NACE EL “MOVIMIENTO CIUDADANO SERAFÍN OLARTE”, SIN PARTIDOS POLÍTICOS
RUDH
A raíz de la creciente pobreza en este municipio de Papantla y en la región veracruzana del To-tonacapan, donde los únicos que mejoran su vida son los funcionarios del ayuntamiento y los gran-des empresarios, las comunidades empiezan a organi-zarse para exigir sus derechos más inmediatos, y para diseñar un plan de desarrollo regional a largo plazo que beneficie especialmente a los más marginados.
Para ello han creado el “Movimiento Ciudadano Serafín Olarte”, en honor al guerrillero insurgente que se le-vantó en armas durante la independencia de México; e hicieron a un lado los partidos políticos, pues afirman que éstos sólo han servido para dividir y engañar al pueblo.
Mediante asambleas y foros en diferentes comuni-dades de las zonas “Costa” y “Llano” de Papantla van encontrando las necesidades más sentidas, destacan-do por lo pronto tres:
1) La CARRETERA del libramiento de Papantla hasta Rancho Playa, que se encuentra en pésimas condi-ciones y requiere construirse de nuevo.
2) Exigen bajar a la mitad el costo del TRANSPORTE PÚBLICO, ya que el pueblo trabajador gasta gran parte de sus pequeños ingresos sólo para trasla-darse cada día a su trabajo y a su casa: paga hasta el 70% del salario mínimo o más.
3) Exigen que se terminen OBRAS INCONCLUSAS que sólo iniciaron para las campañas electorales, pero después de las elecciones las abandonaron.
En efecto, el mal estado de la carretera que va hasta la playa es fiel imagen de lo que han sido nuestros go-biernos, ocasionando accidentes y daños en los vehí-culos que por ahí transitan diariamente. Pemex y las compañías petroleras extranjeras como la noruega PGS (Petroleum Geoservices), Weatherford, Key, Halliburton, entre otras 90 compañías, han acabado con las carreteras y caminos de la región.
Por otro lado, toda la gente que trabaja en Poza Ri-ca gasta mucho en transporte, así como los universita-rios, y los maestros que acuden a las comunidades para atender a nuestros niños y jóvenes papantecos; asimismo, los campesinos acuden a la cabecera muni-cipal a trabajar, vender sus productos o gestionar algún trámite.
Desde luego, los que más han aprovechado esta situación son los empresarios del transporte: por ejemplo, el costo de Papantla a Poza Rica son 19 pe-sos, más el regreso, mientras que en otras entidades del país ese recorrido de 12 kilómetros cuesta 7 u 8 pesos. De Papantla a Rancho Playa son 50 pesos, y desde Poza Rica son 60, sólo de ida. Cabe destacar que varias líneas son de un solo dueño, como los Co-ordinados, Blancos, Transportes Papantla y Eje del Golfo.
Más aún, este pulpo camionero se coordina con otras líneas como Tuspa, Transportes Totonacapan y ATPC, igualando los precios; así, se han convertido en monopolios y oligopolios que eliminan toda competen-cia, para su propio provecho y en perjuicio de los con-sumidores. Esto, sin contar la explotación a los opera-dores, quienes también han enriquecido con su trabajo a los dueños del transporte.
De las obras inconclusas, se preguntan si se presu-puestaron a medias o si ya las reportaron terminadas, o ¿dónde quedó el dinero? ¿Hasta cuándo permitire-mos tanta corrupción? Por ahora, los ciudadanos han citado a las autoridades el sábado 2 de octubre en la comunidad Cruz Verde, a las 11 am, exigiendo una solución inmediata a estos viejos problemas, o acu-dirán a otras formas de lucha. Invitan a toda la ciuda-danía a que se sume al movimiento, pues “el pueblo unido jamás será vencido”.
A Papantla, Ver. 1º de Octubre de 2010. Publicación mensual. Cooperación voluntaria: $2.00 RED UNIDOS POR LOS DERECHOS HUMANOS, A. C. Sembremos justicia y el fruto será la paz.
Poco a poco, las manifestaciones van subiendo de tono.
editorial KGOSNI y el volador gosni es una continuación de el volador, como prensa popular del Totonacapan y la Huasteca, pues éste ha dado un salto a nivel nacional y se edita ahora desde “La Otra Campaña” en México DF, dando cobertura al movimiento zapatista. En Kgosni (palabra totonaca que significa “volador”) retomamos el rumbo iniciado hace 10 años: dar prioridad a las noticias regionales, a la nota marginada de los periódicos comerciales, a las propuestas de la organización ciudadana, a la educa-ción popular, a la protesta y la de-nuncia donde los protagonistas prin-cipales somos el pueblo mismo y no la clase política de los partidos y los gobiernos electoreros. Éste es el servicio de información y comunicación ofrecido desde la “Red Unidos por los Derechos Humanos” en esta región, sin perder el enlace con las luchas nacionales por la liberación de todos los mexica-nos ante el actual sistema capitalista, depredador e inhumano. Así, Kgosni se abre como un es-pacio de reflexión que pueda aportar en la orientación de las causas popu-lares.
Y aunque ahora continúa con un nombre totonaco, lo hace de ma-nera paralela con la misma numera-ción de el volador, pues son periódi-cos hermanos.
EL GRITO REAL
…y mueran sus ideales que siguen vivos…
Serafín Olarte
INSURGENTE TOTONACO DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO
LUCHO JUNTO A RAYÓN, VICENTE GUERRERO Y GUADALUPE VICTORIA
Serafín Olarte tiene lugar en la historia por su lucha armada de independencia contra los españoles desde 1812, en el norte del estado de Veracruz. A su lucha le antecedieron cinco rebeliones en 1735, 1762, 1764, 1767 y 1787, dando a los habitantes de Paplanta la fama de revoltosos entre los realistas.
Serafín fue un indígena totonaco originario de Coyuxquihui, poblado serrano a unos 35 kiló-metros de Papantla. No se sabe su fecha de su nacimiento, sin embargo aparece en escena hacia 1813, cuando se enlista en las filas insur-gentes por la Independencia de México. Un año después se entrevistó con Ignacio López Rayón (sucesor de Hidalgo) en Zacatlán, al cual le soli-citó armas para luchar contra los españoles. De ahí regresó a Papantla, donde organizó un grupo de unos 400 insurgentes contra los destacamen-tos españoles.
Tras la captura y muerte de Morelos y otros líderes insurgentes en 1815, sólo Vicente Guerre-ro y Serafín Olarte se mantenían en pie de lucha, el primero en el sur del país y el segundo en el norte de Veracruz con unos 3 mil o 4 mil hom-bres. En 1816, Serafín Olarte participó con los insurgentes atrincherados en Tlaxcalantongo (Xicotepec, Puebla), forta-leza encomendada a Joaquín Aguilar, pero finalmente tuvieron que huir hacia Cerro Blanco para reagruparse y continuar la batalla.
Olarte realizó una serie de alianzas con importantes insurgentes, como Francisco Osorno, de los Llanos de Apán y de la Sierra Norte de Puebla, lo que le permitió obtener apoyo logístico y armas. Guadalupe Victoria, que operaba en Misantla y Jalapa, solicitó constantemente la ayuda de Serafín para realizar expediciones sobre la sierra y en la costa de Barlovento. (Escobar p. 228-229).
En 1819, Olarte y su grupo insurgente continuaron instigando a los realistas e intentaron tomar Papantla, acto que no lograron y provocó el incendio de medio pueblo por parte de los soldados realistas, como cas-tigo por haber apoyado a los insurgentes. En 1821, con la firma de los Tratados de Córdoba se reconocía la Independencia de México, pero la muerte no le permitió a Serafín ser testigo de la independencia por la que tanto luchó, pues en 1820 fue emboscado y decapitado por los es-pañoles en la región de Papantla; su cabeza fue colocada en la cima de una loma a la salida de Papantla, hoy conocido como Cruz Chiquita, donde permaneció varios años.
Serafín Olarte forma parte de los héroes que con su lucha perma-nente lograron construir la patria mexicana, simbolizando la dignidad de los totonacas frente a la explotación y el despotismo.
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