miércoles, 20 de enero de 2010

SOLIDARIDAD CON HAITI O "IDENTIDAD TERRENAL"

Solidaridad con Haití o “Identidad Terrenal”

Rosa María Ayala Nájera

El terremoto que sacudió a Haití con resultados catastróficos, revivió en nuestro país el dolor que sufrimos en 1985 con el gran terremoto y las desgracias que causó al enlutar a un gran número de familias en la ciudad de México, y al igual que hoy, despertó el sentimiento de solidaridad de toda la población para otorgar ayuda a los conciudadanos en desgracia; no solo nuestros paisanos reaccionaron, también muchos gobiernos extranjeros y ciudadanos como Plácido Domingo y muchos más que en el anonimato tendieron la mano dando el apoyo, dentro de sus posibilidades, a quienes lo necesitaban.
Entonces y hoy se puso en evidencia nuestra capacidad de respuesta. Al contemplar las imágenes del desastre, las necesidades, el sufrimiento, las carencias, y la desesperación de los hermanos haitianos, que no murieron en el instante mismo del movimiento telúrico, pero que están sufriendo las consecuencias del mismo, por la pobreza económica de su país y la magnitud de los daños; debemos reconocer que es necesario desarrollar políticas económicas, de salud y alimentarias, por mencionar algunas, globalizadas o mejor dicho, planetarias como las maneja Edgar Morín en el cuarto y séptimo capítulo de “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”; tendiendo hacia una Identidad terrenal donde se logre un verdadero humanismo, y la conciencia de una “Tierra-Patria”.
No podemos seguir dándole más importancia al desarrollo de la tecnología destruyendo nuestro medio ambiente y menospreciando la producción de alimentos sin pensar que aunque no los veamos cerca, afectamos a todos los habitantes de la tierra.
Tenemos que impulsar el sentimiento terrenal, una cultura mundialista, el cuidado de nuestro planeta y de nuestros semejantes, responsabilizándonos de nuestros actos, porque debemos tener presente que nuestros actos aquí y ahora, afectan o benefician a todos los habitantes del mundo hoy y siempre donde quiera que éstos se encuentren. No cerremos los ojos al gran problema del cambio climático, al desequilibrio ecológico, que solo en equipo, con la participación de todos los países del planeta, podremos solucionarlo. Después no nos sorprendamos con los desastres naturales que sufren o sufrimos con los huracanes, las inundaciones, los períodos de estiaje y la capacidad de respuesta ante los terremotos y tsunamis; ¡Pongamos manos a la obra¡ por lo menos, sembremos un árbol y cuidemos de él. Nuestra visión tiene que ser mundialista. Diseñemos, enseñemos y practiquemos un nuevo civismo, practiquemos una nueva política terrenal. De esta forma no solo ayudamos a Haití, ayudamos al mundo y con él a nosotros mismos.
“Sólo el sabio mantiene el todo en la mente,
jamás olvida el mundo, piensa y actúa con
relación al cosmos”
Groethuysen

No hay comentarios: