los niños a aprender por pretensiones salariales, laborales, sindicales, políticas, ideológicas o de ninguna índole. Ya estuvo bueno de eso.
Nosotros, en el ámbito de nuestra competencia Federal, seguiremos haciendo todo lo que esté a nuestro alcance. A los gobernadores, les pido que hagan lo propio.
Y a los padres de familia, que son los que se quedan aquí, con sus hijos, que todos impulsemos que México cambie en eso; que nuestros hijos puedan ir a clase, recibir la educación de calidad que merecen, y en la escuela, en la escuela pública haya verdaderamente la semilla de prosperidad que queremos para ellos; y que la educación que reciban hoy, sea la garantía de que tendrán mejores condiciones de vida social, económica y política que la que nosotros recibimos.
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