viernes, 9 de julio de 2010

CASI MILLON Y MEDIO DE VERACRUZANOS VOTARON


Casi millón y medio de veracruzanos votamos el domingo pasado a favor del cambio.

Fue el voto de la esperanza, el voto de mujeres y hombres honestos que confiamos en la democracia como la mejor vía para solucionar nuestros graves problemas.

Fue el voto de quienes queremos un Veracruz limpio, seguro, justo, con oportunidades para todos.

El voto de quienes rechazamos la continuidad del desempleo, de la inseguridad, de la corrupción, de la mentira.

Con esos votos limpios obtuvimos mayoría en las elecciones para Gobernador del Estado, en la gran mayoría de ayuntamientos y en diputaciones.

Hoy, la delincuencia electoral organizada con Fidel Herrera como jefe, quiere matarnos la esperanza y robar al pueblo veracruzano un gran triunfo.

Cada veracruzano es testigo del fraude.

Cada quien tiene una historia que contar.

Cada uno sabe de una persona amenazada, de un voto comprado, de un acta falsificada.

Todos vimos el derroche brutal de recursos públicos en las campañas políticas del PRI.

Todos escuchamos la voz del Gobernador ordenando robarse los recursos de los veracruzanos para destinarlos a las campañas políticas de su partido.

Nunca, en ninguna etapa de la historia de Veracruz se había cometido un fraude de esta magnitud.

No lo vamos a tolerar.

Vamos a defender con firmeza y decisión la voluntad de cambio de los veracruzanos.

Los delincuentes electorales con enorme cinismo piden “darle vuelta a la hoja” y estrechar su mano sucia.

No lo haremos.

No nos sentaremos a la mesa a negociar con delincuentes confesos.

Sería ponernos a su nivel.

El voto de los veracruzanos no es negociable.

Ganamos las elecciones y vamos a defender la decisión mayoritaria de los veracruzanos.

Quienes han actuado violentamente hoy piden que no haya violencia.

Violencia es robarse el dinero de los veracruzanos para gastarlo en las campañas políticas del PRI.

Violencia es la intervención directa del Gobernador del Estado y de sus funcionarios usando recursos públicos para operar el fraude.

Violencia es poner al Instituto Electoral Veracruzano de rodillas al servicio del gobierno y de su partido.

Violencia es usar a la policía en contra de los ciudadanos para perseguirlos, para intimidarlos, para proteger a quienes se robaron los votos.

Violencia -que pone en grave riesgo a Veracruz- es haber convocado a la delincuencia organizada para que abiertamente, con armas, sin ningún recato, participara en las elecciones en apoyo a los candidatos del PRI.

Violencia es el voto del hambre.

Esa es la verdadera violencia, y no el defender con valor y gallardía la voluntad popular.

¿Qué autoridad moral tienen Fidel Herrera, su títere y el grupo de maleantes violentos que encabeza, para demandar que todos nos conformemos con el fraude?

Ellos han actuado violentamente, han violentado la voluntad popular.

Ellos han generado un ambiente de tensión social y riesgo que nadie desea.

La violencia engendra violencia.

Desde las elecciones de 1991 (hace casi veinte años) Veracruz no vivía una situación de conflicto como la que hoy se vive.

No vamos a caer en la trampa, no acudiremos a la violencia, acudiremos a las armas de la Ley y la razón para defender el voto de cada veracruzano.

Defenderemos cada una de las elecciones, la de Gobernador y la de todos los distritos y municipios donde se ha cometido fraude.

Los tribunales decidirán.

Los magistrados tendrán que decidir si es lícito robar dinero público para pagar campañas políticas; si es válido que violentando los principios constitucionales de imparcialidad y equidad intervengan los funcionarios de gobierno en apoyo a un partido político; si el uso de la fuerza pública a favor de un candidato forma parte de las prácticas democráticas.

Los tribunales decidirán si son válidas las elecciones organizadas por un órgano electoral dependiente del gobernador y su partido; si es válido rebasar cualquier tope de gasto de campaña; si la guerra sucia es una estrategia legal; decidirán también si la delincuencia organizada puede participar en los procesos electorales.

Los tribunales están ante la histórica oportunidad de dar cauce y certidumbre a la vida democrática de Veracruz y de México.

No a la violencia.

Lo digo con toda claridad, no a la violencia, pero también con claridad lo digo: la única manera de evitar la violencia es hacer justicia.

Eso es lo que vamos a exigir en los tribunales: justicia para casi millón y medio de ciudadanos que votamos por un cambio en Veracruz.

A cada una de las mujeres, de los hombres, de los jóvenes que nos dieron su voto, le pido que tengan fe, que mantengan la esperanza.

Vamos a defender su voto y a exigir que se reconozca nuestro triunfo.
Juntos vamos a lograr el cambio que demanda y merece Veracruz.
Muchas Gracias.

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