Punto y Coma
Cárcel para policías desleales
Muchos se han infiltrado en las mafias
Nueva Ley de Seguridad Pública
Por Luis González Romero
Es una tarea difícil, más no imposible, sobre todo los jefes de las corporaciones policíacas, en todos los niveles deben pregonar con el ejemplo; es decir, que sean incorruptibles, lo que sí se puede; aunque en ocasiones se presentan las ofertas tentadoras e irresistibles, causa por la cual muchos jefes de todos los niveles ceden a las peticione y ante las ofertas de dinero a cambio de falsear la información o de proporcionar protección o como dijeran los borrachos “ya párele compadre que el dinero es cabrón”.
Rubén Dario Mendiola Solano, titular del Consejo Estatal de Seguridad Pública, dio algunos pormenores de la nueva Ley Federal sobre la materia y que en uno de sus párrafos, dice que se aplicarán penas desde 2 a 12 años de cárcel para el funcionario que desvíe o infiltre la información de la base de datos a nivel nacional para fines perversos para proteger a integrantes de las bandas delictivas o para que se difundan de manera distorsionada en algunos medios.
Los tiempos han cambiado –claro- y existen algunas muestras papables con la captura y encarcelamiento de altos y medios mandos de las corporaciones a nivel nacional, estatal o regional, luego de que se les ha comprobado que estaban recibiendo fuertes sumas mensuales –en dólares- para proteger a la delincuencia organizada.
La corrupción, como la prostitución y los vicios, siempre han existido, por lo siglos y de los siglos amén; sobre todo en las corporaciones que tienen que ver con la seguridad, es decir la policía, cualquiera que sea su nivel, categoría y mando; desde lo uniformados que suben a los borrachos para “bolsearlos” y quitarles los cuantos pesos que tengan, hasta los que actúan en alta, en grande, a lo cañón y de esa forma se convierten en poco tiempo en poderosos y millonarios.
Recuerdo que hace muchos años, allá por Martínez de la Torre, había un comandante municipal de nombre Isidoro Peralta Rosado (a) “El Manitas”, quien además de ser el jefe también era el chofer de la única patrulla que había.
En sus recorridos se hacía acompañar de dos policías y en una ocasión llegó a la comandancia, que estaba en la planta baja del palacio municipal, y luego de descender de la patrulla conocida como “la perrera”, porque era como una jaula, le dijo al guardia, “bájate a esa persona que viene en la patrulla”, si mi jefe, fue las respuesta; pero después de 2 horas sale de la oficina y se da cuenta que el detenido sigue adentro de la jaula.
Bastante molesto busca al guardia y le grita “oye guardia te dije que bajaras al detenido”; el guardia le contesta explícito “si mi jefe, ya lo bajé, pero nomás traía 10 pesos”….”Pendejo, te dije que los bajes de la patrulla, no que le quites el dinero”.
En otra ocasión y en otra comandancia –en Tlapacoyan- eran las 23 horas y los policías de guardia no habían cenado, por lo que se quejaron con el comandante que en esos momentos llegaba, y éste les dijo: “hay esta la patrulla, vayan a la calle, a ver a quien levantan, lo amenazan y lo despojan de lo que traiga y con ello compran la cena, pero no me dejen afuera cabrones, que yo tampoco he cenado”; como usted lo ve y lo lee, eso también era corrupción, claro en corto, muy en corto; pero ahora los tiempos son otros y las exigencias ni se diga….Por hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hotmail.com, hasta pronto y pásenla bien.
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