LACTANCIA MATERNA, EVITAR OBESIDAD Y CONTROLAR ESTRÉS DISMINUYEN RIESGO DE CÁNCER DE MAMA
Amamantar más de seis meses, evitar la obesidad, hacer ejercicio físico y controlar el estrés, disminuyen el riesgo de sufrir cáncer de mama, y aunque el antecedente familiar es uno de los principales factores de riesgo, estas acciones son favorables para evitar este padecimiento.
Además, es importante la autoexploración de los senos, cada mes a partir de los 20 años, y hacerse realizar la exploración clínica después de los 25 años, de preferencia pasando los días de la menstruación, hábito que triplica la posibilidad de detectar en etapas tempranas un cáncer de mama, cuando es totalmente curable. Es importante la práctica de una mastrografía ya que este estudio ayuda a detectar oportunamente tumoraciones.
Tal señaló la Coordinación de Salud Pública del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Norte, quien aseguro que desafortunadamente muchos de los casos llegan a los hospitales en etapas avanzadas, y solo se pueden controlar con quimio o radioterapia y algunos ya únicamente con cirugía, a fin de extirpar total o parcialmente la mama.
Esta enfermedad cada vez está impactando más a la mujer, por lo que se exhortó a tener mayor acuciosidad en la exploración de sus glándulas mamarias.
Actualmente el cáncer de mama ocupa el segundo lugar de mortalidad en la mujer, después de Cáncer Cérvico-Uterino. La mayor incidencia es después de los 60 años, sin embargo hay un incremento en la frecuencia, entre los 30 y 40 años de edad.
Se considera joven para padecer cáncer de mama a las menores de 40 años. En el caso de las que tienen entre 20 y 30 años su aparición por lo general está condicionada prácticamente al factor hereditario, a la carga genética de la familia, por lo que el riesgo se incrementa hasta dos veces en las mujeres que tienen una madre, abuela o tía directa que lo hayan padecido.
El cáncer de mama es una enfermedad hormonal dependiente, es decir relacionada con todo lo que está alrededor de la menstruación y la menopausia, otros factores de riesgo son: el inicio de la menstruación a edades muy tempranas, entre los 10 a 12 años, y una menopausia tardía, alrededor de los 50 a los 52 años.
También la obesidad, esta asociada con la reproducción de estrógenos, por lo que se recomienda una dieta baja en grasas de origen animal y hacer ejercicio físico. En cuanto al estrés, se han demostrado que favorece la liberación de estrógenos, así como el sobrepeso y la obesidad, que es un estimulo hormonal que provoca una tensión premenstrual de la glándula mamaria.
Se recomienda acudir con su médico si se detecta alguno de los siguientes signos de alarma: deformación de la glándula mamaria al autoexplorarse; edemas (acumulación anormal de liquido), eritema (enrojecimiento de la piel o cambio de color de la misma y textura denominada “piel de naranja”; descarga de líquido sanguinolento por el pezón, retracción o hundimiento de la piel o del pezón, y la presencia de una-bolita o bulto- de diferente tamaño, y dura “como una piedra”, que no se mueve y no es dolorosa.
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