CALAVERAS ITINERANTES
José Luis Rodríguez Rivera
(Alcalde de Tihuatlán)
José Luis Rodríguez murió por trauma
Luego de andar en pasada campaña
En pleno sol de verano y en la bruma,
Poniendo en práctica sus mañas.
Triste fue su final del supuesto puma,
Se lo cargó alegre y gentil catrina,
Echando por las fauces espuma,
Luego de coquetearle la muy ladina.
Hoy yace en el fondo del infierno
Escondiendo la cabeza, como avestruz,
Diciendo a Leobardo, alcalde no eres tú
Y la policía me lleva a reclusorio eterno.
NAYELI DEL VALLE TOCA
(Alcaldesa de Coatzintla)
La güera estaba por todas partes,
Más nunca se veía en la presidencia;
Practica por doquier diversas artes,
Aunque siempre hablaba de decencia.
Pregonaba que era intocable,
Presumiendo de tener mucha presencia;
Pero la muerte le dijo mejor no hables
Que ya se te acabó la presidencia.
Qué mala onda, que mala su suerte,
Ya se murió Nayeli del Valle Toca,
Por celular le llamó la muerte;
Le dijo: Traicionaste a tu pueblo, qué poca.
MIGUEL ANGEL MARTINEZ SALGADO
(Tesorero de Poza Rica)
Huía cargando su tesoro en noche oscura
Buscando protección de la legislatura;
Pero la muerte ya lo tenía en acecho e
Iracunda le dijo, hoy si te escabecho.
Sálvame, sálvame, sálvame mi buen Pablo;
Y te daré un poco de lo que he robado,
Compartiré contigo hasta mi establo
Que esta hasta el tope de buen ganado.
Pero la calaca que nunca perdona
Escribió con tinta roja este epitafio:
Aquí yaces Miguel y haces bien,
Tu descansas y Poza Rica También.
VICTOR CANTU SALAZAR
Se lo cargó la entrampada huesuda,
Ya la tenía harta por hablador
y le dijo, Víctor, la camiseta verde se duda,
Si en verdad aspiras a ser regidor.
Murió el mero día de los fieles difuntos,
Cuando dicen que cumplía años
Su esquela en documentos adjuntos;
Qué lío, que fallecimiento tan extraño.
“Verda de Dios”, se lo tragó el demonio
Una noche fría, en sospechoso ardid,
Heredando al pueblo su patrimonio,
Más no el programa que le dejó a Judith.
FELIPE CALDERON HINOJOSA
(Presidente de México)
La muerte lo sorprendió muy de repente,
En su lucha permanente contra la mafia,
Así fue el hijo desobediente
De sonrisa alegre y con mucha gracia.
Le refutó las palabras a don Vicente,
Que en su administración fue de fracasos,
Aunque presumía de pulcritud y decente.
Felipillo creía que era su Margarita,
Pero qué gran chasco, era la catrina,
Que le dijo te vas conmigo ahorita
Antes de que encuentres la mafia asesina.
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