domingo, 12 de junio de 2011

PUNTO Y COMA

Punto y coma
Si el director general me lo permite
Columna a José Luis González Peña
Hoy volverás a leer lo que escribo

Por Luis González Romero

(Inmemorian).- Me atrevo a escribir en este espacio algunos de mis pensamientos y recuerdos imborrables, porque estoy seguro que hoy, como lo haces todo los días, abrirás las páginas de Diario Poza Rica para leer lo que escribe tu padre, algunas cosas en las que no estabas de acuerdo porque tenías una óptica diferente de ver las cosas; sin embargo siempre me dabas la razón, sobre todo cuando escribo de las cosas que se pueden cambiar y que no se hacen; de los políticos que siempre prometen y prometen y raras vez cumplen al 100 por ciento; pero poco a poco a poco se fuiste dando cuenta que una cosa es lo que se dice y otra la que se hace.

Pero bien, hoy recuerdo cuando de conocí; desde cuando estabas en el vientre de tu madre, María Luisa Peña Ortiz, con la que te has reunido desde el pasado martes 8 de Junio. Estoy seguro que los dos están contentos, se habían dejado de ver durante casi un año y hoy fuiste a su encuentro; seguramente te preguntó por mi y, le dijiste que estoy bien, que sigo en Diario de Poza Rica, el Radiorama y que además en mi blogs, “elfigaropozarica”; se que te ha preguntado cómo están Lourdes, Elvira y Miguel Angel.

Ella te recuerda cuando naciste, te habla de todo, de tu cuna, primeros pasos, primeras palabras, primeros pasos, berrinches y travesuras; de primer día de escuela; de que no querías cargar la mochila y después de tres años de educación, se acuerda de cuando al final de la primaria te entregaron tu certificado simbólico, por el que lloraste de coraje porque solo era una hoja de papel bond en blanco amarrada con un listón azul, y como eras muy pequeño no entendías de razones porque tu certificado no tenía letras y terminaste por quemar la hoja.

Pasaron los años, terminaste la secundaria, pues la preparatoria en la “Renato Leduc”
Y más adelante pasaste a ocupar un lugar en la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana, carrera que nunca ejerciste, porque tú querías ser periodista, y fue así como llegaste a Editorial Gibb en donde entregaste lo mejor de tu juventud y empresa de la que siempre recibiste el respaldo y la confianza, en donde por más de 25 años estuviste laborando, hasta tres días antes de acudir al llamado del Ser Supremo para reunirte con tu madre y con tus cuatro abuelos, maternos y paternos, una gran familia.

Como publicista fuiste gerente, después reportero, sembraste amistad por todas partes y hoy también te extrañan. De las adversidades de la vida hiciste bromas, incluso hasta de tu discapacidad que no te doblegó, fuiste valiente, hiciste frente a las enfermedades, a los accidentes; pero finalmente Dios dispuso que tenías que estar en su reino y para ello hay nada que lo impide, todos tenemos que cumplir el mandato divino y algún día estaré contigo; mientras tanto seguiré escribiendo, estaré cerca de tu hija Leslie, quien ya el mes que entra sale de la preparatoria y se alista para el examen de admisión, porque ella será mejor que tu y que yo en su carrera de ciencias de la comunicación que ha decidido estudiar.

Hay tantas cosas que recordar, como las penalidades que pasaste hace 30 años cuando me accidente; pero gracias a Dios siempre hay personas humanas, como Noel Rivera que se encargaba de darte para la escuela, alimentos y todo lo que necesitabas hasta en tanto me recuperaba; pero también hay que recordar tu boda con Cruz, los 15 años de Leslie; el accidente que sufriste en un carro de alquiler, los embates de la diabetes, de la hipertensión, de la amputación de una de tus extremidades inferiores que te cambió la vida; pero aún si tu alegría de vivir no se vio afectada y el domingo pasado cumpliste con tu trabajo, porque el lunes iniciaste los preparativos para emprender ese viaje que no tiene retorno porque ahora estás en la Gloria de Dios, lejos de los 45 grados de calor, de las inundaciones, del encarecimiento de la vida y hasta de los cobradores. Te vi partir, estuve contigo y lo estaré siempre.

Disculpen amables lectores, pero tenía que escribir una parte de esto que es una historia muy larga de contar luego de vivir el dolor de perder a un hijo ejemplar y con un alto sentido humano y sobre todo de hacer las cosas bien, tanto para su familia como para la sociedad…Por Hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hotmaiul.com, hasta pronto y feliz fin de semana.

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