El conocimiento de los sentidos en Cumbre Tajín
Durante el Festival Cumbre Tajín —en curso hasta el
miércoles 31— el Parque Takilhsukut, en Papantla, Veracruz, se llena de aromas
y sabores del Totonacapan. En la Aldea Totonaca, la vainilla es una de las
protagonistas y tiene su propia morada: Casa Xanath. Su esencia está arraigada
en la cultura, las historias, la cocina y las tradiciones, y se va impregnada
en el alma del visitante.
Al tomar asiento en el sensorama de la vainilla,
inicia un viaje a través de la leyenda de la orquídea a bordo de los sentidos;
todos están invitados, excepto la vista. Los asistentes se cubren los ojos
mientras manos invisibles organizan y disponen las filas para ingresar al
recinto, las mismas manos que te invitan gentilmente a ocupar un lugar y
entregarte a la experiencia.
Te sientas y acunas a un bebé entre los brazos: es la
princesa Xanath. Entre sonidos, aromas y sensaciones, atiendes a la leyenda de
su amor imposible. Sientes la orquídea que ha brotado de la sangre de la
princesa y el guerrero que la amó, puedes oler y sentir la preciosa vaina que
da como fruto y salir, finalmente, a explorar cómo se enreda la planta en su
árbol guía. No tienen que platicarte qué es la vainilla, lo saben tus sentidos.
Enrique Morales, colaborador del sensorama en la Casa
Xanath, habla sobre los objetivos de crear esta experiencia para los
visitantes:
¾Tiene dos
objetivos: dar un poco de la historia de la vainilla y que la conozcan a través
de los sentidos. Le cortamos el más importante, que es la vista, para que los
otros cuatro los comiencen a trabajar. Es a lo que los estamos invitando, a
conocer la historia a través de la leyenda totonaca.
El sensorama concluye cuando los participantes, con
los ojos abiertos, comparten sus sensaciones. Vivir la leyenda a través de los
sentidos los ha conmovido, el ambiente les ha dado paz:
¾Es muy
hermoso, las leyendas son muy hermosas. Hablar de la vainilla es algo nuestro.
Me gustó. Se sensibiliza uno, es una de las cosas principales, sentir ese amor
a nuestra tierra, a la tierra que nos da el fruto ¾ comenta Guillermo Guzmán Guzmán, originario
de Veracruz.
El guía ha explicado la importancia de dar a conocer
la vainilla, producto orgullosamente veracruzano y cultivado durante
generaciones por los totonacas. Veracruz la ha dado a conocer al mundo y es
importante apoyar su consumo y el conocimiento de su tradición:
¾Nosotros
queremos que aparte de la historia de la vainilla se lleven que de aquí de
Veracruz salió el cultivo de la vainilla, que ha sido exportado a nivel
nacional e internacional, y Papantla es la que aromatiza al mundo ¾comenta Enrique Morales, orgulloso de la
calidad de la vainilla veracruzana.
En la entrada, el taller de nieve de vainilla está
llegando a su fin. La gente pregunta la diferencia entre las recetas que se
preparan con esencias sintéticas y con vainilla natural.
Erasmo Curti Meneses responde inquietudes y comparte
la reacción de los visitantes que llegan a su taller:
¾Básicamente
lo que hacemos es que la gente conozca el verdadero sabor de la vainilla. El
sabor a vainilla es mundial, existe en todos lados, pero el verdadero sabor de
la vainilla muy pocos lo conocen. La gente se queda impresionada, sinceramente
creo que supera sus expectativas.
El sabor sorprende y maravilla al visitante. Locales y
foráneos, todos han probado vainilla, nadie conocía su sabor real. Ahora que
han probado la nieve de vainilla, están atados para siempre al Totonacapan.
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