jueves, 31 de marzo de 2011

PUNTO Y COMA

Punto y Coma

No existe la cultura de la prevención,
Tampoco hay cumplimiento de la ley;
Nos vale y después lo lamentamos.

Por Luis González Romero

La filosofía de nuestros ancestros, de nuestros antepasados, de nuestros viejos sigue vigente aquí y en China, y ellos decían que “vale más prevenir que lamentar”; pero a pesar de tantas generaciones que se van y las que vienen seguimos montados en la mula y no queremos entender el valor, la importancia de la prevención por más que nos lo repiten a cada rato y por todos los medios y, cuando nos damos cuenta que es más importante prevenir, es porque ya estamos lamentando lo que nos ha sucedido y es cuando tratamos de remediar las cosas y nos acordamos de que si hubiéramos hecho caso a las medidas de prevención no tendríamos nada que lamentar.

Al Director Estatal del DIF se le preguntó sobre la Ley de Protección para los discapacitados, y su respuesta fue en el sentido de que en estos es más importante el respeto que por naturaleza debe existe entre los ciudadanos, e incluso de las autoridades que tienen la obligación de adaptar rampas para que las personas discapacidad se m}puedan movilizar por las calles, subir o bajar de las banquetas, de los parque, de las áreas de recreación o de los edificios públicos a los que por necesidad tienen que acudir para realizar algunos trámites; pero resulta que no hay respeto, que los automovilistas estacionan sus carros precisamente en el lugar donde están las rampas, es decir les vale y la ley se la pasan por el arco de triunfo.

Lo anterior es tan solo una ejemplo, pero en las medidas de prevención no se acatan, no se obedecen y todos los días nos dicen “no tires el agua, no la desperdicias, el agua se está acabando” y lo mismo nos repiten que el calentamiento global nos está afectando y hasta acordaron la llamada “hora del planeta”, durante la cual solamente unos cuantos y en puntos lejanos apagaron las luces durante una hora; pero eso se hace una vez al año y después nadie se acuerda y aunque nos digan que hay que cuidar el agua, continuamos contaminado los ríos, lagunas, esteros y arroyos.

Seguimos derramando residuos peligrosos contaminantes que acaban con las especies de los ríos, de los arroyos y ríos que se van quedando muertos , sin vida y que en un tiempo no lejano esos cuerpos de agua se quedaran secos, en el estiaje y los pastos se secan, los mantos freáticos cada vez están más profundos; cada día tenemos menos agua y los glaciares se están derritiendo, lo que nos impacta aunque usted no lo crea, por la sencilla razón de que se pierde el equilibrio climático y por ello se nos presentan fenómenos naturales atípicos cuando menos se les espera, nos toman de sorpresa y como no hacemos caso a las medidas de prevención sufrimos las consecuencias.

Pero la prevención debiera estar en todas partes y en todas las personas, como en el caso de la salud, para lo que nos repiten, nos insisten que debemos vacunarnos, que la alimentación debe ser balanceada en proteínas y minerales, que hay que prevenir la diabetes, el cáncer cérvico uterino, el cáncer de mama; la osteoporosis, el cuidado de los riñones, el hígado, el colesterol, los triglicéridos, la ceguera, la hipertensión y tantas y tantas cosas de las que no hacemos caso y cuando las enfermedades diezman el organismo, cuando se apoderan del organismo y sentimos que nos están venciendo es cuando acudimos al México, quizá pensando que los doctores son entes que hacen milagros.

Que vienen altas temperaturas, que hay que evitar los incendios forestales, que no hay que exponerse a los rayos solares durante varias horas, que hay que tomar abundante agua (no refrescos) y que hay que estar atentos a los avisos de Protección Civil durante la temporada de huracanes, dizque para que no nos tomen de sorpresa y las recomendaciones de evacuación en las áreas o zonas de riesgo por las inundaciones, y que mediante la prevención es posible ponerse a salvo y guardar documentos importantes y proteger los muebles e instalaciones de la casa.

Pero no hacemos caso, la verdad nos vale y cuando ya tenemos el agua hasta el cuello, comenzamos a gritar, a pedir auxilio y nos acordamos hasta de la hija de la abuelita de los funcionarios que nos atienden, como si ellos fuesen los culpables de que nosotros no hagamos caso de las prevención para evitar las lamentaciones, pero como “nadie experimenta en cabeza ajena”, hasta que nos pasa, nos sucede es cuando nos damos cuenta que la prevención si puede ser la salvación…Por hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hotmail.com, hasta pronto y acuérdense que es mejor prevenir que lamentar.

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