martes, 13 de diciembre de 2011

TRES LIBROS

Tres Libros
Por Hermann Ortega

Esta última semana estuvo marcada por un tropezón literario; al delfín del PRI, Enrique Peña Nieto, en la Feria Internacional del Libro, le hicieron una pregunta fácil, según el reportero del diario "El Mundo": ¿Cuáles eran los 3 libros que habían marcado su vida?. Sin repetir en este espacio, lo que estoy seguro ya han de haber leído, escuchado y visto mil veces, Peña Nieto no pudo decir uno solo. Es claro que de entrada si hay un libro que lo marcó, el aparentemente escrito por él: “México, la gran esperanza”, pues con el pretexto de su presentación, cometió un error no calculado en el guión y se volvió noticia mundial.

Pensando un poco sobre eso, reconozco que si alguien me pregunta sobre los tres libros que marcaron mi vida, en realidad no es pregunta fácil, para mí sería como si me preguntaran sobre 3 miembros de mi familia que marcaron mi vida, queda claro que sin pensarlo mucho, puedo decir que todos; en el caso familiar, de entrada mi madre, espina dorsal de lo que hoy soy como ser humano, pero también mi abuelo, mi ejemplo a seguir y hombre que admiro desde que tengo memoria, mi esposa, mujer con la que llevo 11 años y ha cambiado mi mundo. Reduciendo comentarios, mis abuelos, mi hermana, mi padre, mis tíos, unos más y otros menos, mis primos, mis sobrinos, en fin, no hay uno que en algún momento no haya marcado una etapa de mi vida, la mayoría de las veces son recuerdos positivos, aunque con todos en alguna ocasión de seguro hubo sinsabores, los cuales no acostumbro recordar.

Y en ese entendido veo los libros, ¿cuál marco mi vida? ¡TODOS!. Mi familia es una ávida lectora, de todos los géneros, en casa siempre hay un libro pendiente en el buró y otro en el primer cajón listo para suplir el anterior, desde el “Tesoro de la Juventud”, heredado de mi abuelo o el “Nuevo Tesoro de la Juventud” comprado a pagos a la revista selecciones, o el primer libro que me regalo mi abuelo “Corazón diario de un niño”, o “la Iliada” y “la Odisea” libros con los que mi madre me dormía y que más tarde, me llevó a conocer más de la literatura Griega y la Romana. Después leí “Sherlock Holmes” y como 40 libros de Agatha Christie, que por muchos años pensé que eran todos y más tarde me enteré de que escribió más de 70, los cuales aún no leo. Recuerdo “El Tercer Ojo” o el “Médico del Tibet” de Lobsang Rampa, o los de Hermann Hesse, escritor por quien tengo mi nombre, de los cuales solo he leído “Damian” “Siddhartha” y “El Lobo Estepario”; y aunque hoy me cause un poco de risa, los de Aurelio Baldor, cuando iba a la escuela, y no sé qué era peor, leerlo o cargarlo, aunque a la escuela solo llevé el de Álgebra, mi papá tenía los 3 de él y ocasionalmente tomaba alguno de ellos para explicarme “algo”.

Puedo seguir recordando, cuando intente leer “Don Quijote de la Mancha” en su versión original, entonces, no había internet y lo poco que leí lo hice con un diccionario en la mano, pues la mitad de las palabras eran desconocidas para mí, después alguien generoso me regaló el mismo libro, pero con un castellano más actualizado y pude terminarlo con más tranquilidad, no sin dejar abierto el reto de leerlo en su versión original. También “Corazón de Piedra Verde”, que hace poco volví a encontrar y ya está en mi buró; algunos clásicos como “Los tres Mosqueteros” o “20 años después”, de Dumas, “Viaje a la Luna”, “20,000 leguas de viaje submarino”, “La Isla Misteriosa” y varios más de Verne, “El caballo de Troya” que leí en cuanto salió, después publicaron como 8 más, pero solo leí los siguientes 3, y brincándome años y muchos títulos, Irving Wallace, que aunque criticado por los intelectuales, yo disfruté unos 12 o 13 títulos de él, también goce leer muchas biografías, sobre todo de estrategas y conquistadores como Alejandro Magno, para mí el mejor estratega de la antigüedad, sin restarle merito a Julio Cesar, vida que también leí y algunos prefieren sobre Magno, Guillermo el Conquistador, Napoleón, Anibal Barca, Saladino, Gengis Khan, Hernán Cortes, José María Morelos, Rommel, Patton, etc., otras de otro perfil como Henry Ford, Lee Iacocca, John D. Rockefeller…

Por muchos años leí lo que encontré, cuando no tenía dinero, siempre había un libro prestado o regalado, nuevo o viejo, de autores conocidos y no tanto, de infinidad de géneros que me acompañaron. Enrique Peña Nieto, se atoró con los 3 libros que marcaron su vida y lo entiendo, sobre todo si no los leyó, yo tampoco podría dar 3, pero por otras razones, todos y cada uno de los que leí, ha marcado un momento en mi vida, los he disfrutado y cuando pasan los años y vuelvo a leerlos, lo hago tan a gusto como si fuera la primera vez, estoy seguro que pocos recuerdan todos los títulos y todos los autores de cada libro que leyeron y es un error válido, lo que no se vale, es querer engañar, mentir descaradamente para no perder la pose. Eso nos ayuda a descubrir al verdadero EPN que si no está con sus asesores y su guión, no solo pierde el rumbo, se destapa la cloaca y brota hasta la verdadera personalidad de la familia, un país no se puede dirigir con un guión, se requiere, conocimiento, preparación y temple, alguien que no lo posea no puede, ni debe gobernar México.

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