PUNTO Y COMA

Punto y Coma

Otra historia de negligencia en el IMSS
La viví en carne propia hace 25 años
El HZ No. 24, antesala de dolor y muerte

Por Luis González Romero
El Hospital de Zona No. 24 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es la antesala del dolor y muerte. La antesala de la negligencia, apatía, burocratismo, corrupción y de “importamadrismo” que mata más que las enfermedades, pues a los trabajadores, sobre a médicos y enfermeras solo les interesa estar bien ellos, como empleados sindicalizados; más no les preocupa el derechohabiente, al que por lo regular lo curan con paracetamol y antibióticos.
Pero les voy a platicar lo que me ocurrió hace 25 años aproximadamente, cuando acudí a la clínica 24 porque por las noches me daba un dolor. Mi médico familiar me mandó a laboratorio y después a que me tomaran varias radiografías, hecho que se repitió tres veces para dictaminar mi problema de salud con sustento y llegaron a la conclusión que mi vesícula estaba borrada, es decir cubierta de grasa y que por lo mismo me tenían que operar para extirparla, fijando una fecha para ello y mientras tanto para mitigar el dolor me recetaron paracetamol.
Un médico amigo mío, de Tuxpan, me recetó otro medicamento que dijo que era más efectivo que el paracetamol y me dijo que lo tomara por la noche, cuando el dolor me daba con más fuerza. Me tomaba la pastilla y el dolor pasaba; pero una noche ni con la medicina se me quitó el malestar intenso y acudí como a una de la madrugada al SS, al área de urgencias, en donde la recepcionista me dijo que mi caso no era urgente y que regresara a la siete de la mañana con mi médico familiar.
Ni modo, no había de otra; pero como el dolor fue intenso me tuve que dirigir a una clínica particular, la del doctor Hermilo Amador en la colonia Obrera, en donde las enfermeras me recibieron, me tomaron de brazo y me llevaron hasta una mesa de exploración, en tanto que llamaban al médico, el cual llegó de inmediato y después de conocer el estado en que me encontraba me aplicaron inyecciones y me dieron a tomar otros medicamentos con los cuales mi dolencia se hizo leve, permitiendo que me quedara dormido.
El doctor Hermilo se comunicó con los ejecutivos de la editorial para la cual trabajaba en esos tiempos y estos a su vez gestionaron que se me trasladara al Hospital de Zona, pero de Pemex, en donde me hicieron todos los estudios habidos y por haber y a las once de la noche me notificaron que me quedaría internado, por lo que pregunté si me iban a operar y la respuesta fue negativa; que no había motivo alguno y que mi problema no era la vesícula, sino un asunto de gastritis crónica.
Después de una semana de permanecer hospitalizado y en tratamiento me dieron de alta y solo me entregaron un frasco de Tagamet, pastillas para el dolor y en una hoja grande me hicieron la prescripción de la dieta con la cual debería de recuperarme de la gastritis y que tenía que llevarla durante tres meses. Claro que la experiencia no era para menos y cumplí con la receta para la alimentación y aunque no era fácil, me apegue a ella y cuando se cumplieron los tres meses, yo me auto receté otros tres meses.
Como ven, han transcurrido más de 25, no tengo gastritis y la vesícula está intacta en su lugar; cuando en el seguro ya habían afilado el bisturí para extirparla. Amigos míos, así se trabaja en el IMSS en donde para los médicos la vida no vale nada y lo que ahora les comentó lo han dado a conocer en otros medios impresos y electrónicos, sobre de casos recientes como el de Marcial Pasaron o el de José Luis González Peña, el primero aún con vida y el segundo falleció a consecuencia de la negligencia de los médicos, que aun conociendo su historial y viendo su deteriorado estado de salud, con antibióticos y paracetamol le dijeron que era suficiente para que recuperara su salud, por lo que todo lo bueno que debiera tener la institución, lo echan a perder quienes en ella laboran…Por hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hotmail.com, hasta pronto. Es mi verdad