Al ritmo de la jarana,
de la quinta huapanguera,
del violín que nos uniera
vareando por la mañana;
se oye tañer la campana
que la dicha multiplica
y cada vez que repica
se oye zapatear un son,
que nos dice , con razón:
¡Que grande eres Poza Rica!
Grandeza que se contiene
con la verdad de tu historia,
pues tu muy joven memoria
en los hechos se mantiene;
cuya bondad se sostiene
con los enormes redaños
de hombres que libran escaños,
de los que hacen tu cultura;
eres del país criatura...
solo tienes sesenta años.
Arturo Mendoza Rangel
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