miércoles, 7 de septiembre de 2011

¡SANTO PRI, SALVANOS DEL PAN!

Gnomos, Duendes y Chaneques



Ubaldo Alvarez Melchor

¡SANTO PRI, SÁLVANOS DEL PAN!

Cuando una parte del todo cae,

lo demás no está seguro.

SÉNECA.

El título corresponde a la más reciente obra del caricaturista Eduardo del Río, rius; en el libro hace un recuento de los más de 70 años de poder priísta, basado en el autoritarismo y la corrupción, tesis que es del dominio público y que manejan preferentemente los adversarios del partido tricolor. Sin embargo, citamos el título porque representa los sentimientos de frustración, impotencia y angustia que yace en el subconsciente colectivo, después de once años de gobiernos panistas y cinco de violencia extrema, con sus 35 mil muertos y atentados terroristas, escenario que hasta el momento ningún poder humano ha podido cambiar.

La sociedad mexicana está aterrorizada –el terror es el miedo intenso y puede ser extenso- pues desde el asalto al poder por un grupo de tecnócratas “educados” en el extranjero, ha visto cómo se ha desmantelado el Estado, se entregan los recursos naturales en negocios redondos y oscuros, dignos de una denuncia penal; el país se deshace en medio de la mediocridad de los próceres de las manos limpias y el bien común (de acuerdo con la óptica de Manuel Aguilera Gómez, la entidad responsable del rumbo y destino de la nación ha pasado a ser un “estado contemplativo”) y los también desesperados depositarios del poder emplean sus peores esfuerzos -¿acaso habrán tenido mejores?- en una obsesión enfermiza: impedir que el PRI recupere la presidencia de México en 2012; tropezándose con la realidad, una y otra vez, intentando evitarla con discursos sin un contenido racional, fruto podrido de sus políticas mediocres engaña-tontos:

El mismo día en el que, por órdenes de su jefe inmediato, el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero Arroyo, abre otro frente de guerra -el terrorismo fiscal- mediante una denuncia penal “contra quien resulte responsable” por el endeudamiento excesivo del gobierno de Coahuila, un grupo armado le envía al panismo, sin manta ni cartel de por medio, el siguiente mensaje: “este es un acto de terrorismo verdadero”.

Superadas las condolencias de mero trámite y las lágrimas de utilería, el doble trago amargo, por la tragedia y por el fracaso de la campaña de lodo contra Humberto Moreira Valdés, deriva en una situación tragicómica, inédita, con el episodio de los videos del hermano incómodo, presunto vendedor de quesos de Oaxaca y otras minucias, precisamente en el Casino Royale, incidente que tiene al ayuntamiento de Monterrey bajo sospecha de corrupción –tráfico de influencias, por lo menos para vender quesos y licores; y nexos con la delincuencia- a grado tal que el presidente del PAN, Gustavo Madero, después de hacer unos pucheros, se ve forzado a pedirle al presidente municipal que solicite licencia temporal para facilitar las investigaciones del caso.

El gesto de Madero es de colección porque indica que el panismo no quiere más queso, sino salir de la ratonera; escapar de este incómodo laberinto en el que se han metido sus próceres, recomponer la maltrecha estrategia diseñada por el señor Solá y… retener el poder; deseo que, de verse cumplido, les permitiría continuar en el cochinero de los negocios más redondos de este redondo mundo con sus amigos empresarios, nacionales y extranjeros.

Sobresale en este escenario hostil, que el panismo se ha ganado a pulso, el calificativo que numerosos medios de comunicación le adjudicaron al Quinto Informe de Gobierno de Calderón como “el informe de un gobierno de quinta”, repetitivo como disco rayado, sin más méritos que la autocomplacencia y la ostentación de “sexenio de la infraestructura carretera”, pues los empleos no llegan, la inseguridad no cede, la impunidad oficial es la regla, no la excepción y más de tres millones de mexicanos han pasado a formar parte del ejército de la extrema pobreza.



Mientras los lobos con piel de cordero diseñan tácticas para tender una cortina de humo al Sexto Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto, éste supera las expectativas y resulta, además de arropado por la clase política tricolor, ampliamente fortalecido y los aspirantes a la candidatura presidencial del propio y de otros partidos, parecen muy lejanos ante el empuje del hombre fuerte mexiquense.

Entre las ruinas del país que ciudadanos engañados les entregaron en el año 2000, no tendrán más remedio que, hacer precisamente lo que postula en su grupo de reciente creación, el ex presidente del comité nacional, Manuel Espino Barrientos, expulsado del PAN por un tribunal electoral que se autoproclama con autoridad para juzgar severamente deslealtades, siempre que éstas estorben las aspiraciones del virtual “candidato oficial”.

Sí, volver a empezar pero no como hace 72 años, casi en la clandestinidad, sino desde un nada honroso tercer sitio en 2012, porque a Andrés Manuel López Obrador sólo podrán robarle esta vez… el segundo lugar.

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