domingo, 17 de octubre de 2010

COLUMNA SIN NOMBRE

Columna sin nombre

Pablo Jair Ortega

www.columnasinnombre.com
pablojairortegadiaz@gmail.com
12 de OCTUBRE de 2010

BECAS: NEGAR LO EVIDENTE

Hace algún tiempo, a través de la red social Facebook un usuario de Internet había creado una página donde participaban los becarios del Gobierno de Veracruz que radicaban en el extranjero; entre los tópicos que se manejaban era la preocupación por el hecho de que a varios se les debía el pago de dicha beca mensual, que ronda por los mil euros mensuales.

Luego de darse a conocer la grave situación, se medio resolvió el asunto y lograron pagar algunos meses atrasados, pero nuevamente se fueron rezagando: ahora les deben desde julio.

En ese entonces, Claudia Ramón Perea, la directora estatal de Becas, negaba rotundamente que hubiera adeudos.

Ayer lunes, becarios locales del rubro artístico volvieron a destapar la cloaca: se les debe un año de este compromiso hecho por la Dirección de Becas hacia sus beneficiarios. Tomaron por un momento las instalaciones porque ahora resulta que en Becas tienen pretextos cada vez más inverosímiles para no pagar.

La orden --fuera de toda lógica-- es decirle a los becarios que debido a los huracanes, los damnificados, las inundaciones, no había dinero en esta dependencia porque todos los recursos se estaban utilizando para la contingencia. Nada más falso.

Los huracanes Karl y Veracruz cumplirán apenas dos semanas de haber tocado territorio jarocho. Las primeras inundaciones por las lluvias fueron a principios de septiembre.

¿Entonces por qué engañar a los becarios con pretextos tan insulsos? ¿Por qué no decir la verdad sobre que no hay dinero? ¿La gente creen que es tan estúpida para tragarse el cuento de debido a los huracanes el dinero se está usando para la contingencia? ¿A esto no se le llama “desvío de recursos”?

La situación local no es tan grave como lo que ocurre en el extranjero; aquí al menos uno buscaría la manera de rascarse con sus propias uñas, pedir prestado a la familia, a los amigos, enviarse por Elektra para no tener que pagar al banco lo que se debe, y una serie de detalles que de alguna manera dan ventaja a los becarios radicados en suelo nacional.

Para los becarios en el extranjero la situación es más compleja y difícil. Algunos han pensando en la opción de trabajar para sostener la renta de vivienda y comprar los alimentos, pero eso compromete su situación migratoria: si son detectados trabajando, su visa como estudiantes podría quedar cancelada y ser deportados.

Mientras tanto, los que no tienen la holgura económicos de otros (hay becarios que curiosamente se la pasan paseando, cenando en restaurantes, sin problemas económicos, y son los que defienden a ultranza la presente administración estatal pese a la situación) están padeciendo porque de plano en Xalapa, a miles de kilómetros, parece que les entró decididamente el apoyo a los damnificados que no existen en julio y agosto, pero que además no tendrían porque usarse esos recursos si ya está presupuestado la estancia foránea de los becarios.

Es muy triste que Claudia Ramón denigre el papel de las becas utilizando la bandera de los damnificados. Es uno de los rubros donde hay más contacto con la sociedad y de ahí la respuesta de la sociedad hacia el gobierno tan negativa hoy en plena contingencia: los civiles se están organizando aparte, entregando por sí mismos a los albergues los víveres y ropa en manos de los afectados porque no hay confianza en las instituciones.

Así, con pretextos tan irrisorios de un caso que no es primera vez que se presenta, Becas y Ramón Perea se van envolviendo cada vez más en un problema más grande, que podría llegar a niveles consulares, envolviéndose a sí mismos en una estela de negaciones absurdas.

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