Caracterizado por
el éxito, Cumbre Tajín transcurre en plena concordia
Sus tres primeros días: exitosos, pacíficos, diversos,
multiculturales, rítmicos, coloridos, aromáticos y llenos de sabores.
Quedan los dos días de cierre: martes y miércoles que prometen
hallazgos, vivencias y, lo mejor de todo, la oportunidad para revalorar el
patrimonio.
En el patio del
Kantiyán, la casa de los Abuelos, el lugar de las oraciones, el sitio al que
danzantes y músicos acuden para presentar sus respetos y recibir guía, una
Abuela camina con el sahumerio humeante, pasa entre los Negritos que bailan y
se acerca a los espectadores para compartir el espíritu que reina durante la
décima tercera edición del Festival Cumbre Tajín:
—Que dios padre lo
ampare en todo lugar, le dé salud, paz a su alma y tranquilidad a sus días
—dice, y observa como sólo la experiencia sabe hacerlo, con serenidad y
atención. No hay nada más importante que ese encuentro de miradas en el
Festival de la Identidad, hecho que se repite en todos los rincones del Parque
Takilhsukut de Papantla, Veracruz, con miles de protagonistas que se cobijan en
el asombro, el reconocimiento y la tranquilidad.
Así han sido los
tres primeros días del Festival Cumbre Tajín que inició este sábado 17:
exitosos, pacíficos, diversos, multiculturales, rítmicos, coloridos,
aromáticos, llenos de sabores y caracterizados por la concordia.
Con más de cinco
mil actividades culturales —talleres, danzas, ceremonias, curaciones,
meditaciones, conciertos…—, Cumbre Tajín transcurre en calma total, sin más
estruendo que el de los tambores; sin más agitación que el descenso de los
danzantes de la Ceremonia Ritual de Voladores; sin más movimiento que el del
baile que va de las danzas tradicionales a la salsa, pasa por el rock y se estaciona
en las presentaciones del Laboratorio de Acrobacia Indígena, sin más
preocupaciones que tener tiempo para acudir a talleres, sesiones de yoga,
funciones de teatro infantil, sensoramas o al horno de la Aldea Totonaca en el
que se comparte el pan y el café.
Así es Cumbre
Tajín: el sitio para la renovación espiritual y la inmersión cultural. Aún
quedan los dos días de cierre: martes y miércoles que prometen hallazgos,
vivencias y, lo mejor de todo, la oportunidad para revalorar el patrimonio y
confirmar que la cultura es el mejor motivo para reunirse, cantar y vivir las
palabras que nacen en el Kantiyán:
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