EL TAJÍN.
Totonaco significa tres corazones viene de dos palabras tutu=tres y nacu= corazón. TAJIN viene de la palabra Tají en totonaco que significa trueno, pero no se tiene la seguridad si este era el nombre original o se lo pusieron los primeros habitantes de la zona.
La zona arqueológica de El Tajín constituye uno de los centros políticos y religiosos más importantes de cultura totonaca.
Entre los principales atributos de El Tajín están:
El control e influencia económica, política y cultural que mantuvo en el noreste de Mesoamrica (en parte de los actuales estados de Veracruz y Puebla).
Su ubicación estratégica es una de las rutas de comercio entre el Golfo de México y la región central del país. La Plaza del Arroyo se asocia con la actividad comercial.
El Juego de Pelota, al ser uno de los sitios con mayor número de canchas registradas (17 en total). Un caso ejemplar es el Juego de Pelota Sur.
Los nichos, probables representaciones de cuevas, asociadas con la entrada al inframundo. La mejor muestra es la Pirámide de los Nichos.
La greca escalonada o Xicalcoliuhqui, asociada al Dios Quetzalcoatl. Es fácil de identificar en la arquitectura y pintura pero su máxima expresión es el edificio de la Gran Xicalcoliuhqui.
Tajín es una ciudad prehispánica que abarca una extensión de 1221 hectáreas en una zona selvática y lluviosa.
Algunos de los principales elementos arquitectónicos utilizados son el nicho, grecas, cornisa y talud.
PIRÁMIDE DE LOS NICHOS
Este edificio consta de siete cuerpos, cada uno acordonado por nichos que en total suman 365 lo que, a su vez, coinciden con el número de días del año solar. Según indican argumentos urbanísticos fue uno de los edificios que se construyó al último, por lo que se creó un espacio artificial al frente.
El sistema constructivo del edificio consiste en un núcleo desde el que arranca cada cuerpo de la base, en su interior hay un tiro de 14m de longitud. Este edificio debe su existencia a una razón político religiosa muy fuerte y por tales motivos ha sido el único que ha perdurado los siglos sin derrumbarse totalmente. Al mismo tiempo manifiesta el esplendor del asentamiento prehispánico, quizá durante el reinado de 13 Conejo, gobernante conocido por los relieves de El Tajín.
Con sus finas líneas y sus elegantes tallas, sus cornisas voladas y sus nichos
empotrados, 365 si se cuentan los que están bajo la escalera, el gran templo virtualmente demanda atención y reverencia aún ahora. En la antigüedad estaba cubierto con una gruesa capa de estuco pintado, el pigmento era muy importante en ese entonces, el policromado exterior era predominantemente rojo brillante y los nichos ennegrecidos, las balaustradas de la escalera decoradas con un diseño escalonado pudieran ser azules, era una arquitectura
sorprendente tanto en el color como en la piedra. El templo de los nichos como
es conocido tiene muchas cosas que lo ponen en una categoría aparte, en la
base de la estructura hay una serie de grandes bloques de piedra con hoyos que alguna vez soportaron mástiles para la decoración ceremonial.
LEYENDA TOTONACA DE LOS VOLADORES.
Sucedió en una fiesta ritual del Totonacapan, trascurridos cuatro días los voladores iniciaron el ascenso al palo volador, la flauta y el tambor sonaron, invocaban a los cuatro puntos cardinales, mientras ellos giraban y se concentraban en ejecutar su danza, de pronto, el cuadro y los mecates se separaron del palo volador y los danzantes se perdieron en el cielo sin dejar de girar. Todos en el pueblo quedaron desconcertados y se reunieron en torno al palo para decidir qué hacer, un hombre mayor propuso derribar el palo pues creía que los danzantes desparecidos ya nunca volverían.
Cuatro días después se oyó la flauta y después el tambor, los voladores aparecieron de nuevo en el horizonte ante el asombro de la gente, pero el palo ya no estaba en su sitio y no tenían forma de bajar, así que se perdieron de nuevo entre las nubes para no aparecer nunca más. Los habitantes del pueblo estaban desconsolados pues perdieron la oportunidad de conocer, a través de los danzantes, el designio de la divinidad solar.
Los totonacas esperan que algún día los voladores se vuelvan a elevar al sol
y conocer el mensaje divino.
CORTE Y ARRASTE DEL PALO VOLADOR, CEREMONIA SAGRADA DEL PUEBLO TOTONACO.
La fecha del vuelo. Tradicionalmente la danza no se realiza en cualquier momento sino en fechas establecidas por el calendario ritual.
Selección del árbol. En un recorrido por los montes del a región, se selecciona al árbol que reúna las características necesarias para la danza. Posteriormente se ofrenda incienso, aguardiente, tabaco, velas, comida, música y los danzantes ejecutan el son del perdón para solicitar al Kiwi Qolo (dueño del monte) permiso para cortar el árbol con el compromiso de que algún día también los seres humanos abonemos la tierra.
Corte del árbol. En un nuevo día, según la tradición, se inicia el corte del árbol por parte del Caporal del grupo, iniciando con los hachazos al oriente y continuando según la orientación de los puntos cardinales.
Arrastre. Para trasladar el palo del centro de la comunidad, se requiere de toda la fuerza de sus habitantes, además de conocimientos técnicos que permitan superar ríos, cerros, barrancas, etc.
Ofrenda a la Madre Tierra. En el sitio donde se va a levantar el palo, se cava un agujero donde se depositan ofrendas a Kiwichat (diosa del monte o dueña de la tierra): un guajolote o una gallina viva, además de tabaco y aguardiente.
Levantamiento del palo. Previo a levantar el mástil, se le coloca en el extremo superior la manzana, tecomate o eje en donde van a girar los voladores y se enreda a lo largo del tallo el bejuco pusta pwmayak o bejuco de siete corazones, que servirá de escalerilla para subir al palo.
El vuelo. La última parte del ritual es el vuelo, donde se invoca a los cuatro elementos, las cuatro direcciones, los cuatro vientos y donde los danzantes enlazan lo aéreo con lo terrenal, lo sagrado con lo humano; acompañados siempre por los sones rituales mediante los cuales dialogan con los elementos del mundo natural y los interlocutores sobrenaturales.
Totonaco significa tres corazones viene de dos palabras tutu=tres y nacu= corazón. TAJIN viene de la palabra Tají en totonaco que significa trueno, pero no se tiene la seguridad si este era el nombre original o se lo pusieron los primeros habitantes de la zona.
La zona arqueológica de El Tajín constituye uno de los centros políticos y religiosos más importantes de cultura totonaca.
Entre los principales atributos de El Tajín están:
El control e influencia económica, política y cultural que mantuvo en el noreste de Mesoamrica (en parte de los actuales estados de Veracruz y Puebla).
Su ubicación estratégica es una de las rutas de comercio entre el Golfo de México y la región central del país. La Plaza del Arroyo se asocia con la actividad comercial.
El Juego de Pelota, al ser uno de los sitios con mayor número de canchas registradas (17 en total). Un caso ejemplar es el Juego de Pelota Sur.
Los nichos, probables representaciones de cuevas, asociadas con la entrada al inframundo. La mejor muestra es la Pirámide de los Nichos.
La greca escalonada o Xicalcoliuhqui, asociada al Dios Quetzalcoatl. Es fácil de identificar en la arquitectura y pintura pero su máxima expresión es el edificio de la Gran Xicalcoliuhqui.
Tajín es una ciudad prehispánica que abarca una extensión de 1221 hectáreas en una zona selvática y lluviosa.
Algunos de los principales elementos arquitectónicos utilizados son el nicho, grecas, cornisa y talud.
PIRÁMIDE DE LOS NICHOS
Este edificio consta de siete cuerpos, cada uno acordonado por nichos que en total suman 365 lo que, a su vez, coinciden con el número de días del año solar. Según indican argumentos urbanísticos fue uno de los edificios que se construyó al último, por lo que se creó un espacio artificial al frente.
El sistema constructivo del edificio consiste en un núcleo desde el que arranca cada cuerpo de la base, en su interior hay un tiro de 14m de longitud. Este edificio debe su existencia a una razón político religiosa muy fuerte y por tales motivos ha sido el único que ha perdurado los siglos sin derrumbarse totalmente. Al mismo tiempo manifiesta el esplendor del asentamiento prehispánico, quizá durante el reinado de 13 Conejo, gobernante conocido por los relieves de El Tajín.
Con sus finas líneas y sus elegantes tallas, sus cornisas voladas y sus nichos
empotrados, 365 si se cuentan los que están bajo la escalera, el gran templo virtualmente demanda atención y reverencia aún ahora. En la antigüedad estaba cubierto con una gruesa capa de estuco pintado, el pigmento era muy importante en ese entonces, el policromado exterior era predominantemente rojo brillante y los nichos ennegrecidos, las balaustradas de la escalera decoradas con un diseño escalonado pudieran ser azules, era una arquitectura
sorprendente tanto en el color como en la piedra. El templo de los nichos como
es conocido tiene muchas cosas que lo ponen en una categoría aparte, en la
base de la estructura hay una serie de grandes bloques de piedra con hoyos que alguna vez soportaron mástiles para la decoración ceremonial.
LEYENDA TOTONACA DE LOS VOLADORES.
Sucedió en una fiesta ritual del Totonacapan, trascurridos cuatro días los voladores iniciaron el ascenso al palo volador, la flauta y el tambor sonaron, invocaban a los cuatro puntos cardinales, mientras ellos giraban y se concentraban en ejecutar su danza, de pronto, el cuadro y los mecates se separaron del palo volador y los danzantes se perdieron en el cielo sin dejar de girar. Todos en el pueblo quedaron desconcertados y se reunieron en torno al palo para decidir qué hacer, un hombre mayor propuso derribar el palo pues creía que los danzantes desparecidos ya nunca volverían.
Cuatro días después se oyó la flauta y después el tambor, los voladores aparecieron de nuevo en el horizonte ante el asombro de la gente, pero el palo ya no estaba en su sitio y no tenían forma de bajar, así que se perdieron de nuevo entre las nubes para no aparecer nunca más. Los habitantes del pueblo estaban desconsolados pues perdieron la oportunidad de conocer, a través de los danzantes, el designio de la divinidad solar.
Los totonacas esperan que algún día los voladores se vuelvan a elevar al sol
y conocer el mensaje divino.
CORTE Y ARRASTE DEL PALO VOLADOR, CEREMONIA SAGRADA DEL PUEBLO TOTONACO.
La fecha del vuelo. Tradicionalmente la danza no se realiza en cualquier momento sino en fechas establecidas por el calendario ritual.
Selección del árbol. En un recorrido por los montes del a región, se selecciona al árbol que reúna las características necesarias para la danza. Posteriormente se ofrenda incienso, aguardiente, tabaco, velas, comida, música y los danzantes ejecutan el son del perdón para solicitar al Kiwi Qolo (dueño del monte) permiso para cortar el árbol con el compromiso de que algún día también los seres humanos abonemos la tierra.
Corte del árbol. En un nuevo día, según la tradición, se inicia el corte del árbol por parte del Caporal del grupo, iniciando con los hachazos al oriente y continuando según la orientación de los puntos cardinales.
Arrastre. Para trasladar el palo del centro de la comunidad, se requiere de toda la fuerza de sus habitantes, además de conocimientos técnicos que permitan superar ríos, cerros, barrancas, etc.
Ofrenda a la Madre Tierra. En el sitio donde se va a levantar el palo, se cava un agujero donde se depositan ofrendas a Kiwichat (diosa del monte o dueña de la tierra): un guajolote o una gallina viva, además de tabaco y aguardiente.
Levantamiento del palo. Previo a levantar el mástil, se le coloca en el extremo superior la manzana, tecomate o eje en donde van a girar los voladores y se enreda a lo largo del tallo el bejuco pusta pwmayak o bejuco de siete corazones, que servirá de escalerilla para subir al palo.
El vuelo. La última parte del ritual es el vuelo, donde se invoca a los cuatro elementos, las cuatro direcciones, los cuatro vientos y donde los danzantes enlazan lo aéreo con lo terrenal, lo sagrado con lo humano; acompañados siempre por los sones rituales mediante los cuales dialogan con los elementos del mundo natural y los interlocutores sobrenaturales.
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