GNOMOS, DUENDES Y CHANEQUES
Ubaldo Alvarez Melchor
EL GOBIERNO DEL CAMBIO
¿Qué nos resulta más económico combatir
el tráfico de armas que el tráfico de drogas?
ANÓNIMO.
ASÍ SE HA denominado a numerosos proyectos políticos que se han presentado a la sociedad mexicana y en estados y municipios donde invocar el optimismo y la esperanza es una vieja receta mágica, como el “ábrete, sésamo” para quienes quieren acceder al poder. Pero no todos los promotores de esta oferta han corroborado en los hechos las tesis muy bien manejadas en los discursos, y al término de su tiempo tienen que enfrentarse al juicio adverso de la historia inmediata.
EN EL INICIO de una década más del siglo XXI el observador imparcial percibe que hay casos excepcionales, en los que la sociedad es tratada como un ente merecedor de respeto, ya no de manipulación ni de imposición, elementos que generan desconfianza, rechazo e incredibilidad hacia los servidores públicos tradicionales.
LOS ESTUDIOSOS de las ciencias políticas y sociales tienen una tarea de actualidad en tres ejemplos que queremos señalar como excepcionales, porque escapan a la descalificación peyorativa clásica del ciudadano común, acerca del arte y ciencia de gobernar.
EL GOBIERNO de Humberto Moreira Valdés, en Coahuila, interrumpido por su solicitud de licencia para asumir la presidencia del CEN del PRI; el de Gabino Cué Monteagudo en Oaxaca, que luchó a contracorriente en una alianza opositora inusual, inexplicable pero que dio el resultado esperado; y el de Javier Duarte de Ochoa en Veracruz, quien día a día construye un nuevo estilo que aportará nuevas facetas para interpretar la realidad veracruzana.
PERCIBIMOS en la integración de su gabinete y en su dinámica de trabajo, un mensaje de pluralidad y conciliación; de institucionalidad que respeta y asimila a las diferentes corrientes políticas y de opinión; y corona su proyecto con la decisión histórica de generar una nueva clase política basada en la incorporación de numerosos jóvenes en áreas de delicada responsabilidad, respaldados por políticos experimentados que en tareas anteriores siempre han dado resultados. A éstos les llamamos servidores públicos eficientes no por ser amables con ellos, sino aplicando la frase de conocido político papanteco, ex presidente del CDE del PRI, quien afirmaba que “en política, la eficiencia se mide en resultados”.
CADA VEZ que caiga una hoja del calendario de esta administración, la sociedad veracruzana estará pendiente de los avances en esta nueva dirección; y al concluir el mandato, estaremos pendientes de poder afirmar, con los resultados en la mano: “éste sí fue un gobierno del cambio”.
hosirius_es1@yahoo.com.mx
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