martes, 20 de diciembre de 2011

LEJOS DE LA META Y CON FALLAS, EL PROGRAMA PISO FIRME

Lejos de la meta y con fallas, el programa Piso Firme
Un millón 700 mil casas en el país tienen suelo de tierra, según INEGI

INCUMPLIMIENTO. Una casa de Atoyatempan, en Puebla, donde el programa Piso Firme aún no se ha llevado a cabo (Foto: EL UNIVERSAL )

Liliana Alcántara / Enviada | El Universal

Tener un piso de cemento o de tierra puede ser la diferencia entre vivir sano y enfermar de por vida o, incluso, morir. El cemento repele la suciedad. El piso de tierra, por el contrario, genera condiciones insalubres. Quienes duermen o comen donde hay pisos de tierra son más propensos a padecer enfermedades infecciosas, parasitarias y respiratorias. Las enfermedades infecciosas y parasitarias son la cuarta causa de muerte en niños menores de un año.

Hace cinco años, el gobierno federal, a través de la estrategia denominada Piso Firme de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), se propuso que, para antes de que culmine la gestión del presidente Felipe Calderón, ningún mexicano viviría en casas con piso de tierra. Restan 11 meses para que se cumpla la promesa. Todavía hay cerca de un millón 700 mil viviendas contabilizadas por el INEGI que tienen piso de tierra, lo que representa 5.8% de los hogares en el territorio nacional.

Hasta ahora se han instalado 2 millones 306 mil pisos firmes en las viviendas más precarias de todo el país, una cifra que el secretario de Desarrollo Social, Heriberto Félix, visualiza como una magna obra: “Si se colocaran en hilera serían una carretera que uniera la ciudad de México con Buenos Aires, Argentina”, asegura.

Pero esa carretera tiene baches en el camino. En al menos ocho estados de la república se han denunciado una serie de irregularidades en dicho programa de gobierno que hablan de corrupción por licitaciones amañadas o simuladas y cobros indebidos, obras deficientes y de mala calidad, explotación de mano de obra, deudas con empresas constructoras y transportistas, uso electoral, retrasos en la colocación de pisos y esperanzas resquebrajadas. Esos estados son: Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Tamaulipas y Veracruz.

El senador del PRI, Carlos Jiménez Macías, propuso en julio pasado un punto de acuerdo para que el jefe del Ejecutivo federal informara sobre los avances del programa, pues aseguró que falta poner “la mitad” de los pisos comprometidos y hay casos de su uso con fines electorales o para beneficiar a “funcionarios sin escrúpulos”, además de que en algunos estados no hay coordinación entre las autoridades federales, estatales y municipales.

El director general del programa de Microrregiones de la Sedesol, Ricardo Pérez Schechtel, asegura que la meta planteada hace cinco años tiene un avance de 94% y que el próximo año se cubrirá la totalidad, pero que la demanda creció, puesto que hay viviendas nuevas con piso de tierra. Aseguró que todas las irregularidades son atendidas por la Sedesol y por contralorías ciudadanas, y que hasta la fecha no hay ningún funcionario de la dependencia sancionado por cometer alguna falta.

Este diario recorrió municipios pobres de Veracruz y Puebla para recabar testimonios de los beneficiarios que se dicen decepcionados por el programa, pero también de los que están satisfechos y de quienes todavía esperan su piso firme.

Para las familias de la zona serrana de Veracruz tener piso firme ha implicado endeudarse porque la empresa constructora les cobró el acarreo del material. Otras que colaboraron con la mano de obra nunca vieron el producto completo de su esfuerzo, pues de los 3 mil 600 pesos convenidos sólo recibieron 800. Otras tantas se quedaron con las ganas porque la constructora se negó a llegar a zonas de difícil acceso.

En Puebla, para algunas familias tener piso firme es todavía una realidad incierta porque hace un año personal de Sedesol acudió a sus casas para medir los pisos de tierra y proyectar las obras de cemento, pero se fueron con esos números y no han regresado.

El programa Piso Firme consiste en la sustitución de pisos de tierra por los de cemento. A cada vivienda se le coloca concreto en 70 metros cuadrados de la superficie de su casa, sobre todo en recámaras y cocina. La estrategia es operada por los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal, y hasta la fecha sólo el gobierno federal ha invertido alrededor de 2 mil millones de pesos, informó Pérez Schechtel.

Lluvia de reclamos

Veracruz, reporta el INEGI, es el estado del país que tiene más viviendas con piso de tierra. El censo del 2010 evidencia que la existencia de pisos de tierra se presenta en todo el país, pero sobre todo en cinco estados, que concentran 52.5% del total de viviendas en esa condición: Veracruz (14.7%), Chiapas (10.9%), Oaxaca (10.7%), Guerrero (9.1%) y Puebla (7.1%).

El programa de la Sedesol llegó a la Sierra de Zongolica, una región ubicada en el suroeste de Veracruz que concentra a los municipios nahuas más pobres del estado. La mayor parte de los habitantes se dedican a la siembra, al comercio y a la construcción.

Cada jueves, en la cabeza municipal de la Sierra de Zongolica, su presidenta municipal Irma Mezhua Campos se reúne con los habitantes de las zonas aledañas para atender sus peticiones. En cuanto este diario planteó el tema de Piso Firme en una de esas reuniones ciudadanas, comenzó la lluvia de quejas de al menos una docena de pobladores.

La presidenta municipal informó que este año en cuanto comenzó su administración hizo un balance del programa con los agentes y subagentes locales y encontró que, a pesar de que debió cubrirse la totalidad de viviendas en el 2010, aún quedan pendientes de colocación de piso de cemento 90 mil 821 metros cuadrados en las viviendas de 15 comunidades.

“El 14 de mayo del 2011 yo envié un oficio al delegado de la Sedesol, Abel Ignacio Cuevas, para preguntar cuándo se tenían programadas esas obras, y como no había recibido respuesta mandé otro oficio el 1 de junio, que tampoco ha sido respondido”, dijo Mezhua Campos.

Enseguida los habitantes dieron su testimonio. Los de El Mirador señalaron que la constructora fue a dejar grava, pero no hizo las obras y el material fue arrastrado por la lluvia. En 13 viviendas de Zacatlán Chico se cuartearon los pisos, lo mismo en el paraje Ajuyapa. En Tonalixco y en El Porvenir quedaron casas pendientes. En La Palma y Cuatepec ayudaron con el acarreo de material, pero no les pagó la constructora.

En entrevista, Carlos Amayo Calihua, agente municipal de Zomajapa, dijo que él trabajó en las faenas colocando pisos en su comunidad y con base en su experiencia pudo notar algunas anomalías. “Esos pisos son de mala calidad, no van a durar mucho porque emplearon poco material. Por cada 13 latas de grava usaron un bulto de cemento, cuando por lo regular se deben usar cuatro o cinco”.

Édgar Sánchez, agente municipal de Tlanecpaquila, comentó que en su comunidad de 150 familias que solicitaron el apoyo y que cumplían con los requisitos sólo 70 fueron beneficiadas. En este caso, aseguró, los pisos están bien hechos, pues la anterior autoridad local estuvo al pendiente de que se hiciera el trabajo de la mejor manera.

Beneficios

Este diario visitó la comunidad de Ejuitepec, en compañía del subagente municipal Raymundo Tlaxcala, para hablar con algunas familias que fueron beneficiadas con dicho programa desde hace un año.

Teresa Chiquisque tiene cuatro hijos que solían jugar en la tierra y para tener piso de cemento tuvo que pagar mil pesos para acarrear el material hasta su casa. “Tuve que pedir prestado, pero pues es que el piso nos ayuda mucho porque ya no se enloda en tiempos de lluvia y mis hijos pueden jugar”, dice.

María Alicia Oltehua Tizoc tiene suerte: no pagó nada para que acarrearan su material y le colocaron concreto en recámara y cocina. Su piso está limpio y en buenas condiciones, pero se quedó con una promesa incumplida que deja en condiciones precarias el resto de la estructura de su hogar, de lámina y madera: “Me prometieron que también iban a cambiarme muro y techo, pero no nos dijeron cuándo”.

Los habitantes de la Sierra Zongolica aseguraron que esas irregularidades las cometió la empresa constructora Josan. La Unión de Transportistas de la región Zongolica denunció que dicha compañía le quedó a deber alrededor de un millón de pesos por los trabajos de acarreo y que la empresa argumentó falta de liquidez. EL UNIVERSAL buscó a los representantes de la empresa para conocer su punto de vista, pero, según la encargada de compras, Karla Patricia, la constructora no trabajó en dichas comunidades.

El encargado de Microrregiones de la Sedesol, Ricardo Pérez, informó que la queja más recurrente en donde ha operado el gobierno federal es la cuarteadura en los pisos. “Eso depende muchas veces del tipo de suelo, si es arenoso, si hay filtraciones o desplazamientos de tierra, pero también por el uso de material de mala calidad”.

En espera

Atoyatempan está en las zonas más áridas y cálidas de Puebla. Es una área semiurbana donde el polvo y los alacranes abundan, pero el agua escasea. Aquí hace un año llegó una comitiva de la Sedesol federal para censar las casas que aún tienen piso de tierra y avisarles de los beneficios del programa que este año correspondería poner en marcha en esta región.

Damián Jiménez, vecino de la calle 4 poniente, tiene una porción de su casa con piso de tierra y es el lugar donde su esposa prepara los alimentos. “Da pena decirlo, pero vivir así acarrea muchos problemas, sobre todo de salud… yo tengo varias alergias y estoy tomando medicamentos todo el tiempo”.

El secretario general de la presidencia municipal, Fernando Larios, aseguró que sí se va a ejecutar el programa, pero que sólo falta que se liberen los recursos económicos.

En abril del 2007, un estudio de la Universidad de California en Berkeley, patrocinado por el Banco Mundial, constató que el programa de Piso Firme disminuye las afecciones de la piel y ayuda a reducir enfermedades como diarrea, hepatitis, parasitosis intestinal, salmonela y fiebre tifoidea.

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