sábado, 19 de marzo de 2011

COLORES QUE VUELAN: DANZA, MUSICA Y PINTURA DE CUMBRE TAJIN PARA EL MUNDO


Colores que vuelan: danza, música y pintura de Cumbre Tajín para el mundo

• Sonidos y tonos del Patrimonio Cultural de México recorren el Parque Takilhsukut.
• (Miramos) / la Tierra / (veo) / el Espíritu, exposición de creadores que muestra la diversidad.

En el marco de la décima segunda edición de Cumbre Tajín, Festival de la Identidad, el Parque Takilhsukut reúne artistas de todas las disciplinas, originarios de la región, de México y de más de sesenta países, generando un diálogo cultural sin precedente que contribuye a la revitalización de la identidad indígena y a la difusión de las tradiciones ancestrales. Éstos son mínimos trazos de lo que ocurre.

Al recorrer el Parque, atrae el colorido de los trajes de los danzantes. Desde las 11:00 horas, Niños Voladores del Centro de las Artes Indígenas (CAI) celebran la ceremonia en el árbol de la Casa de las Danzas Tradicionales y dan la bienvenida a los Voladores de la región y del territorio nacional, invitados a revivir el legado indígena en esta reunión del Patrimonio Cultural de México.

En este nicho se realiza la exposición Entre vientos, con trajes y fotografías de la Ceremonia Ritual de Voladores. El significado de este rito sagrado se torna evidente para los visitantes. La sabiduría de los Abuelos y el amor por la tradición vibran en este espacio. Si se acude a la exposición, justo cuando inicia la ceremonia, pueden vivirse de cerca los rezos y sones de piso que los danzantes ofrendan para pedir permiso antes de subir al palo volador.

Mientras levantan el vuelo los niños en la Casa de las Danzas y los mayores en la Plaza del Volador, alternativamente, Toreadores de Mecatlán rondan y alegran el Parque Takilhsukut, seguidos por Tejoneros y bandas de música. Se escucha el Son Jarocho mientras un grupo de Guaguas se prepara para danzar sones de piso y subir a la cruceta. Penachos circulares, sonajas y zapatos al ritmo de la flauta y el tambor; la tradición se reviste con música y color.

En otra tarima, se baila la Boda Totonaca, y el son Huasteco suena cerca del Nicho de la Tierra, donde otra exposición revela la magia cotidiana de este pueblo de artistas: (Miramos) / la Tierra / (veo) / el Espíritu.

Telésforo Hernández y Teodoro Cano exponen al óleo la vida diaria en el Totonacapan: cosecha, metate, cocina y alfarería tradicionales. Destaca en Cano el paso de la monocromía al contraste entre blanco y negro con detalles en color. Acompañan la muestra las jícaras esgrafiadas de Miguel Ángel Bautista, con motivos de la naturaleza de la región, y los tenis Converse del proyecto “Pintando pasos”, transformados en obras pictóricas por el colectivo Grabadores Mixtecos Unidos, A.C.
De vuelta al color y la danza, Arturo Tempa muestra, con técnicas mixtas sobre tela, los símbolos de este arte transmitido generacionalmente: Negros, Pilatos, Moros y Cristianos y un Santiaguito protagonizan su obra. Pepe Martínez complementa el cuadro con los niños del Totonacapan: Voladores, guerreros águila… Los Hijos del Sol aparecen en colores vibrantes al centro de la tradición.

En el Nicho de la Universidad Veracruzana, Pedro Trueba muestra La magia del Tajín. En acrílico sobre tela y técnicas mixtas, la obra expresionista de este artista plástico de Minatitlán brinda visiones nocturnas de la Ciudad Sagrada, iluminada por la “Tradición” y el “Orgullo” de las danzas Totonacas, con el “Folklore” como protagonista.

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