Cadaveres cuyas manos
forman cruz sobre sus pechos,
donde yacen los derechos
convertidos en gusanos.
¿Quién, con violencia inaudita,
le quitó al árbol el agua?
JUAREZ
No eran sombras, ni sueños,
eran quizá, esperanzas
eran, tal vez, semblanzas
de un futuro alagüeño.
la rabia del fuereño
lo redujo a la muerte;
fue, tal vez, que por suerte
fue víctima del odio
de quien aspira al podio
por la ley del más fuerte.
Y arrancaron impíos
la sonrisa temprana
con que por la mañana
festejan desvaríos;
arrojando en sus bríos
las ansias por la vida
que en cruel acometida
los redujo a la nada,
terminó su alborada
con la sangre vertida.
Ya no habrá más abrazos
que los padres, llorosos,
agradezcan gustosos
al llegar los ocasos.
Ya terminan los lazos,
ya las guitarras callan;
los hombres se amurallan
sufriendo de aflicciónes,
ya no habrá esas canciónes
que en los labios estallan.
¿De qué serán culpables?
¿Qué de malo habrán hecho?
víctimas del cohecho
de corruptos notables
que, esgrimiendo los sables
de vicio y corrupción,
van diezmando el corazón
que sostiene este país
y una enorme cicatriz
han sembrado en la nación..
Hoy este pueblo llora
su juventud perdida;
que perdió la partida,
ya no habrá más aurora.
Soplará en mala hora
la ruta de violencia
que, el verso, ni la ciencia
le ganan la batalla,
ya triunfó la canalla,
se cumplió la sentencia.
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