domingo, 31 de octubre de 2010

GNOMOS, DUENDES Y CHANEQUES

GNOMOS, DUENDES Y CHANEQUES. 29102010.

Ubaldo Alvarez Melchor

FALACIAS: Y SALINAS CREE QUE SEGUIMOS MUERTOS

De nuestra generación

Artífice del fracaso.

Aún quiere tener acción.

En el infierno… si acaso.

CARACTERISTICA ampliamente reconocida de los políticos mexicanos es su gran capacidad para mentir; como todos los aspectos de la conducta humana, éste tiene variables y estilos, es decir, no es una cualidad rígida sino flexible y admite accesorios como la amnesia o el cinismo. El ex presidente Carlos Salinas de Gortari nos lo acaba de demostrar con su reciente intervención en un foro internacional donde defendió su obra maestra: el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y una vez más creyó que estábamos muertos, como cuando rindió su primer informe “de gobierno”, el 2 de noviembre de 1989, Día de los Fieles Difuntos mayores.

Desde Madrid, en el foro “México, entre el norte y el sur”, efectuado bajo los auspicios de la Fundación Botín –fíjese nada más, lector: qué nombre tan alusivo-, Salinas nos lanzó a la cara sus esgrimas verbales creyendo que carecemos del más elemental raciocinio para entender la trama y comprender que, una vez más, miente. Dice el depredador del sindicalismo y destructor del aparato productivo de México que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte “es un instrumento, no la panacea”, el cual quedó inconcluso porque Zedillo no implantó las reformas de segunda generación. Como dijo Raúl Velasco: aún hay más. Agregó que es necesario efectuar “las reformas que el país requiere”.

Aniquilado el sindicalismo oficial, privatizado el campo, liquidadas las empresas paraestatales, debilitado el Estado para convertirlo en una subgerencia del gran capital trasnacional, Carlos Salinas de Gortari nos dijo que con el NAFTA –por sus siglas en Inglés- México arribaría al primer mundo.

Su propuesta de un TLC para América del Norte entre socios desiguales le hizo “merecer” aplausos por casi diez minutos en la Asamblea de Representantes de Estados Unidos. ¡Claro!, en bandeja de oro le entregaba al capitalismo salvaje todo y más, incluso lo que no había pedido

Con aterciopelada voz para parecer más convincente, Salinas mintió cuando dijo: “Teléfonos de México necesita diez mil millones de dólares para modernizarse. Como carecemos de esos recursos, tenemos que vender Teléfonos de México”. La acción que en otros países estaría tipificada como una traición a la economía nacional, hizo posible el surgimiento de un mexicano como el hombre más rico del mundo; obviamente mediante el encarecimiento de las tarifas de los servicios telefónicas que brinda el ahora feliz propietario de una empresa paraestatal que operaba con números negros.

A las verdades de a kilo que son aceptadas por la mayoría, Salinas les llama “mitos” y se defiende respondiendo precisamente con otro, éste sí, auténtico. Es mitómano, pues.

Como si se tratara de una comparecencia asistida por un abogado primerizo ante el Ministerio Público, Carlos Salinas de Gortari “negó todo” buscó la culpabilidad en otros –Zedillo, por supuesto- pero tuvo que admitir que nuestro país fue rebasado en algunas áreas estratégicas de la economía por otros países, por ejemplo, China.

Es el inicio del balconeo salinista; el enfant terrible de Agualeguas quiere influir en la sucesión presidencial y para lograrlo, le apuesta a la amnesia colectiva que caracteriza a los mexicanos –y mexicanas- sujetos programados para ser cautivados por una campaña de telenovela con olor a gel. Pero, ¡cuidado! No vayan a repetir el eslogan aquel “Que hable México”, que desembocó en la caída del sistema y el fraude electoral del 6 de julio de 1988.

Estamos en año tricentenario y si los mexicanos –y mexicanas- son burlados de nuevo, no van a hablar; van a gritar y hasta pueden echar plomazos; muy a propósito del primer siglo de la Revolución de Madero, Pino Suárez, Carranza, Obregón, Zapata y Pancho Villa.

No hay comentarios: