miércoles, 14 de diciembre de 2011

PUNTOMY COMA

Punto y Coma
Se incrementa la inseguridad en Poza Rica,
Asaltos bancarios y robo de automóviles,
Además de abusos de los uniformados.

Por Luis González Romero

En la recta final de este 2011 vuelven los asaltos bancarios, los cuales habían pasado de moda; pues allá por los años 80, los atracos a los bancos se registraban casi todos los días en diferentes ciudades del país, incluso llegaron a ser sangrientos, cuando los vigilantes trataban de evitar y de capturar a los peligrosos delincuentes. Sin embargo pasado el tiempo, al menos en Poza Rica, en los últimos meses se han registrado dos asaltos a instituciones bancarias, de donde los delincuentes organizados se han llevado algunas cantidades de efectivo, de lo que por cierto los gerentes de los bancos no informan o los reporteros de la nota policía no dan seguimiento a estos asuntos tan delicados.

En los dos casos no hubo personas agraviadas en lo físico, sobre todo porque los delincuentes fueron derecho a las cajas en donde exigieron la entrega del dinero, previo amago con armas de fuego. Pero los delincuentes se han multiplicado en el robo de automóviles, en tiendas, en los autobuses, en los taxis; en diferentes lugares, asaltos a transeúntes en la calle o en los caminos regionales, indicativo de que la inseguridad se está incrementando y aunque los carros son recuperados, en los demás delitos no pasa lo mismo, pues los ladrones cometen los atracos, desaparecen y nadie sabe, nadie supo. Lo peor de todo es que la sociedad también debe de cuidarse de los uniformados de las corporaciones policiacas, que suelen constantemente violar los derechos humanos, ensañarse con indefensos ciudadanos a los que despojan de dinero, pertenencias, los esposan y no los llevan al cuartel, pues ellos se quedan con el producto de esas detenciones.

Que los ladrones vienen de otras partes en la temporada de fin de año, hay mucho de cierto, pero siempre tienen o cuentan con un contacto de la localidad, que es quien les pasa la información o los dirige, como conocedores de la ciudad, de los movimientos de la sociedad y hasta de los operativos de la policía, ya que una de las estrategias de los amantes de lo ajeno, es contar con la información de los operativos, de los rondines, de medir los tiempos entre una patrulla y la siguiente, para darse el tiempo de cometer el ilícito y retirarse del escenario de manera tranquila.

Los hechos delictivos que estuvieron de moda o que tuvieron su época, fueron los asaltos bancarios en el Distrito Federal, en Guadalajara, Monterrey, Tampico, Veracruz, Xalapa, Martínez de la Torre, Poza Rica y muchos lugares más a nivel nacional. Uno asalto que más se recuerda fue al Banpaís en esta ciudad, a donde entraron los delincuentes, se llevaron el dinero de las cajas, escaparon a bordo de un carro azul que después apareció abandonado en la calle Doctores de la colonia Laredo; pero de los ladrones y del dinero nunca más se supo nunca (como La Camelia) y como los bancos están asegurados contra esas contingencias, pues solamente se ocupan los ejecutivos en hacer las gestiones para que el seguro haga la reparación de los daños.

Otro caso que se recuerda, ocurrió en Martínez de la Torre, en donde asaltaron una sucursal ubicada en la esquina de Guerrero y Avila Camacho y los delincuentes se dieron a la fuga y otras después la policía encontró el automóvil que utilizaron para darse a la fuga, en las inmediaciones de un cañaveral en la comunidad Salvador Diaz Mirón, en donde para borrar todas las huellas, los asaltantes le prendieron fuego y, de igual manera, de ellos y del dinero nadie supo nada.

Otra modalidad fueron los asaltos a bordo de autobuses, los cristalazos a casas comerciales y años después los atracos a camiones cargueros y tráileres, a los que descargaban la mercancía y las unidades aparecían tiempo después abandonadas en algunos lugar y en Poza Rica estuvieron en boga “los cadeneros”, individuos que seguían a las personas, por lo regular damas, que llevaban al cuello valiosas cadenas con medallas de oro, que al jalón se desprendían y para ellos representaba algún dinero, porque sus cómplices ya los esperaban para comprar el metal amarillo convertido en prendas que resultaban dañas cuando eran quitadas de manera violenta…Por hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hotmail.com, hasta pronto.

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