Por: Jorge Manrique
Tres ridiculeces
Según el diccionario
la palabra “Ridiculeces”, se define de la siguiente manera: Acto o dicho que
provoca risa por extravagante deja de decir ridiculeces y escucha.1) acción o dicho que
provoca risa o burlas Dijo una sarta de ridiculeces. 2) cosa que tiene
poco tamaño, valor o importancia No debes
preocuparte por ridiculeces Tesauro. Ridiculez sustantivo femenino rareza,
extravagancia, singularidad. Así que amable lector lo dejaremos en “Acto o
dicho que provoca risa”.
La primera ridiculez,
se presento hace unos días una alcaldesa de nuestro México lindo y querido fue
obligada por una ciudadana a cumplir con promesas firmadas ante notario, ella
se había comprometido durante su campaña electoral, a terminar su periodo pero
le fue más atractiva una curul legislativa. Dichas promesas fueron firmadas
ante notario (Ya sabes usted, esto es lo de moda). Sin embargo, la demanda de
la ciudadana obligó a que el cabildo le retirara la licencia obligándola a
regresar a cumplir con la tarea a que se comprometió con la ciudadanía.
La alcaldesa en
mención está furiosa porque una ciudadana le recordó que las promesas hay que
cumplirlas y porque le cerró, por el momento, su carrera política. Lo que causa
risa de este asunto es que ella misma fue la que firmo ante notario sus
“promesas de campaña”, nadie la obligo, por lo que en el pecado lleva la
penitencia.
Sin embargo el tema en
su momento fue importante, porque la mujer era candidata al Senado, y el hecho
de que fuera regresada a cumplir recompuso la lista del PRI. Aunque lo más
importante es que se nos ha dicho hasta el cansancio, que la sociedad debe
organizarse y tomar las cosas en sus manos, y cuándo lo hace y no le conviene a
los políticos, éstos se ponen furiosos. Ya hay una demanda similar para que
Josefina Vázquez se vuelva al Congreso, aunque como ella llegó a diputada por
la vía plurinominal tal vez no le hagan cumplir. Recordemos que en Baja
California hay una ley anti chapulín, que le cerró el camino a un político, y
este la derrotó legalmente porque es anticonstitucional.
En principio, esta
acción legal, ayudará a frenar la demagogia de los candidatos que prometen sin
la intención de cumplir, y despertará a las ciudadanas(os) para que frenen a los
políticos(as).
Nadie dice tampoco
que hay una obligación constitucional para que los políticos cumplan o digan la
verdad, tal y como ocurrió en nuestro estado en donde un político en campaña y
otro en el poder, montaron circo, maroma y teatro, para hacer creer al pueblo
de Veracruz que se eliminaría la tenencia vehicular. Pero eso es harina de otro
costal.
La segunda ridiculez
la encontramos en el que hoy día, es el tema de moda “la mujer”, aunque yo no
me explico porque es el tema de moda si provenimos de ella. Pero hoy día se
volvió el tema de moda y no hay dio que no se ventile en los medios (Por el
simple y a la vez complejo hecho de que Josefina es candidata a la presidencia
en un país de machos y por el partido en el poder) Todo indica que los rituales
ridículos a los que nos están acostumbrando los políticos y medios que los
acompañan, se formula una y otra vez la pregunta de si México está listo para
una presidenta, los demagogos dicen que sí, aunque bloquean a las mujeres para
que no accedan al poder. Lo cual causa mucha risa. (Recordemos que la risa es
el efecto que causa una ridiculez)
Recordara amable
lector que en el pasado histórico actual, se tuvo que aprobar una ley que
evitara que los políticos obligaran a las mujeres a renunciar a sus curules
para darles paso a los hombres que iban como suplentes.
Así que la respuesta
es simple. México está listo desde hace mucho, los que no lo están son los
políticos y sus partidos, aunque vayan por la vida diciendo lo contrario.
La tercera ridiculez
la encuentro en los spots de una corriente politica. Recordemos que esa
corriente politica gobernó por más de 70 años y se fue haciendo cada vez más
corrupto, a un grado que apenas empezamos a barruntar. Fue creando un ámbito de
corrupción, una cultura, un modo de ser, de gobernar, de comportarse, de hacer
negocios, de dar y de obtener, de moverse por los laberintos de la burocracia,
de enriquecerse y de enriquecer, de solucionar los problemas, de subir y de
bajar en las escalas políticas y económicas, de engañar y de mentir, de
sobornar y de exigir el soborno, de dar concesiones, de construir y de destruir
personas, fortunas y hasta edificios.
A los 70 años de
gobierno de esa corriente politica, le podemos atribuir el perfeccionismo de la
corrupción y cuando esta no funcionaba, se echaba mano de la represión. Prueba
de esto es que hay algunos estados como el nuestro en donde aun se vive bajo el
yugo del PRI. En ese trayecto de los 70 años de PRI, hay que recordar a los
periodistas muertos, a los luchadores civiles asesinados, a los cientos de
perredistas ejecutados, a los indios masacrados, a los rebeldes de las montañas
de Guerrero, a los sindicalistas suprimidos, a los defensores de los derechos
humanos eliminados, a los disidentes torturados, a los extranjeros civiles y
clérigos expulsados, a las organizaciones civiles perseguidas y amenazadas, a
los ferrocarrileros y a los médicos encarcelados, a los estudiantes y maestros
apresados, amedrentados y muertos como en Tlatelolco. Todos ellos y otros muchos
fueron brotes de libertad y de esperanza, liquidados por la desesperanza y por
el temor.
Hay un anuncio de una
corriente política que dice más o menos: ¿nos gusta la nueva cara del viejo
PRI?, ¿estamos a gusto con los doce años de alternancia? Si la mujer es
derecha, ¿es mejor que los hombres de derecha?, ¿el país está listo para que
otro derechista mueva al país hacia climas de intolerancia y exclusión? Le
faltó decir, si estaremos a gusto con los que se han disfrazado de izquierda.
La política es muy importante como para reducirla a cuestiones de retórica
hueca, la elección es fundamental como para pensar que la definirá el género de
los candidatos.
Hace más de medio
siglo la autora Ayn Rand escribió un libro que toca a México (Atlas shrugged) y
en el hace una referencia al país, la dureza del comentario no hay que dejarla
de lado, porque como están las cosas, parece darle la razón a la autora cuando
un personaje le pregunta a otro: "Y tú crees que es un error involucrarse
en desarrollar a un país sub privilegiado que nunca tuvo la menor
oportunidad".
Como le dije al
inicio de la columna son solo tres simples ridiculeces, nos leemos la próxima
semana del otro lado del cristal.
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