Un día como hoy, justamente hace 74 años ya, México le dio al mundo una lección de valentía, de orgullo y de dignidad.
En pleno ejercicio de nuestra soberanía, aquel 18 de marzo de 1938, toda una generación de mexicanos tomó una decisión histórica que transformaría al país.
Ante la negativa de las compañías extranjeras para acatar una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en favor de los trabajadores, el Presidente Lázaro Cárdenas del Río decretó, entonces, la Expropiación de la Industria Petrolera.
Hoy, desde aquí, desde Coatzacoalcos, baluarte de nuestra riqueza petrolera y petroquímica, rendimos homenaje al liderazgo, al patriotismo y a la visión de futuro del Presidente Lázaro Cárdenas, que le devolvió a los mexicanos lo que por justicia, por derecho y por historia nos corresponde.
Todavía resuenan en México, cada día, como hoy, en la memoria colectiva las palabras de este distinguido michoacano, que dirigiera al pueblo de México desde el Palacio Nacional: Pido a la Nación entera un respaldo moral y material suficiente para llevar a cabo una resolución tan justificada, tan trascendente y tan indispensable.
Y a sus palabras, el pueblo respondió. No sólo lo apoyó moralmente, sino incluso hizo largas filas en el Palacio de Bellas Artes para contribuir, cada quien con su capacidad, a la indemnización de aquella histórica decisión.
Y gracias a esa gesta singular, desde entonces el petróleo es patrimonio de todos los mexicanos, símbolo de nuestra unidad y emblema de nuestro nacionalismo.
En esta fecha tan especial, reafirmo que la Nación ejerce y seguirá ejerciendo siempre, plena soberanía sobre la propiedad, el control y la explotación de este recurso estratégico para nuestro desarrollo.
El aprovechamiento del petróleo es resultado de una decisión histórica, es cierto. Pero, también, es fruto del esfuerzo de los obreros, de los técnicos, de los ingenieros, de los administradores de Petróleos Mexicanos.
Por eso, expreso mi más sincera felicitación a las y a los trabajadores de PEMEX aquí presentes, y a los que laboran en todo el país.
Reconozco su empeño por elevar la rentabilidad y la competitividad de esta empresa orgullosamente mexicana. Porque con talento, entrega y profesionalismo, ustedes han contribuido a hacer, de la Industria Petrolera Nacional, una de las más importantes del mundo.
Y qué mejor manera de celebrar este 74 Aniversario de la Expropiación Petrolera, que inaugurando esta magnífica Planta Reformadora de Naftas. Se trata de un complejo petroquímico llamado a sustituir las importaciones de paraxileno, una materia prima esencial para producir plásticos reciclables, y diversos tipos de poliéster, y mejorar la oferta nacional de solventes a precios competitivos.
Con la Planta Reformadora de Naftas, PEMEX y el país podremos evitar la importación por más de mil millones de dólares anuales de estos aromáticos.
Con esta obra y, por supuesto, con el esfuerzo de las y los trabajadores de Petroquímica y, en particular, los trabajadores de la Sección 11 aquí, de Nanchital, a quienes saludo con afecto.
Con esta obra México fortalece su competitividad y reduce la dependencia en una de las áreas de mayor valor agregado.
Hoy, también, por cierto, entregamos a PEMEX una nueva embarcación, un nuevo buque tanque.
Antes de mi Gobierno, la última vez que PEMEX había comprado un buque tanque fue en el año de 1989, hace más de 20 años. En esta Administración, sin embargo, ya hemos comprado y entregado a PEMEX 10 buques tanque, y están por recibirse tres más. Lo que lo convierte en la mayor inversión en la historia para la naviera mayor de PEMEX.
Saludos, también, a los trabajadores de la Sección 1 y 10, de Tampico y Minatitlán, por este logro.
Mi Gobierno está decidido, decidido a desarrollar un sector petrolero fuerte, dinámico, competitivo, porque lo necesitamos para elevar la calidad de vida de nuestros compatriotas, particularmente de quienes más han sufrido la marginación, la pobreza, la ignorancia, durante décadas, sino es que por siglos.
Y con ese fin, también, pensando en México y en los mexicanos que más lo necesitan, propusimos y llevamos adelante una reforma fundamental para PEMEX en 2008. El objetivo de ese cambio estructural es asegurar que México cuente con petróleo no sólo para los próximos años, sino para las futuras generaciones y que la riqueza petrolera genere más bienestar para todos.
Y a poco más de tres años de esa reforma, hoy, podemos afirmar que la industria petrolera nacional es más eficiente, es más rentable, es más competitiva y es más viable.
Amigas y amigos petroleros:
Ésta es la última ocasión en que tengo el privilegio de celebrar con ustedes, en mi calidad de Presidente de la República, el Aniversario de la Expropiación Petrolera.
Por eso, quiero hacer propicio esta singular ocasión, para agradecerle a todas y a todos ustedes, a todas las trabajadoras y a todos los trabajadores de PEMEX y a sus familias, desde el más modesto, hasta el propio Director General; a todos los miembros del sindicato, desde la última de sus secciones hasta su dirigencia nacional, y, en especial, al líder Carlos Romero Deschamps.
A los trabajadores, a todos. A los trabajadores de base y a los de confianza. A todos, quiero externarles mi gratitud, porque ha sido un honor servir a México y ser partícipe de la transformación que hemos realizado a Petróleos Mexicanos en estos cinco años.
Vale la pena hacer un recuento de algunas cuestiones relevantes. Porque lo que hemos hecho, queridos amigos, se refleja en una nueva fortaleza del sector, sustentada en hechos claros y contundentes.
Les doy algunos ejemplos.
En primer lugar, y contra lo que algunos profetizaban, hemos realizado en PEMEX inversiones históricas y sin precedentes en la modernización de Petróleos Mexicanos.
Para darles una idea, el presupuesto de la Paraestatal en el año 2000 fue de 67 mil millones de pesos. Hoy, la inversión en este 2012, en Petróleos Mexicanos, es de más de 300 mil millones de pesos, casi cinco veces más.
La inversión acumulada en mi Gobierno llega ya casi al billón y medio de pesos, es decir, un millón y medio de millones de pesos a lo largo de estos años. Recursos que han permitido ampliar y actualizar la infraestructura petrolera del país.
Más inversión para PEMEX, que es la clave, precisamente, para asegurar la permanencia de la industria petrolera nacional y, con ella, las posibilidades de financiar el desarrollo de México.
En segundo lugar, y por consecuencia, hemos aumentado la capacidad instalada de explotación petrolera.
Durante mucho tiempo se dejó de construir nuevas instalaciones para aprovechar los yacimientos que hoy tenemos. Eso ha cambiado. En esta Administración hemos puesto en operación casi 40 plataformas marinas para aumentar la extracción de hidrocarburos y de gas natural.
Adicionalmente, nos hemos allegado con cinco plataformas más para la exploración y explotación en aguas profundas del Golfo de México; entre ellas destacan las plataformas Centenario y Bicentenario.
En particular ésta, una estructura de sexta generación, con capacidad para perforar en aguas profundas y ultraprofundas. El día que la visité estaba perforando en el Golfo de México, a profundidades marinas de más de dos mil metros de tirante de agua, y más de seis mil metros de perforación, abajo del fondo del mar.
Esto es muy importante, porque México se está colocando, nuevamente, y gracias a la inversión que hacemos en PEMEX Exploración, a la vanguardia, nuevamente, insisto, de tecnología en el mundo, que le permitirá explotar, precisamente los recursos en esta zona del patrimonio Nacional, donde los recursos probables probablemente alcancen el 48 por ciento de nuestra reserva.
Y no solo estamos fortaleciendo la infraestructura de explotación y exploración de PEMEX. También, como he dicho, su capacidad de transportación.
Decía que habían transcurrido casi 20 años sin que PEMEX adquiriera un solo barco mayor para el transporte de sus derivados. No sólo eso, sino que incumplía una norma internacional de seguridad, por no contar, por lo menos en su flota mayor de refinación, con buques de doble casco, que evitaran una catástrofe mayor en caso de accidente.
Y después de un ayuno, precisamente en la inversión en buques nacionales, hoy hemos adquirido 10, y en unos meses más recibiremos tres más, con lo cual estamos renovando y modernizando, casi totalmente, la flota naviera de PEMEX, de PEMEX Refinación.
En tercer lugar, amigos, hemos detenido la tendencia decreciente de la producción de hidrocarburos que se había registrado por varios años.
Fue México muy afortunado al descubrir, hace décadas, el Yacimiento de Cantarell. Sin embargo, Cantarell le dio recursos petroleros a México, el 62 por ciento de su petróleo provenía de ese yacimiento durante varios años.
Y naturalmente, ante la falta de inversión suficiente en exploración, al declinar el Yacimiento de Cantarell, como cualquier otro yacimiento petrolero en el mundo, la producción de PEMEX comenzó a venirse abajo.
Luego de un periodo de declive, finalmente, en esta Administración, en los últimos dos años y gracias al volumen de inversión que multiplicamos en la forma que he descrito, hemos logrado estabilizar la producción de crudo; detenido, también, el declive en la misma, en alrededor de dos millones 600 mil barriles diarios, gracias a que la inversión en exploración nos permite incorporar nuevos yacimientos, y producir más en los campos existentes.
Hemos, petroleros, compensado la preocupante caída de la producción del Complejo Cantarell, con proyectos nuevos, como el de Ku Maloob Zaap, el crudo ligero marino; el Ixtal Manik, el Delta del Grijalva y el Ogarrio-Magallanes. Con ello, hemos roto una inercia que amenazaba la soberanía energética de la Nación.
Ahora, nuevamente nos alienta el ver nuevamente a la alza la tendencia en la producción de petróleo de Petróleos Mexicanos. Así, potenciamos la capacidad productiva de la empresa con una visión de futuro.
Pero, quizá, amigas y amigos, quizá el logro más importante para la empresa en esta Administración es, precisamente, el haber alcanzado una tasa de sustitución de reservas probadas de petróleo de más del 100 por ciento.
Qué significa eso.
Significa, amigas y amigos, que en la medida en que seamos capaces de sostener esa tasa, garantizaremos para siempre la industria energética petrolera para la Nación.
Qué era lo que ocurría hacia finales del siglo pasado, del XX.
La tasa de reposición de reservas era mínima y llegó a alcanzar niveles del 22 por ciento.
Qué quiere eso decir, compañeros.
Que por cada barril de petróleo que descubría PEMEX, ese mismo día ya se habían vendido cinco barriles, con lo cual, fatalmente, algún día se agotarían las reservas en el tiempo de Petróleos Mexicanos.
Había que invertir de manera de alcanzar la única tasa que permite la permanencia, es decir, por cada barril que vendes, ese día repones otro barril en tus reservas.
La única manera de hacer eso era a través de invertir, invertir e invertir en Petróleos Mexicanos. Eso hemos hecho.
Y hoy, en este 2012, un año antes de la meta que nos habíamos propuesto, PEMEX, de manera certificada y probada, puede decir con orgullo: Hemos alcanzado una tasa de 101 por ciento en la reposición de reservas probadas del petróleo de México.
Este logro ha sido fundamental, porque significa que la industria petrolera podrá seguir apoyando grandes proyectos que el país necesita.
Significa que las obras de infraestructura que México demanda en las escuelas, las universidades, el financiamiento de los proyectos de seguridad que la gente demanda y necesita, exige aquí, en Veracruz y en otras partes del país, pueden financiarse, verdaderamente, gracias al esfuerzo que PEMEX y sus trabajadores realizan.
Pero más allá de su impacto social, también, significa que PEMEX seguirá produciendo insumos energéticos de alta calidad, a precios competitivos, en beneficio de todos los mexicanos. En otras palabras, con ello, garantizamos la seguridad energética nacional.
En quinto lugar. Hemos acelerado el paso en la transformación de los procesos de refinación de Petróleos Mexicanos
Con gusto estuvimos aquí hace apenas unos meses, para echar a andar, finalmente, la Reconfiguración de la Refinería de Minatitlán, la mayor obra que se haya hecho en refinación, en mucho tiempo, en Petróleos Mexicanos. Equivale a haber hecho, prácticamente, otra refinería muy cerca de aquí.
Con ello, PEMEX eleva notablemente su producción de derivados de petróleo, de refinados, y en particular de diesel de ultrabajo azufre.
Con ello, también, estamos reduciendo importaciones que tendríamos que hacer al aumentar la capacidad de refinación.
Por primera vez, se echó a andar el proyecto de una nueva refinería de Petróleos Mexicanos, el primero en muchos años, en Tula. Y hoy, no sólo se han hecho las obras que permiten asegurar esos terrenos, respetando el medio ambiente y las regulaciones antropológicas del país, sino ya se ha licitado, adjudicado y avanza la ingeniería que necesita la nueva Refinería de Tula, tal y como se había propuesto.
Y estamos iniciando, también, va en curso, también y muy avanzada, la ingeniería fundamental para reconfigurar la Refinería de Salamanca, y estamos iniciando la ingeniería básica y de proyecto para la Refinería de Salina Cruz.
En suma, estamos transformando a PEMEX, no sólo aguas arriba en sus áreas de exploración y producción de petróleo, sino, también, aguas abajo, en la refinación de ese petróleo, y, también, impulsando la industria petroquímica, como lo demuestra la Planta Reformadora de NAFTA, que hoy inauguramos.
Y finalmente, amigos, en sexto lugar. Hemos logrado que PEMEX opere con altos estándares en el cuidado del medio ambiente. Hemos hecho más eficiente su operación. Hemos reducido la quema de gas respecto de la producción de la empresa. PEMEX redujo emisiones de gases de efecto invernadero, en 14 y medio millones de toneladas de bióxido de carbono, en tres años.
Para darnos una idea del beneficio ambiental, equivale a haber sacado de circulación a tres millones de automóviles. Además, realiza obras de conservación de biodiversidad y de restauración forestal donde opera.
En suma, amigas y amigos, desde el inicio de esta Administración, hemos actuado con firmeza, con determinación, para proteger, para expandir, para aprovechar mejor la riqueza petrolera nacional en beneficio de todos los mexicanos. Y los hemos hecho convencidos de que Petróleos Mexicanos tiene mucho que aportar al bienestar y al progreso de esta gran Nación, y que PEMEX, el petróleo es y seguirá siendo, siempre, única y exclusivamente de las y de los mexicanos.
Queridas amigas, queridos amigos petroleros:
Decía Renán, al hablar de la vida de un pueblo, que ésta, la historia, es haber hecho juntos grandes cosas, querer hacer otras más. La existencia de la Nación es un plebiscito cotidiano. Parafraseándolo, podemos decir, amigos, que en estos años las y los trabajadores petroleros y el Gobierno, claramente hemos hecho juntos grandes cosas, y estemos muy orgullosos de ello.
Pero, sobre todo, también, estemos siempre decididos a hacer más. Hagamos juntos grandes cosas más en beneficio de PEMEX. Alcanzar la tasa óptima del 100 por ciento de reposición de reservas, es un gran logro que le da viabilidad técnica a Petróleos Mexicanos en el futuro.
Mientras esas tasas se mantengan, insisto, la empresa no tendrá que temer, que llegue el día en que deba parar su actividad porque no haya más petróleo que extraer.
Ahora bien, tenemos, así como hemos superado este desafío, superemos otros desafíos para Petróleos Mexicanos. Quizá el mayor que enfrente esta empresa en el futuro está del lado de su viabilidad financiera. En particular, porque sus pasivos, específicamente los laborales, crecen considerablemente más rápido que sus activos. Y, de ellos, los que más aumentan son los relativos a las pensiones.
De no corregirse esta situación en el tiempo, PEMEX pudiera correr el riesgo de no contar con recurso suficiente para fondearlos.
Enfrentemos y resolvamos este tema, porque sí se puede, como lo hemos hecho. Superar y resolver tantos desafíos en Petróleos Mexicanos.
Y sé muy bien, amigas y amigos, que en su solución todos tenemos que aportar, fundamentalmente el Gobierno, pero, también, pueden aportar sus trabajadores.
En todo el resto de los sectores de la vida del país, tanto del ámbito público, como privado, al menos al nivel Federal, hemos resuelto este tema, lo cual ha permitido fondear, precisamente, reservas para el retiro decoroso de trabajadores en otras áreas y, a la vez, ya ha dejado de ser un problema que ponga en riesgo la viabilidad, o de las finanzas públicas, o de las empresas, o del Gobierno mismo.
Es importante, ahora que podemos hacerlo, garantizarle a PEMEX y a sus trabajadores su futuro, con una solución en la que, respetando plena, íntegramente, todos y cada uno de los derechos y el régimen de pensiones y jubilaciones de los trabajadores en activo, encontremos soluciones creativas, aún haciéndolo parcialmente. Por ejemplo, únicamente aplicable para los nuevos trabajadores que en el futuro llegara a contratar la empresa, significaría, tan sólo ello, un alivio enorme para la situación financiera de PEMEX.
Sé que en este tema la empresa, su administración, sus trabajadores y el Gobierno, sabremos estar siempre a la altura de lo que México demande.
Amigas y amigos:
Como Presidente de la República estoy muy orgulloso de que PEMEX haya retomado la ruta para volver a ser una empresa energética de clase mundial.
Una empresa que ha incursionado en aguas profundas para aprovechar el potencial petrolero de la Nación. Una empresa que ha sabido renovarse para enfrentar el reto de la globalidad. Una empresa que ha asumido plenamente el desafío de la productividad y la competitividad.
Una empresa que se ha decidido por ser moderna, eficiente, transparente, que rinda cuentas a la sociedad. Una empresa, en pocas palabras, comprometida con México y con los mexicanos. Con un pasado glorioso, un presente fructífero y un futuro promisorio.
Hace 74 años, los mexicanos rescatamos, de manos extranjeras, la riqueza petrolera del país. Y al ponerla al servicio de la Nación, dejaron constancia los mexicanos de entonces, de que sólo nosotros podemos decidir el uso, el aprovechamiento y el destino de nuestros recursos naturales.
Esa ha sido la convicción que ha guiado nuestro actuar en nuestro tiempo. A partir de entonces, muchas generaciones de mexicanos han sumado su talento a esta tarea nacional.
El surgimiento, el crecimiento y la consolidación de esta empresa no fueron fáciles. Implicaron inversión, esfuerzo, sacrificio. Pero este proceso de fortalecimiento encontró, precisamente, en el pueblo de México a su mejor aliado.
A los mexicanos de hoy nos corresponde el deber de poner a PEMEX a la altura de los desafíos de nuestro tiempo.
Tenemos la oportunidad de enriquecer y afianzar el proceso de transformación que hemos puesto en práctica en Petróleos Mexicanos.
Por eso, reitero mi gratitud, mi admiración y mi reconocimiento a las y a los trabajadores de Petróleos Mexicanos.
De cara al futuro, sé que PEMEX no se arredrará ante los desafíos y los retos formidables de este pujante sector.
Sé que México seguirá adelante, porque PEMEX seguirá adelante, y porque sus trabajadores, como lo han hecho siempre, pondrán su mayor y mejor esfuerzo para que PEMEX asuma el papel que le corresponde de privilegio en la industria petrolera mundial.
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