miércoles, 12 de agosto de 2009

SE TRATA DE UNA SITUACION INDIGNANTE

Compañeros: les comparto esta información que amablemente me envio Tina Rodriguez, nuestra querida amiga e integrante del Consejo Directivo. Se trata de una situación indignante. Saludos.

En Chilpancingo, Guerrero, fue agredida CARMEN SANTIAGO, una mujer, una trabajadora -que en este caso es de la Dirección de Comunicación Social del Gobierno estatal- es golpeada por un sujeto que se dice su pareja. Fue agredida por Rubén Mora Peralta a tal grado de causarle dos traumatismos craneoencefálicos, un edema que le provocó infarto cerebral e inflamación del cerebro con desprendimiento de masa encefálica, (así está la acusación penal), siendo atendida en la Ciudad de México, en el hospital Adolfo López Mateos.

Ella de 35 años de edad, con un hijo de apenas cuatro años y un padre que está en recuperación de una embolia.

La mañana del 25 de julio pasado fue sacada de su casa, junto con su pequeño hijo. Horas más tarde una ambulancia la recogió afuera de su domicilio totalmente golpeada y hubiera quedado, como tantos otros casos de violencia contra la mujer o intrafamiliar, en el olvido, sino es por la propia participación de un grupo de mujeres periodistas a las que les rindo homenaje, no pongo sus nombres porque el agresor está libre, sólo le costó 80 mil pesos.

En el ISSSTE de esa población, según el expediente tenía "diversas lesiones y traumatismo craneoencefálico de segundo grado", y a pesar de ello, hubo cosas raras, primero dijeron que "se fugó" y luego que siempre no, que había sido "dada de alta". ¡Y nadie de su personal dio parte al Ministerio Público y sí permitieron que se le retirara del lugar a pesar de su grave condición!

Hasta después del pleno "secuestro" de la periodista, aparecieron las instituciones que deben por motus propio intervenir. Y lo hicieron por la presión. Después de ello aparecieron en el país y en el extranjero las mujeres de las redes, lo que hizo que la Secretaría de Gobernación por medio de Laura Carrera interviniera y espero que le den seguimiento.

Es tan indignante el caso, no sólo por la agresión a Carmen, sino por la secuela que se vivió, desde el propio drama de tener un padre inválido, que en esos momentos fue abandonado al igual que un niño de 4 años, sin padre ni familia, a la que se le abandono. A regañadientes intervienen los que por ley, obligación deben hacerlo. Para eso se suponen existen. Mientras, son las mujeres periodistas las que los atienden.

La propia Procuraduría del estado se mostró lenta a tal grado que pareciera que había complicidad. Aún hay dudas porque dentro de esa institución se mueven intereses que van en sentido contrario a la procuración de la justicia. Un elemento subjetivo y a la vez real, es ver el machismo como algo natural, y de ahí natural la agresión a las mujeres. "Ellas se lo buscaron". Y de ahí la complicidad de funcionarios de otras instituciones para hacerlo ver con pocos recursos económicos para que pudiera salir de inmediato.

Una institución como el ISSSTE manejado en ese momento como solapador de un agresor contra la propia salud de la víctima. ¿Esto lo sabrá Miguel Ángel Yunes? director general de esa institución, que debe, ante todo proteger, velar por la salud de sus agremiados, sabrá de la, por lo menos indolencia, de algunos médicos cómplices de una agresión de ese tipo. Imagínese los que acuden a pedir salud y enfrentarse a médicos que violan su propio juramento.

Es sólo un caso pero de estos lamentablemente hay muchos. Vergüenza para todos. Pena para una sociedad y unas instituciones que permiten, solapan, la violencia contra la mujer. Insensibilidad de las organizaciones sociales y los partidos, y descomposición en la justicia.

Falta de coraje para perseguir y combatir la violencia contra la mujer y solapar al machismo. Lo de Carmen Santiago es sólo un ejemplo de esa violencia, y el drama de una familia que por un sujeto que pagó fianza salió libre. Un padre inválido que impávido no pudo defender a su hija y un hijo de 4 años sin nadie que los cuide, sólo la solidaridad de las propias mujeres. ¿Y el futuro de ambos, de ella?

"La mierda se vio, se palpó". Dijo una de esas valiosas periodistas.

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