ELLAS SÓLO QUIEREN SER
“Las mujeres son como olas, no importa la competencia que haya en altura o duración entre una ola y otra: son agua”, así las definió el maestro budista vietnamita, Thích Nhat Hanh. Y en este caso, estas féminas son una muestra de su lucha, perseverancia e inteligencia
Por Isela Serrano / Luces del Siglo (*)
Se autoriza reproducción con crédito a la revista y autora
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Cancún, Qna. Roo., a 2 de marzo de 2012
Algunas pisan fuerte, pilotean o van al frente de un ferrocarril, otras son como la luna: no tiene que ser llena, creciente o menguante, porque son en sí mismas una en cada fase. A propósito del Día Internacional de las Mujeres, Luces del Siglo dialogó con una astrónoma, una asesora de seguridad pública, una directora de noticias, una actriz, una legisladora y una política.
¿Qué tienen en común? Que no les gustan las etiquetas, quizás las une también la utopia que, en palabras del escritor uruguayo Eduardo Galeano: “les sirve para caminar”. Quizá así se entiende por qué en el azaroso tablero de la vida avanzan, regresan o son capaces de empezar. De tú a tú conversan con la candidata del PAN a la Presidencia, Josefina Vázquez Mota; hablan de pecados y de tabúes como el sexo.
Julieta Fierro, astrónoma de la UNAM.
A sus 64 años baila una pieza de su autoria: El mambo de Galileo, en honor al astrónomo Galileo Galilei, toma clases de ballet clásico, borda manteles, ha recibido los premios de Divulgación de la Ciencia de la Academia de Ciencias del Tercer Mundo, el Kalinga de la UNESCO en 1995, y muchos más.
La astrónoma mexicana Julieta Fierro es autora de más de cuarenta libros, ha dictado centenares de conferencias en México y en el extranjero, y ha diseñado cientos de talleres de ciencia para niños.
“Las jóvenes de hoy quieren ser las mejores en el trabajo, la casa, como mamás, esposas y hacer deporte. La realidad: están agotadas. Deben saber que no tienen que ser las mejores en nada, las mujeres somos valiosas por el simple hecho de serlo; si elegimos una profesión y no somos las mejores, si no tenemos impecable la casa, o no vamos al gimnasio, no pasa nada”.
A Josefina Vázquez Mota, aspirante presidencial por el Partido Acción Nacional le propone: “Josefina, si llegas a la Presidencia, crea un Instituto Nacional de la Felicidad, los mexicanos sabemos de fiestas, amigos, somos altruistas, construimos familia; esas son fuentes de felicidad. Si hiciéramos más énfasis en esto que en las drogas, habría una población más feliz”.
Incluye un Instituto Nacional de las Drogas y la Violencia; el primero, para buscar sustitutos de la felicidad, hay alternativas que los jóvenes deben saber, hacer el amor y comerse un chocolate equivale a darse “un toque” de mariguana.
En el Instituto de la Violencia deberían analizarse las fuentes de Violencia. Recomienda un curso de comunicación, las mujeres necesitamos aprender a decir “no” y los hombres necesitan aprender a pedir lo que quieren, antes de usar los golpes. Si comenzamos a combatir la violencia intrafamiliar –concluye– será más fácil combatir la violencia a nivel nacional.
“Ojalá te vaya bien, Josefina, sabes que no soy partidaria del PAN porque no se vale, nadie tiene por qué opinar sobre cómo y cuándo me tengo que morir y menos en la manera en la que quiero morir. En ese tipo de leyes y el rechazo al aborto o a la pastilla del día siguiente no comulgo con el PAN, pero hay otras en las que sí podemos trabajar y podemos colaborar”.
Desde su oficina, en el Instituto de Astronomía de la UNAM, cuyo espacio pareciera un túnel con dulces, peluches, dinosaurios, así como telescopios y globos terráqueos, explica que los economistas han estudiado la felicidad porque la fuente de economía es el consumo; éste se da por factores como estatus, prestigio o poder. Hay una condición que no requiere de consumo, como hacer la comida favorita de los hijos, contar un cuento, llevar a pasear a los niños.
Elena Arcilla, directora de Noticias de Grupo Sipse.
En tiempos en los que un escaso número de mujeres ejercían el periodismo en su natal Mérida, Yucatán, su deber era permanecer en la redacción y estar pendiente si ocurría algún suceso inesperado los días festivos. A diferencia de sus compañeros, las notas que reporteaba no incluían su nombre ni apellido por el simple hecho de ser mujer.
Hoy, Elena Arcilla es directora de Noticias de Grupo Sipse, consorcio que integra prensa, radio y televisión en los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. A su cargo está el cuerpo de reporteros, coberturas especiales. Ella dirige el área de noticieros del canal local TVCUN y jerarquiza la información que esta televisora lleva a su público en su barra de noticias.
Ella relata a Luces del Siglo que las dificultades que enfrentó en sus inicios profesionales “no han sido en sí mismas un obstáculo; toda vez que las tomó como parte de un aprendizaje. Ahora –dice– soy la primera en rodearme de mujeres.
“¿A quién admiro? Ante todo a mi madre, una mujer con discapacidad visual que educó a cuatro hijos y 10 nietos, baila, cocina y es divertida”. En una ocasión –narra– una habitación del segundo piso de su casa se cerró. Su progenitora le dio la instrucción de abrir la ventana pasando por el protector y el bóiler.
“Después de hora y media de intentarlo me dijo ‘¿no has abierto?’ Ella subió, desde abajo yo la veía con admiración y temor de que le fuera a pasar algo. Abrió, y con la mano en la puerta me dijo lo que no olvidaré: ‘cuándo quieres algo, tienes que hacerlo. No puedes esperar que alguien lo haga por ti’”.
Elena Arcilla atesora esas palabras y valora haber tenido la fortuna de contar con una abuela que a los 60 años viajaba en moto y otra que opinaba que las mujeres no debían acudir a la escuela. La directora de Noticias de Grupo Sipse llama a las mujeres a empeñarse en hacer lo que deseen y esforzarse para dar lo mejor de sí mismas.
Orgullosamente yucateca –dice–, a mí me da vergüenza que algunas mujeres utilicen otras artes distintas al trabajo para lograr lo que desean. Creo que deberían desaparecer del planeta. No me refiero a quienes utilizan su cuerpo para ascender, no lo quiero decir así porque eso es prostitución. Me refiero a quienes utilizan el arte de convencer, cabildear, seducir u otra cosa que no sea trabajar. Hay mujeres así, a mi particularmente me avergüenzan".
A Josefina Vázquez Mota le diría que no olvide que su condición le permite tener una visión más amplia de las cosas; esto para pensar en el pasado y el futuro de forma particular; de tal suerte que puede tomar el pasado para identificar los errores y no volver a cometerlos, y el futuro para saber hacía donde caminar.
Si existiera un pecado capital que cometen las mujeres cercanas al poder y la política, éste sería no responsabilizarse de sus obligaciones y tomar un rol masculino creyendo que es la única forma de desarrollarse en su entorno. “La realidad es que no necesitamos dictadores, sino líderes. No importa si es varón o mujer, hay que demostrar la contribución a la causa, y desde ahí, invitar al equipo a trabajar pero no obligarlo”.
Isabel Arvide Limón, asesora de Seguridad Pública de Quintana Roo.
En su casa conserva una fotografía del Día del Ejército de 2010. La saluda el presidente Felipe Calderón, a su lado se encuentra el secretario de la Defensa Nacional, el general Miguel Galván. Para mí –externa–, la dedicatoria de puño y letra “Festejando en nuestro día” viniendo del militar con más alto rango del país “es un reconocimiento a mi persona, tratándome como una igual”.
Y es que en el mundo casi infranqueable de la milicia y del hermetismo a ultranza del sistema de procuración de justicia mexicano, Isabel Arvide ha sabido no sólo tocar la puerta, sino entrar y sentarse a la mesa. “A ellos y a mí nos identifica el miedo. Somos gente que tenemos miedo a tener miedo. Por eso actuamos contra cualquier cosa que pudiera asustarnos”.
La también promotora del “Modelo Coahuila”, estrategia de seguridad pública en Coahuila y Quintana Roo se defiende: “algunos me elogian, otros tratan de utilizar lo poco que se sabe públicamente de mi vida para hacerme daño. Lo único que demuestra que he vivido, que he tenido una historia interesante: que he sido amada y abandonada, sí. ¡Bendito sea Dios! Me parece excelente haber tenido la congruencia que para mi generación fue importante: la libertad sexual como sinónimo de libertad”.
Abordo de su camioneta blindada que transita por las calles de Chetumal, la también periodista que enfrentó una demanda de Sasha Montenegro por haberla llamada “encueratriz”, sostiene tras el auricular: “El sexo es una manera de expresión pero muchas lo usan como medio de conquista, de poder o manipulación; quien así lo utiliza termina entrampada en sus mismos afanes”.
De llegar a la Presidencia Vázquez Mota, opina que “sentaría un precedente negativo para el país”. Expone: “Josefina tiene un concepto de igualdad indigestado. Su equipo ha tratado de ocultar el libro que escribió Dios mío, hazme viuda por favor, es una mujer con un conocido trauma por su propia apariencia: lleva dietas casi anoréxicas, hace ejercicio obsesivamente y rechaza a una de sus hijas por el simple hecho de ser de talla gruesa”.
La asesora de seguridad pública de Quintana Roo, quien dice sentirse orgullosa de ayudar a identificar su voz al general Bibiano Villa, personaje que generó controversia al declarar: “si veo un ‘zeta’ lo mato, ¿para qué interrogarlo?”, asegura que una mujer comete un pecado capital cuando no se permite ser ella misma, desarrollarse.
“A mis 60 años no me arrepiento de nada. Hice lo que quise hacer en su tiempo, y a destiempo. No dejé malos sentimientos en nadie. Estoy en paz, no retirada de la vida, no retirada de las pasiones pero sí en paz con lo vivido”.
Addy Joaquín, política en retiro.
Es cozumeleña. Su padre es el empresario hotelero de origen libanés, Don Nassim Joaquín Ibarra; su hermano Pedro Joaquín Coldwell fue gobernador de Quintana Roo y actualmente presidente nacional del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
“Es muy difícil caminar y llegar al poder. Como legisladora y diputada competí en un mundo de hombres. Uno tiene que aprender y no cometer errores. Las mujeres nos hemos unido. Lamentablemente algunas no se dejan convencer de sus capacidades y prefieren mirar a otros horizontes”.
Desde la paradísiaca isla, manifiesta que “una mujer tiene la capacidad para ser gobernadora y gobernar el país. Las mujeres aprendemos de nuestros errores, lamentablemente a veces lo hacemos cuando es tarde y no podemos cambiar, aunque tengamos la capacidad de hacerlo”.
A título personal, sin cargos políticos ni en nombre de ningún partido, siente “tristeza ver que cuando una mujer se da cuenta de su verdadera capacidad y en lugar de utilizar su energía para ella misma, la destina para apoyar a que los hombres lleguen al poder”.
Orgullosa por haber sido dos veces legisladora, relata, “me he movido en muchos ámbitos: tuve la oportunidad de trabajar en forma internacional con las fracciones interparlamentarias del Congreso de la Unión, he estado en reuniones con presidentes de México y de otras partes del mundo. He tenido cargos internacionales. Me siento orgullosa, no de lo que he hecho, sino de personas que me han ayudado a llegar a donde llegué, personas que me impulsaron, confiaron en mí y así fui descubriendo que una mujer puede salir adelante”.
“Todas mis campañas: buenas y malas; ganadas o perdidas, las disfruté por el contacto con el pueblo. Me encantan las relaciones humanas y me fascina la política como vocación de servicio a la comunidad. Detesto a los políticos corruptos. ¿Libros? No, gracias, el tema está trillado”.
Pilar Jufresa, conductora de Reformulando.
Para la actriz y directora de teatro, Pilar Jufresa, “es tiempo de que las mujeres se compadezcan de los hombres machistas”. Quienes más pierden, apunta, son quienes ejercen el machismo.
Considera que un error común entre las mujeres que toman el poder es usarlo para pasar por encima de otras mujeres. “Vázquez Mota asegura ‘voy a cuidar de su familia como yo he cuidado a la mía’. No, no quiera como mujer usted pasar por encima de otras mujeres. La política es aparte. La política es estrategia, acción, acuerdos, convenios e inteligencia y mirar para el bien ciudadano”, dice molesta.
Para dar una pincelada cromática al mundo de la política, toma el título del libro Tiempo de canallas, de la escritora norteamericana Lillian Hellman. “Siempre ha habido canallas, sólo que antes estaban más decididos los roles y hoy hay más hipocresía. Los canallas siguen siendo unos canallas con mirada de cordero. En las dictaduras hay un canalla, en una democracia se reparten el ‘canallismo’, complicidad de hoy me toca a mí, mañana a ti”.
En este libreto, el papel de las mujeres de poder es terrible, como prueba, relata la respuesta de Beatriz Paredes cuando le preguntaron si deseaba ocupar la jefatura del Gobierno del Distrito Federal. “‘¡Quiero y puedo!’”, dijo ella. Y me pregunto, ¿dónde quedamos los ciudadanos?”
De su historia personal escoge dos anécdotas. “Era la única pelirroja, con ojos azules y pecas”. Los maestros me consentían, los compañeros se burlaban. Mi madre me recomendó presumir las pecas: “diles que son de elegancia porque pocos las tienen”. Aquello funcionó, como suele ocurrir también en la política.
Pilar Jufresa conduce Reformulando, un programa de crítica y análisis trasmitido en Radiofórmula donde realiza caricatura política. “En México no queda más que reír, llorar o gritar al menos 10 minutos al día”, añade.
Para ella, los jóvenes poseen una opinión clara, precisa y concisa de muchos temas. Ya no cree que México no tenga remedio, está convencida que hay solución: los jóvenes tienen la mecha prendida, sólo les falta unirse, y qué mejor que a través de las redes sociales.
Podíamos ayudarlos teniéndoles más confianza porque son plenamente capaces de discernir, de tomar decisiones. Decirles, “sí vas a poder resolver el problema, te doy todo mi aval”. Luego comparte una anécdota.
Relata que a los cuatro años de edad, su hija decidió irse de su casa porque no quería recoger los juguetes. “Me metí al baño, agarré una toalla, le puse un cepillo de dientes, le hice un nudo, la tomé de la manita, bajamos las escaleras, abrí la puerta, le puse las toallas, cerré la puerta y me subí al balcón. Llegó a la esquina y se sentó en la banqueta. Me temblaban las piernas”.
Luego de un rato, cuenta, se levantó y la niña tocó la puerta. “Tengo hambre, mami”. “Cuando uno se va de la casa tiene que ver dónde comer. Yo no te eché, tú decidiste que te ibas, tienes que buscar donde comer porque ya no vives acá”. “Tengo hambre, mami”. “Es la única vez que me dirás que te vas de la casa porque la próxima vez te vas en serio. Sube y guarda los juguetes”.
De esta anécdota, pasa al terreno político: “se habla del poder del gobierno de reprimir, cuando los padres, los maestros tenemos ese poder tenemos que irnos con cuidado, cuando gastamos toda nuestra capacidad de discernir podemos ejercer la autoridad, mientras tanto hay que dialogar. A los jóvenes hay que darles confianza”.
Cuando quiere burlarse de una situación, apela a su condición de mujer, “discúlpame soy mujer, así somos las mujeres, muy malvadas”. Se divierte y crea su propia catarsis, también como en el teatro.
¿Qué tienen en común? Que no les gustan las etiquetas, quizás las une también la utopia que, en palabras del escritor uruguayo Eduardo Galeano: “les sirve para caminar”. Quizá así se entiende por qué en el azaroso tablero de la vida avanzan, regresan o son capaces de empezar. De tú a tú conversan con la candidata del PAN a la Presidencia, Josefina Vázquez Mota; hablan de pecados y de tabúes como el sexo.
Julieta Fierro, astrónoma de la UNAM.
A sus 64 años baila una pieza de su autoria: El mambo de Galileo, en honor al astrónomo Galileo Galilei, toma clases de ballet clásico, borda manteles, ha recibido los premios de Divulgación de la Ciencia de la Academia de Ciencias del Tercer Mundo, el Kalinga de la UNESCO en 1995, y muchos más.
La astrónoma mexicana Julieta Fierro es autora de más de cuarenta libros, ha dictado centenares de conferencias en México y en el extranjero, y ha diseñado cientos de talleres de ciencia para niños.
“Las jóvenes de hoy quieren ser las mejores en el trabajo, la casa, como mamás, esposas y hacer deporte. La realidad: están agotadas. Deben saber que no tienen que ser las mejores en nada, las mujeres somos valiosas por el simple hecho de serlo; si elegimos una profesión y no somos las mejores, si no tenemos impecable la casa, o no vamos al gimnasio, no pasa nada”.
A Josefina Vázquez Mota, aspirante presidencial por el Partido Acción Nacional le propone: “Josefina, si llegas a la Presidencia, crea un Instituto Nacional de la Felicidad, los mexicanos sabemos de fiestas, amigos, somos altruistas, construimos familia; esas son fuentes de felicidad. Si hiciéramos más énfasis en esto que en las drogas, habría una población más feliz”.
Incluye un Instituto Nacional de las Drogas y la Violencia; el primero, para buscar sustitutos de la felicidad, hay alternativas que los jóvenes deben saber, hacer el amor y comerse un chocolate equivale a darse “un toque” de mariguana.
En el Instituto de la Violencia deberían analizarse las fuentes de Violencia. Recomienda un curso de comunicación, las mujeres necesitamos aprender a decir “no” y los hombres necesitan aprender a pedir lo que quieren, antes de usar los golpes. Si comenzamos a combatir la violencia intrafamiliar –concluye– será más fácil combatir la violencia a nivel nacional.
“Ojalá te vaya bien, Josefina, sabes que no soy partidaria del PAN porque no se vale, nadie tiene por qué opinar sobre cómo y cuándo me tengo que morir y menos en la manera en la que quiero morir. En ese tipo de leyes y el rechazo al aborto o a la pastilla del día siguiente no comulgo con el PAN, pero hay otras en las que sí podemos trabajar y podemos colaborar”.
Desde su oficina, en el Instituto de Astronomía de la UNAM, cuyo espacio pareciera un túnel con dulces, peluches, dinosaurios, así como telescopios y globos terráqueos, explica que los economistas han estudiado la felicidad porque la fuente de economía es el consumo; éste se da por factores como estatus, prestigio o poder. Hay una condición que no requiere de consumo, como hacer la comida favorita de los hijos, contar un cuento, llevar a pasear a los niños.
Elena Arcilla, directora de Noticias de Grupo Sipse.
En tiempos en los que un escaso número de mujeres ejercían el periodismo en su natal Mérida, Yucatán, su deber era permanecer en la redacción y estar pendiente si ocurría algún suceso inesperado los días festivos. A diferencia de sus compañeros, las notas que reporteaba no incluían su nombre ni apellido por el simple hecho de ser mujer.
Hoy, Elena Arcilla es directora de Noticias de Grupo Sipse, consorcio que integra prensa, radio y televisión en los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. A su cargo está el cuerpo de reporteros, coberturas especiales. Ella dirige el área de noticieros del canal local TVCUN y jerarquiza la información que esta televisora lleva a su público en su barra de noticias.
Ella relata a Luces del Siglo que las dificultades que enfrentó en sus inicios profesionales “no han sido en sí mismas un obstáculo; toda vez que las tomó como parte de un aprendizaje. Ahora –dice– soy la primera en rodearme de mujeres.
“¿A quién admiro? Ante todo a mi madre, una mujer con discapacidad visual que educó a cuatro hijos y 10 nietos, baila, cocina y es divertida”. En una ocasión –narra– una habitación del segundo piso de su casa se cerró. Su progenitora le dio la instrucción de abrir la ventana pasando por el protector y el bóiler.
“Después de hora y media de intentarlo me dijo ‘¿no has abierto?’ Ella subió, desde abajo yo la veía con admiración y temor de que le fuera a pasar algo. Abrió, y con la mano en la puerta me dijo lo que no olvidaré: ‘cuándo quieres algo, tienes que hacerlo. No puedes esperar que alguien lo haga por ti’”.
Elena Arcilla atesora esas palabras y valora haber tenido la fortuna de contar con una abuela que a los 60 años viajaba en moto y otra que opinaba que las mujeres no debían acudir a la escuela. La directora de Noticias de Grupo Sipse llama a las mujeres a empeñarse en hacer lo que deseen y esforzarse para dar lo mejor de sí mismas.
Orgullosamente yucateca –dice–, a mí me da vergüenza que algunas mujeres utilicen otras artes distintas al trabajo para lograr lo que desean. Creo que deberían desaparecer del planeta. No me refiero a quienes utilizan su cuerpo para ascender, no lo quiero decir así porque eso es prostitución. Me refiero a quienes utilizan el arte de convencer, cabildear, seducir u otra cosa que no sea trabajar. Hay mujeres así, a mi particularmente me avergüenzan".
A Josefina Vázquez Mota le diría que no olvide que su condición le permite tener una visión más amplia de las cosas; esto para pensar en el pasado y el futuro de forma particular; de tal suerte que puede tomar el pasado para identificar los errores y no volver a cometerlos, y el futuro para saber hacía donde caminar.
Si existiera un pecado capital que cometen las mujeres cercanas al poder y la política, éste sería no responsabilizarse de sus obligaciones y tomar un rol masculino creyendo que es la única forma de desarrollarse en su entorno. “La realidad es que no necesitamos dictadores, sino líderes. No importa si es varón o mujer, hay que demostrar la contribución a la causa, y desde ahí, invitar al equipo a trabajar pero no obligarlo”.
Isabel Arvide Limón, asesora de Seguridad Pública de Quintana Roo.
En su casa conserva una fotografía del Día del Ejército de 2010. La saluda el presidente Felipe Calderón, a su lado se encuentra el secretario de la Defensa Nacional, el general Miguel Galván. Para mí –externa–, la dedicatoria de puño y letra “Festejando en nuestro día” viniendo del militar con más alto rango del país “es un reconocimiento a mi persona, tratándome como una igual”.
Y es que en el mundo casi infranqueable de la milicia y del hermetismo a ultranza del sistema de procuración de justicia mexicano, Isabel Arvide ha sabido no sólo tocar la puerta, sino entrar y sentarse a la mesa. “A ellos y a mí nos identifica el miedo. Somos gente que tenemos miedo a tener miedo. Por eso actuamos contra cualquier cosa que pudiera asustarnos”.
La también promotora del “Modelo Coahuila”, estrategia de seguridad pública en Coahuila y Quintana Roo se defiende: “algunos me elogian, otros tratan de utilizar lo poco que se sabe públicamente de mi vida para hacerme daño. Lo único que demuestra que he vivido, que he tenido una historia interesante: que he sido amada y abandonada, sí. ¡Bendito sea Dios! Me parece excelente haber tenido la congruencia que para mi generación fue importante: la libertad sexual como sinónimo de libertad”.
Abordo de su camioneta blindada que transita por las calles de Chetumal, la también periodista que enfrentó una demanda de Sasha Montenegro por haberla llamada “encueratriz”, sostiene tras el auricular: “El sexo es una manera de expresión pero muchas lo usan como medio de conquista, de poder o manipulación; quien así lo utiliza termina entrampada en sus mismos afanes”.
De llegar a la Presidencia Vázquez Mota, opina que “sentaría un precedente negativo para el país”. Expone: “Josefina tiene un concepto de igualdad indigestado. Su equipo ha tratado de ocultar el libro que escribió Dios mío, hazme viuda por favor, es una mujer con un conocido trauma por su propia apariencia: lleva dietas casi anoréxicas, hace ejercicio obsesivamente y rechaza a una de sus hijas por el simple hecho de ser de talla gruesa”.
La asesora de seguridad pública de Quintana Roo, quien dice sentirse orgullosa de ayudar a identificar su voz al general Bibiano Villa, personaje que generó controversia al declarar: “si veo un ‘zeta’ lo mato, ¿para qué interrogarlo?”, asegura que una mujer comete un pecado capital cuando no se permite ser ella misma, desarrollarse.
“A mis 60 años no me arrepiento de nada. Hice lo que quise hacer en su tiempo, y a destiempo. No dejé malos sentimientos en nadie. Estoy en paz, no retirada de la vida, no retirada de las pasiones pero sí en paz con lo vivido”.
Addy Joaquín, política en retiro.
Es cozumeleña. Su padre es el empresario hotelero de origen libanés, Don Nassim Joaquín Ibarra; su hermano Pedro Joaquín Coldwell fue gobernador de Quintana Roo y actualmente presidente nacional del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
“Es muy difícil caminar y llegar al poder. Como legisladora y diputada competí en un mundo de hombres. Uno tiene que aprender y no cometer errores. Las mujeres nos hemos unido. Lamentablemente algunas no se dejan convencer de sus capacidades y prefieren mirar a otros horizontes”.
Desde la paradísiaca isla, manifiesta que “una mujer tiene la capacidad para ser gobernadora y gobernar el país. Las mujeres aprendemos de nuestros errores, lamentablemente a veces lo hacemos cuando es tarde y no podemos cambiar, aunque tengamos la capacidad de hacerlo”.
A título personal, sin cargos políticos ni en nombre de ningún partido, siente “tristeza ver que cuando una mujer se da cuenta de su verdadera capacidad y en lugar de utilizar su energía para ella misma, la destina para apoyar a que los hombres lleguen al poder”.
Orgullosa por haber sido dos veces legisladora, relata, “me he movido en muchos ámbitos: tuve la oportunidad de trabajar en forma internacional con las fracciones interparlamentarias del Congreso de la Unión, he estado en reuniones con presidentes de México y de otras partes del mundo. He tenido cargos internacionales. Me siento orgullosa, no de lo que he hecho, sino de personas que me han ayudado a llegar a donde llegué, personas que me impulsaron, confiaron en mí y así fui descubriendo que una mujer puede salir adelante”.
“Todas mis campañas: buenas y malas; ganadas o perdidas, las disfruté por el contacto con el pueblo. Me encantan las relaciones humanas y me fascina la política como vocación de servicio a la comunidad. Detesto a los políticos corruptos. ¿Libros? No, gracias, el tema está trillado”.
Pilar Jufresa, conductora de Reformulando.
Para la actriz y directora de teatro, Pilar Jufresa, “es tiempo de que las mujeres se compadezcan de los hombres machistas”. Quienes más pierden, apunta, son quienes ejercen el machismo.
Considera que un error común entre las mujeres que toman el poder es usarlo para pasar por encima de otras mujeres. “Vázquez Mota asegura ‘voy a cuidar de su familia como yo he cuidado a la mía’. No, no quiera como mujer usted pasar por encima de otras mujeres. La política es aparte. La política es estrategia, acción, acuerdos, convenios e inteligencia y mirar para el bien ciudadano”, dice molesta.
Para dar una pincelada cromática al mundo de la política, toma el título del libro Tiempo de canallas, de la escritora norteamericana Lillian Hellman. “Siempre ha habido canallas, sólo que antes estaban más decididos los roles y hoy hay más hipocresía. Los canallas siguen siendo unos canallas con mirada de cordero. En las dictaduras hay un canalla, en una democracia se reparten el ‘canallismo’, complicidad de hoy me toca a mí, mañana a ti”.
En este libreto, el papel de las mujeres de poder es terrible, como prueba, relata la respuesta de Beatriz Paredes cuando le preguntaron si deseaba ocupar la jefatura del Gobierno del Distrito Federal. “‘¡Quiero y puedo!’”, dijo ella. Y me pregunto, ¿dónde quedamos los ciudadanos?”
De su historia personal escoge dos anécdotas. “Era la única pelirroja, con ojos azules y pecas”. Los maestros me consentían, los compañeros se burlaban. Mi madre me recomendó presumir las pecas: “diles que son de elegancia porque pocos las tienen”. Aquello funcionó, como suele ocurrir también en la política.
Pilar Jufresa conduce Reformulando, un programa de crítica y análisis trasmitido en Radiofórmula donde realiza caricatura política. “En México no queda más que reír, llorar o gritar al menos 10 minutos al día”, añade.
Para ella, los jóvenes poseen una opinión clara, precisa y concisa de muchos temas. Ya no cree que México no tenga remedio, está convencida que hay solución: los jóvenes tienen la mecha prendida, sólo les falta unirse, y qué mejor que a través de las redes sociales.
Podíamos ayudarlos teniéndoles más confianza porque son plenamente capaces de discernir, de tomar decisiones. Decirles, “sí vas a poder resolver el problema, te doy todo mi aval”. Luego comparte una anécdota.
Relata que a los cuatro años de edad, su hija decidió irse de su casa porque no quería recoger los juguetes. “Me metí al baño, agarré una toalla, le puse un cepillo de dientes, le hice un nudo, la tomé de la manita, bajamos las escaleras, abrí la puerta, le puse las toallas, cerré la puerta y me subí al balcón. Llegó a la esquina y se sentó en la banqueta. Me temblaban las piernas”.
Luego de un rato, cuenta, se levantó y la niña tocó la puerta. “Tengo hambre, mami”. “Cuando uno se va de la casa tiene que ver dónde comer. Yo no te eché, tú decidiste que te ibas, tienes que buscar donde comer porque ya no vives acá”. “Tengo hambre, mami”. “Es la única vez que me dirás que te vas de la casa porque la próxima vez te vas en serio. Sube y guarda los juguetes”.
De esta anécdota, pasa al terreno político: “se habla del poder del gobierno de reprimir, cuando los padres, los maestros tenemos ese poder tenemos que irnos con cuidado, cuando gastamos toda nuestra capacidad de discernir podemos ejercer la autoridad, mientras tanto hay que dialogar. A los jóvenes hay que darles confianza”.
Cuando quiere burlarse de una situación, apela a su condición de mujer, “discúlpame soy mujer, así somos las mujeres, muy malvadas”. Se divierte y crea su propia catarsis, también como en el teatro.
FRASE: “Me molesta que nos feliciten en una fecha que más que celebrar, es un día para recordar porque hay muchos temas pendientes como son la violencia y la desigualdad laboral de las mujeres. En vez de celebrar, deberíamos contribuir todos los días para obtener soluciones a una problemática que no debe esperar más”, Elena Arcilla, directora de Noticias de Grupo Sipse.
FRASE: “Ha sido una pesadilla tener una mujer como jefa. No hay peor enemigo que otra mujer en una posición de poder. ¿Por qué? Por los vicios familiares de competencia de las mujeres para probarse cotidianamente con el resto de la sociedad, de creerse igual, más capaces o valientes que los hombres”, Isabel Arvide, asesora de Seguridad de Quintana Roo.
FRASE: “Como diría Porfirio Díaz, que todo cambie para que todo siga igual. ¿Qué pasa con esas mujeres que siempre se andan quejando? ¡Háganles su día, o un monumento!”, Pilar Jufresa, actriz y directora de teatro.
FRASE: “Hagan como si fueran hadas, si andan en la calle y el hijo del vecino tiene problemas con la tarea, échenle la mano, compartan las galletas que hayan horneado, compartan sus habilidades. Eso les va a hacer muy bien, porque se vuelven solidarias. Van a estar contentas. Y cuiden a su familia, no hay que discutir ni ofender”, Julieta Fierro, astrónoma.
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