OBTIENE LIBERTAD PLENA ANTE LA INCONSISTENCIA DE UN EXPEDIENTE AMAÑADO
EL HOMICIDIO DEL PROFESOR GUILLERMO ESTRADA CAVALARO SIGUE IMPUNE
PROTEGEN AL AGENTE ALDO MARÍN: REMOVIDO A COSAMALOAPAN, VER.
JUAN CASTRO SOTO
El 30 de enero pasado, en la sala de responsabilidad juvenil del Tribunal Superior de Justicia, de Veracruz, se resolvió la libertad plena para Daniel Sánchez Cortez, quien en noviembre de 2011 fue-ra falsamente acusado de asesinar a su maestro Gui-llermo Estrada Cavalaro, líder del PRI en Poza Rica, Ver.
La resolución echa abajo el expediente amañado a cargo del Lic. Aldo Elías Marín Rodríguez, agente del Ministerio Público, en contubernio con el Subprocura-dor de Justicia Tomás Cristóbal Cruz, quienes lejos de procurar justicia, son generadores de muchas violacio-nes a los derechos humanos y permanecen impunes.
No obstante, el procurador del Estado, Amadeo Flo-res, los sigue protegiendo y encubre al agente Aldo Marín removiéndolo a Cosamaloapan, Ver.; también remueve al comandante de la Agencia Veracruzana de Investigación (AVI) Jorge Cuevas Marín, cuando debie-ron ser cesados de su cargos, por lo menos. Para di-simular, los removieron junto a otros 70 agentes en un operativo “de rutina”;1 toda una banda de rufianes que muy de seguro son igual de corruptos. Así, muchos delincuentes andan libres y, además, están a cargo de la justicia y del gobierno de los mexicanos.
De acuerdo a la denuncia de los familiares de Da-niel ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, enviada también a la RUDH: “Es de resaltar que Daniel permaneció incomunicado por 18 horas siendo negada su detención por los elementos de la AVI y durante su reclusión: Fue torturado a base de golpes en la parte occipital del cráneo, con toques eléctricos en las pier-nas, abdomen y brazos, tablazos en las sentaderas. Fue vendado de los ojos y amarrado de las manos y los pies siendo tratado de manera denigrante. Fue obligado a tomar con las manos una botella de tequila y un vaso de vidrio para dejar impresas sus huellas dactilares y fue tratado como persona adulta aun cuando él argumentó ser menor de edad”.
Esta práctica de simular justicia mediante chivos expiatorios, donde los jóvenes suelen ser los más vulnerables, es cotidiana. Prácticamente, la justicia no existe en Veracruz ni en el país.
En realidad, el sistema de justicia es otra banda de delincuencia organiza-da que opera de acuerdo a su propia conveniencia, nutrida de recursos públicos y del robo a la ciudadanía mediante abogados que se ven obligados a prácticas corruptas para poder resolver sus asuntos. Por la vía jurídica, no hay modo de obtener justicia si no es con la corrupción del dinero, o mediante la presión y la or-ganización ciudadana.
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