Cumbre Tajín, el
hechizo para la infancia
Teatro, música y
espectáculos que comparten y renuevan la tradición
¾Es muy bonito, porque así
se conoce mucho más gente y mucha más cultura. Es un intercambio de música y
géneros, puede uno enseñar son jarocho y la otra persona que viene de otro país
nos puede enseñar su música tradicional. El son jarocho es como una hermandad,
los jaraneros son muy unidos —dice Josué Daniel Tadeo Laguna, de 19 años, quien
está a cargo de la leona en el fandango infantil y se siente muy satisfecho con
la respuesta del público ante esta propuesta que fomenta la tradición entre los
niños asistentes a Xanatlín, área dedicada especialmente a los niños durante el FestivalCumbre Tajín, llevado a cabo del 17 al 21 de
marzo en el Parque Takilhsukut, la zona arqueológica de El Tajín y la ciudad de
Papantla, Veracruz.
Es el primer día
de la edición 2012, y el Parque Takilhsukut exhibe el esplendor de la cultura
anfitriona y reúne artistas de todas las disciplinas. En diferentes escenarios,
las danzas tradicionales se entretejen y comparten júbilo, la música de México
y el mundo palpita en el corazón del Totonacapan.En Xanatlín, a ritmo de son
jarocho, el espectáculo lo hacen los niños para los niños: con quijada de burro
en mano, zapateando o percutiendo el cajón peruano, el fandango infantil
renueva la tradición de Veracruz.
El espectáculo es
dinámico y variado: al bailar la iguana, los niños se tiran al suelo; con el
son del toro, el varón imita a este animal y su pareja lo torea; otros sones,
como el de la quijada de burro, se acompañan de anécdotas o décimas. Sólo la
jarana y la leona están en manos de adultos. Para el último número, cada niño y
niña busca pareja entre el público y los suben a zapatear al escenario.
Suena un fragmento
de la bamba para que los participantes entren en calor y se familiaricen con el
paso. Después, la pieza completa pone a prueba la maestría de locales y
foráneos y evidencia el dominio de estos niños de entre 3 y 14 años que tocan,
bailan y cantan son jarocho como si fuera lo más natural, y de hecho lo es.
La interacción
arriba y abajo del escenario continúa con el siguiente espectáculo: La leyenda
de Talimaxcatl o Los doce viejos Tajines. Un narrador va contando la historia y
llama gente del público según se requiere. Juanito Talimaxcatl, representado
por uno de los más pequeños del Fandango Infantil, es un niño flojo que se
porta mal. En diversas circunstancias, el protagonista se mete en problemas
hasta tomar en sus manos los poderes del trueno, el rayo y el relámpago y
destruir la naturaleza. Los doce dioses Tajines deliberan y lo encierran en el
fondo del mar para proteger al mundo. Ésa es la forma en que la tradición
Totonaca mira la capacidad de destrucción humana: todos tenemos un Talimaxcatl
capaz de destruir, pero mientras trabajemos por mantenerlo en lo más profundo
la naturaleza estará a salvo.
Entre los
asistentes, locales y foráneos se maravillan por igual: participan, responden,
interactúan con lo que ocurre en el escenario. Proveniente de Ecuador, Ricardo
Sanipatín comparte su experiencia después de haber zapateado entre los niños y
representado a Kiwikgoló, el Dueño del Monte, en La leyenda de los doce
tajines:
¾De entrada el zapateado es
algo novedoso para nosotros. Uno cuando es de fuera lo ve como que muy lejos y
jamás se imagina cómo es. Y desde abajo uno lo ve muy fácil, pero ya que estás
arriba y ves todos los ritmos que hacen, dices: “Madre santa, ¡qué es eso!”.
Entonces es padrísimo. Y lo del cuentacuentoses maravilloso, es sorprendente. Vaya,
te hacen formar parte, te invitan, te acogen dentro de esta cultura tan bonita
que tiene Veracruz.
Como el escenario
de Xanatlín, el Festival de la Identidad es una experiencia acogedora que
invita a participar, la tradición te convoca, la cultura está viva.
¾Se junta el arte, la
cultura, las artesanías, las costumbres de cada región y, entre otras cosas,
diversiones para jóvenes, conciertos. Sí es algo novedoso, la verdad ¾señala
Brian Sanipatín, hermano de Ricardo.
¾Es abrumador, para donde
veas te encuentras cultura, por donde camines hay gente bailando, chicos
tocando¾comenta Ricardo antes de exclamar
que está encantado con el festival.
No hay comentarios:
Publicar un comentario