martes, 27 de marzo de 2012

DEL OTRO LADO DEL CRISTAL



Por: Jorge Manrique

Tres ridiculeces

Según el diccionario la palabra “Ridiculeces”, se define de la siguiente manera: Acto o dicho que provoca risa por extravagante deja de decir ridiculeces y escucha.1) acción o dicho que provoca risa o burlas Dijo una sarta de ridiculeces. 2) cosa que tiene poco tamaño, valor o importancia No debes preocuparte por ridiculeces Tesauro. Ridiculez sustantivo femenino rareza, extravagancia, singularidad. Así que amable lector lo dejaremos en “Acto o dicho que provoca risa”.

La primera ridiculez, se presento hace unos días una alcaldesa de nuestro México lindo y querido fue obligada por una ciudadana a cumplir con promesas firmadas ante notario, ella se había comprometido durante su campaña electoral, a terminar su periodo pero le fue más atractiva una curul legislativa. Dichas promesas fueron firmadas ante notario (Ya sabes usted, esto es lo de moda). Sin embargo, la demanda de la ciudadana obligó a que el cabildo le retirara la licencia obligándola a regresar a cumplir con la tarea a que se comprometió con la ciudadanía.

La alcaldesa en mención está furiosa porque una ciudadana le recordó que las promesas hay que cumplirlas y porque le cerró, por el momento, su carrera política. Lo que causa risa de este asunto es que ella misma fue la que firmo ante notario sus “promesas de campaña”, nadie la obligo, por lo que en el pecado lleva la penitencia.

Sin embargo el tema en su momento fue importante, porque la mujer era candidata al Senado, y el hecho de que fuera regresada a cumplir recompuso la lista del PRI. Aunque lo más importante es que se nos ha dicho hasta el cansancio, que la sociedad debe organizarse y tomar las cosas en sus manos, y cuándo lo hace y no le conviene a los políticos, éstos se ponen furiosos. Ya hay una demanda similar para que Josefina Vázquez se vuelva al Congreso, aunque como ella llegó a diputada por la vía plurinominal tal vez no le hagan cumplir. Recordemos que en Baja California hay una ley anti chapulín, que le cerró el camino a un político, y este la derrotó legalmente porque es anticonstitucional.

En principio, esta acción legal, ayudará a frenar la demagogia de los candidatos que prometen sin la intención de cumplir, y despertará a las ciudadanas(os) para que frenen a los políticos(as).

Nadie dice tampoco que hay una obligación constitucional para que los políticos cumplan o digan la verdad, tal y como ocurrió en nuestro estado en donde un político en campaña y otro en el poder, montaron circo, maroma y teatro, para hacer creer al pueblo de Veracruz que se eliminaría la tenencia vehicular. Pero eso es harina de otro costal.

La segunda ridiculez la encontramos en el que hoy día, es el tema de moda “la mujer”, aunque yo no me explico porque es el tema de moda si provenimos de ella. Pero hoy día se volvió el tema de moda y no hay dio que no se ventile en los medios (Por el simple y a la vez complejo hecho de que Josefina es candidata a la presidencia en un país de machos y por el partido en el poder) Todo indica que los rituales ridículos a los que nos están acostumbrando los políticos y medios que los acompañan, se formula una y otra vez la pregunta de si México está listo para una presidenta, los demagogos dicen que sí, aunque bloquean a las mujeres para que no accedan al poder. Lo cual causa mucha risa. (Recordemos que la risa es el efecto que causa una ridiculez)

Recordara amable lector que en el pasado histórico actual, se tuvo que aprobar una ley que evitara que los políticos obligaran a las mujeres a renunciar a sus curules para darles paso a los hombres que iban como suplentes.

Así que la respuesta es simple. México está listo desde hace mucho, los que no lo están son los políticos y sus partidos, aunque vayan por la vida diciendo lo contrario.

La tercera ridiculez la encuentro en los spots de una corriente politica. Recordemos que esa corriente politica gobernó por más de 70 años y se fue haciendo cada vez más corrupto, a un grado que apenas empezamos a barruntar. Fue creando un ámbito de corrupción, una cultura, un modo de ser, de gobernar, de comportarse, de hacer negocios, de dar y de obtener, de moverse por los laberintos de la burocracia, de enriquecerse y de enriquecer, de solucionar los problemas, de subir y de bajar en las escalas políticas y económicas, de engañar y de mentir, de sobornar y de exigir el soborno, de dar concesiones, de construir y de destruir personas, fortunas y hasta edificios.

A los 70 años de gobierno de esa corriente politica, le podemos atribuir el perfeccionismo de la corrupción y cuando esta no funcionaba, se echaba mano de la represión. Prueba de esto es que hay algunos estados como el nuestro en donde aun se vive bajo el yugo del PRI. En ese trayecto de los 70 años de PRI, hay que recordar a los periodistas muertos, a los luchadores civiles asesinados, a los cientos de perredistas ejecutados, a los indios masacrados, a los rebeldes de las montañas de Guerrero, a los sindicalistas suprimidos, a los defensores de los derechos humanos eliminados, a los disidentes torturados, a los extranjeros civiles y clérigos expulsados, a las organizaciones civiles perseguidas y amenazadas, a los ferrocarrileros y a los médicos encarcelados, a los estudiantes y maestros apresados, amedrentados y muertos como en Tlatelolco. Todos ellos y otros muchos fueron brotes de libertad y de esperanza, liquidados por la desesperanza y por el temor.

Hay un anuncio de una corriente política que dice más o menos: ¿nos gusta la nueva cara del viejo PRI?, ¿estamos a gusto con los doce años de alternancia? Si la mujer es derecha, ¿es mejor que los hombres de derecha?, ¿el país está listo para que otro derechista mueva al país hacia climas de intolerancia y exclusión? Le faltó decir, si estaremos a gusto con los que se han disfrazado de izquierda. La política es muy importante como para reducirla a cuestiones de retórica hueca, la elección es fundamental como para pensar que la definirá el género de los candidatos.

Hace más de medio siglo la autora Ayn Rand escribió un libro que toca a México (Atlas shrugged) y en el hace una referencia al país, la dureza del comentario no hay que dejarla de lado, porque como están las cosas, parece darle la razón a la autora cuando un personaje le pregunta a otro: "Y tú crees que es un error involucrarse en desarrollar a un país sub privilegiado que nunca tuvo la menor oportunidad".

Como le dije al inicio de la columna son solo tres simples ridiculeces, nos leemos la próxima semana del otro lado del cristal.

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