martes, 23 de marzo de 2010

PASILLOS DEL PODER

Pasillos del Poder: GUADALUPE VICTORIA‏
De: César Vázquez Chagoya (vazquezchagoya@pasillosdelpoder.com)

Enviado: miércoles, 24 de marzo de 2010 12:37:14 a.m.
Para: vazquezchagoya@pasillosdelpoder.com
Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
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vazquezchagoya@pasillosdelpoder.com
23 de MARZO de 2010

GUADALUPE VICTORIA

El General Brigadier José Miguel Ramón Adauto Fernández y Félix, mejor conocido como Guadalupe Victoria, es el duranguense que los veracruzanos no hemos sabido apreciar. Luchó en nuestra tierra para liberarnos de la colonia española. Vivió y murió en Veracruz, en una historia llena de adversidades.

Este 21 de marzo se recuerda su muerte en 1843 en el fuerte de San Carlos en Perote, en la sierra central de la entidad.

José Miguel nace en la villa de Tamazula, Durango, el 29 de septiembre de 1786. Es el cuarto hijo de cinco hermanos del matrimonio del hacendado Manuel Fernández de Victoria y María Alejandra Félix Niebla. Se incorpora al movimiento de independencia en el sitio de Cuautla con José María y Pavón.

En la toma de Oaxaca el 25 de noviembre de 1812, atraviesa el río Tamazula a nado y derrotan a los realistas; es cuando cambia de nombre, ya que había una iglesia dedicada a la Virgen de Guadalupe por donde entró y se puso el segundo apellido de su padre. Enseguida fue nombrado comandante de las fuerzas insurgentes en Veracruz, lugar donde libró épicas batallas.

El camino colonial de Veracruz-Xalapa-México era crucial para la comunicación y la guerra. Guadalupe Victoria atacaba los cargamentos y en una ocasión estuvo a punto de atrapar al Virrey Juan Ruiz de Apodaca, en el lugar que se llamaba el Puente del Rey, que hoy se llama Puente Nacional y es cabecera del municipio del mismo nombre.

Desde 1814 hasta el 1817, mientras comandantes insurgentes desaparecían o resurgían, Guadalupe Victoria dominaba con ataques de guerrilla el paso a la capital del país. Mantuvo viva la llama de la independencia y no pocas veces le ofrecían la amnistía para que se entregara, pero no claudicó. El español José Manuel de Armijo, con un gran contingente realista, derrota a Guadalupe Victoria en La Palmilla y huye hacia las faldas de la población de Huatusco.

Cerca de cuatro años Guadalupe Victoria vivió en las cuevas. Llegó a comer raíces. Pocos sabían dónde ubicarlo, aunque su persecución fue impecable. Este capítulo de las escondites del primer presidente de México está siendo documentado por estudiosos de Huatusco, ciudad que le guarda especial respeto y cuando fue mandatario le propusieron ponerle al pueblo “Huatusco de Victoria”, pero el héroe se negó.

Durante 4 largos años eran esporádicos los ataques a las caravanas españolas, pero a raíz del Plan de Iguala, Victoria reaparece el 21 de abril de 1821 en el poblado de Santa Fe, hoy congregación del puerto de Veracruz. Ganada la guerra con la firma de los Tratados de Córdoba, Victoria se entrevista con Agustín de Iturbide, quien lo minimiza por sus ideas republicanas, inclusive lo encarcela cuando se da el primer imperio, pero nuestro personaje huye y se refugia de nuevo en las cuevas cercanas a Huatusco y se alía con Antonio López de Santa Ana y derrotan a Iturbide junto con otros insurgentes.

Gobernó el país del 10 de octubre de 1824 hasta el primero de abril de 1829. Por sus largas estancias en las cuevas y sus precarios alimentos que consumía se le desarrolló la epilepsia. Como reconocimiento a sus méritos, saliendo de la presidencia se fue a vivir a la hacienda “El Jobo”, ubicado en el municipio de Tlapacoyan --en el centro de la entidad-- pero las tierras llegaban hasta la barra de Tuxpan.

Muy grave fue trasladado a la fortaleza de San Carlos en Perote --donde fue el primer colegio militar del país-- donde muere el 21 de marzo de 1843 y sepultado con todos los honores en ese mismo lugar; después sus restos fueron trasladados a Puebla hasta llegar a su última morada en la Columna de la Independencia en la Ciudad de México.

Las tierras de Guadalupe Victoria tienen un destino triste. Se supone que tiene un hijo con su sirvienta y éste mata a un campesino, por lo que su mamá contrata los servicios del abogado Rafael Martínez de la Torre, a quien le paga con tierras.

Si hoy visita la hacienda “El Jobo”, no le permiten visitarla ya que dos hermanos se la pelean y el casco de la hacienda está dividida.

Guadalupe Victoria es un jarocho que con corazón duranguense, vivió, luchó y murió en territorio veracruzano y nosotros no le hemos dado el reconocimiento que se merece.

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