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Ética y mercado en el periodismo

Por Roberto Piñón Olivas

¿Hasta dónde los medios de comunicación pueden manejar fotografías o videos que exponen la violencia con toda su crudeza?

Esta es una de las preguntas que los jóvenes estudiantes de administración gubernamental de la Facultad de Contaduría y Administración de la UACH hicieron a los panelistas durante el Coloquio Paradigmas de la Comunicación en el Siglo XXI, organizado por el Foro de Periodistas de Chihuahua.

Los panelistas, Enrique Rodríguez Vázquez, Juan Barrientos Márquez, Cristina Estrada Hernández y Roberto Piñón Olivas, comparecieron ante los jóvenes universitarios para discutir temas de equidad de género, informática aplicada a la comunicación, campañas de difusión gubernamentales y la agenda legislativa nacional en materia de protección a libertad de expresión.

Los estudiantes se preguntan, con razón, porque motivo algunos medios difunden imágenes que exponen cuerpos masacrados, destrozados, por la violencia que azota a nuestro país. Es cierto que los periodistas deben asumir una posición ética y compromiso social en el manejo de información, y que en ese sentido, la línea es tenue, laxa, excesivamente flexible.

Las imágenes de violencia, se dice, producen más violencia: generan en el espíritu colectivo un ánimo desesperanzador, de angustia, miedo y al final, de aceptación de un estatus social desequilibrado, donde la violación a la norma es el camino para encontrar protección y desarrollo. Esto es lo grave y delicado del asunto.

Sin embargo, debe equilibrarse con el papel informador de los medios de comunicación, donde la nota informativa puntual, objetiva, veraz, cumple con su papel de controlador del poder, informante permanente del acontecer que punza a la sociedad a conocer, discutir, criticar, edificar plaza pública.

En este sentido se justifica el manejo de información acerca de la violencia, más allá es discutible necesariamente. Los medios deben alentar la crítica, no el morbo.

Empero, el control de los medios de comunicación en este sentido no debe provenir de un órgano externo, sino del mismo autocontrol ético de los periodistas, y si eso no fuera suficiente, el mismo mercado podría ayudar.

¿Cómo? Una sociedad madura, desarrollada, podría superar el magnetismo de la imagen y buscar contenido en la información. De esta forma, los medios de comunicación electrónicos e impresos encontrarían un mecanismo selector a través de la circulación: si el programa de televisión es violento el padre de familia, con oprimir un botón, sanciona a los productores que viven de la audiencia.

Por el contrario, si la sociedad sigue promoviendo a través del raiting los programas violentos o las imágenes en periódicos, es muy difícil que los medios de comunicación, que al final de cuentas son negocios, puedan asumir otra postura en el diseño de contenidos.

Es indudable que alguien debe ponerle el cascabel al gato. Hay medios de comunicación que han asumido una posición ética de buscar imágenes que ilustren la violencia sin exponer cuerpos destrozados, en una denuncia abierta permanente de algo que no debe ocurrir, y hay sectores de la sociedad que han cambiado sus hábitos de lectura y televisión.

Ojalá caminemos en ese sentido como medios y como sociedad donde ambos presionen, desde su ámbito, hacia un profundo cambio social.

Abogado y periodista. www.robertopinon.blogspot.com.mx

PRESIDENTE HONORARIO VITALICIO DE LA FEDERACION DE ASOCIACIONES DE PERIODISTAS MEXICANOS AC
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