lunes, 27 de octubre de 2008

A L F I L

ALFIL
Capricho
Por Roberto Piñón Olivas
En 1884 se convocó a la Conferencia Internacional sobre Meridianos en donde se acordó dividir a la superficie terrestre en 24 zonas horarias, a partir de un punto de referencia a nivel mundial, estableciendo un esquema general de zonas de tiempo.
Se trata de una definición de gran importancia y valor, porque de acuerdo al movimiento del sol, el punto de referencia elemental, cada pueblo tiene un horario permanente y reconocido. Imaginemos simplemente que no haya estabilidad en los horarios, con sus graves consecuencias en la organización social.
México se incorporó al sistema de husos horarios a partir de 1922, bajo el gobierno de de Alvaro Obregón. Posteriormente los presidentes Calles, Ortiz Rubio, Ávila Camacho, Miguel Alemán y López Portillo, realizaron adecuaciones, pero siempre bajo la determinación de fijar un horario permanente para las tres zonas reconocidas en el país.
Con Miguel de la Madrid, Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Carlos Salinas y Finalmente Vicente Fox, se determinó seguir la pauta internacional de los países industrializados, para modificar el horario en el verano, en beneficio de la industria, bajo el argumento de la protección a las fuentes generadoras de energía, fines ecológicos y el ahorro –en 1995 se calculaba en el 1%-.
El último decreto publicado bajo la presidencia de Vicente Fox, es elocuente en su argumentación justificatoria del cambio de horario: simplemente hace referencia a las facultades otorgadas por el artículo 73.
Así, a partir de las dos horas del primer domingo de abril y hasta las dos horas del último domingo de octubre de cada año, los Estados de Baja California Sur, Chihuahua, Nayarit y Sinaloa, sujetos al meridiano 105 por su grado de ubicación, son enviados al horario estacional ubicado en los 90 grados; Sonora, sujeto al meridiano 105 grados, se queda en dicho uso horario –como ocurre con su estado fronterizo Arizona-; Baja California, sujeto al meridiano 120 grados por ubicación pasa al grado 105 para efectos de horario; y el resto de las entidades, pasa del grado 90 al 75.
De esta forma, todos los habitantes están obligados por Ley a adelantar su reloj en el verano una hora, sin importar las consecuencias biológicas, con excepción de los sonorenses. Este asunto trató de ser echado abajo por controversia constitucional por el gobierno del distrito federal, pero la corte ratificó que se trata de una facultad federal, pero no se entró al fondo.
Es decir, ¿se justifica que todo un pueblo, mas de cien millones de habitantes cambien dos veces al año el huso horario, para que la industria ahorre millonarias cantidades en energía y se beneficie una clase privilegiada?. Esto es, no solo hay ausencia de beneficios en el bolsillo de los mexicanos, sino que encima se le incomoda drásticamente en su cotidianeidad.
Justo sería que el ahorro macroeconómico se trasladará efectivamente en subsidios, a contrapelo de las recientes decisiones gubernamentales para liberar al mercado los precios, como ocurre con el gradual y sistemático gasolinazo.
No cabe duda que urge que en el ámbito federal se autoricen el referéndum y el plebiscito, para atacar efectivamente el capricho de unos cuantos.
EN EL TABLERO…Felicidades al colega Chihuahuense, Froylan Castañeda Hidalgo, en su nueva etapa como columnista en el periódico el Diario de Chihuahua, con su espacio “La tronera”, donde se distingue por su oficio y capacidad periodística…Dicen los que saben que a los periodistas se les conoce por su agenda, como es el caso de nuestro compañero…Enhorabuena…
El autor es Presidente del Consejo Directivo de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos A.C. Envíe sus comentarios al correo robertopinon@yahoo.com.mx. www.observador.com Escuche en Vivo en el 1470 AM Radio Formula en el Distrito Federal a las 20:00, en el 1010 AM Radio Lobo en Chihuahua a las 14:00. Autorizada la reproducción total o parcial de la columna Alfil, con mención del autor. Todos los derechos reservados.

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