TIEMPO DE DECIRLO

TIEMPO DE DECIRLO
PEMEX y los veneros del diablo

POR ABEL ANDRADE LICONA

POZA RICA, Ver-Bastó una lluvia al mediodía de este miércoles para enseñarnos otro grave peligro para la población provocado por Petróleos Mexicanos. El sistema de drenaje está inundado de petróleo crudo y en el momento menos pensado se puede registrar una tragedia de gran magnitud.
Seguro pocos lo recuerdan porque el suceso se registró en 1992, veinte años antes de que ocurrieron las explosiones de funestas consecuencias y enorme magnitud en el drenaje de Guadalajara, Jal.
En un sector que se localiza en la zona comercial de Poza Rica, precisamente en la calle Bermúdez de la colonia Flores Magón, se registró tremenda explosión que hizo volar a varios metros de altura las tapas de concreto de las alcantarillas.
El penetrante olor a gas y gasolina lastimaba las fosas nasales y tanto comerciantes como vecinos tuvieron que ser evacuados. Las pestilencias salían por coladeras y baños. El gas sin duda llegó de la terminal de distribución que tiene PEMEX cerca de la colonia Flores Magón. Posteriormente hubo filtraciones de gasolina hacía las calles de esa colonia también provenientes de la misma Agencia de Ventas. Pemex en ese entonces calló todo, nunca informó del resultado de las investigaciones. Por fortuna no hubo desgracias personales qué lamentar.
El 22 de abril de 1992 en la ciudad de Guadalajara, Jal., una terrífica explosión surgida de su sistema de drenajes causó destrucción de 14 kilómetros de calles. La avenida Gante fue la más afectada. De acuerdo a las cifras oficiales las explosiones mataron a 209 personas, dejaron 500 heridos y 15 mil personas sin hogar. El daño económico estimado fue de entre 700 y 1000 millones de dólares.
Antes de las explosiones el 19 de abril, los vecinos enviaron reportes al Ayuntamiento de Guadalajara informando de los fuertes olores a gasolina que salía de las tomas de agua, así como humo de las alcantarillas.
El 21 del mismo mes trabajadores de Protección Civil luego de dos días acudieron a la calle Gante y encontraron altos niveles de gasolina pero dijeron que no era necesario evacuar la zona.
El 22 de abril las tapas de las alcantarillas comienzan a botar y columnas de humo blanco salen de ellas. Ocurren las primera explosiones y hasta un autobús de la ruta 333 sale volando por los aires.
Enseguida vienen la cuarta, quinta, sexta, séptima y octava explosión y en pocos momentos Guadalajara es centro de una gran tragedia que da la vuelta al mundo y que fue provocada por descontrol de hidrocarburo que inundó el sistema de drenaje.
Jamás desearía que algo similar pasara en Poza Rica, pero en esta ciudad a cada momento el aire se ve enrarecido por el fuerte olor a gas y Pemex nunca sale a dar una explicación a la población. Seguramente asumirá la misma pasiva actitud ante lo ocurrido este miércoles en los drenajes de las colonias Chapultepec y Cazones.
Los jefes de la paraestatal no viven en en esta ciudad, Llegan a principio de semana en avión y viernes regresan por el mismo medio. Ellos y sus familias no corren riesgo y les importa un soberano sorbete lo que nos pase a los pozarricenses.
Otras tragedias se han registrado en Poza Rica. En 1950 se produjo un accidente: envenenamiento causado por gas en el Departamento de Gas Natural, al apagarse un quemador y la densa neblina no permitió subiera el elemento a la atmósfera registrándose el primer caso de inversión térmica en el mundo con muchas muchas víctimas inocentes.
El 14 de Agosto a las trece horas con 40 minutos una línea de diez pulgadas de alta presión cargada con gas en el sistema de bombeo neumático del Distrito Industrial (Refinería) de Poza Rica, sufrió una rotura y al escapar el gas se produjo una explosión de enorme estruendo que se escuchó kilómetros a distancia. Cristales de ventanales de edificios fueron destrozados y la gente corría despavorida hacía el Kilómetro 47 (rumbo a Cazones) o hacía Papantla, buscando ponerse a salvo.
No, ya no queremos vivir esas tragedias. Alguien debe exigir a Pemex que termine con tanto susto y daños a la población. Alguien debe exigir mayor responsabilidad a los burócratas de PEMEX antes de que tengamos que lamentar algo grave