GNOMOS, DUENDES Y CHANEQUES.
Ubaldo Alvarez Melchor
El fracaso de la transición y la ruptura inesperada
Yo creia que la ruta pasaba por el hombre,
y que de allí tenia que salir el destino.
Pablo Neruda (1904-1973), poeta chileno.
No es necesario esperar hasta el 30 de noviembre para hacer un recuento de los daños y concluir que la transición electoral -que no política- 2000-2012 fue un completo fracaso; pero hay que aclarar que sólo lo fue para la sociedad mexicana, mas para los supuestos apóstoles del "bien común" fue un negocio redondo. En ambos sexenios no ocurrió el cambio prometido, y los advenedizos y los espurios superaron en contra de todos los pronósticos la corrupción y todos los vicios, similares y conexos del régimen que está próximo a recuperar el poder.
Quienes ingenuamente creían, -colgados de la destartalada tesis: "el que controla el aparato electoral gana la elección"- a que la guerra sucia que hace énfasis en la historia oscura del priísmo autoritario iba a operar el milagro de colocar en Los Pinos a un guardaespaldas y no al estadista que México necesita, fueron arrollados brutalmente por una jugada de Enrique Peña Nieto, propia de los maestros del ajedrez: al liquidar la alianza PRI-Panal, que también era "contra Natura", se liquidó a un siniestro personaje creado artificialmente por el también espurio Carlos Salinas de Gortari para someter y controlar electoralmente a más de un millón de profesores de escuela; y que en su desmedida ambición hizo de la traición y el engaño su "ética" fraudulenta.
El capital político de Elba Esther Gordillo Morales cayó a su índice más bajo en la bolsa de valores de la política pragmática rudimentaria ("¿quién da más"?) y ha profundizado la crisis de un calderonismo, que sólo puede presumir logros en macroeconomía, objetivo que en el justo balance de un examen imparcial, queda reducido a la nada ante las evidencias en contra; una sola de ellas, es avasalladora: de 1929 a 1982, antes de que los tecnócratas asaltaran el poder, ningún gobierno priísta propició la muerte de 50 mil individuos.
(Aquí insertamos un breviario cultural: si antes del 2012 el número de muertos por el combate contra el narcotráfico llega a 56 mil, México habrá igualado la cantidad de bajas del ejército de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam, y vergonzoso, como el primer lugar mundial en obseidad infantil o tener al hombre más rico del mundo en un país con 40 millones en la pobreza extrema).
En su libro "La vida y la política", el senador Manlio Fabio Beltrones define la naturaleza de esta pesadilla que fue impuesta a los mexicanos por los poderes fácticos -la mafia del poder, dice AMLO- como si fuera una broma cruel del inescrutable destino. Afirma el ex aspirante a candidato presidencial que "La política se ha reducido a su dimensión más primitiva: la búsqueda del poder para la satisfacción de intereses individuales. En esa lucha, el discurso político se ha vulgarizado y no se ha tenido el recato mínimo necesario para evitar el desprestigio de las instituciones, incluida la Constituciòn". Y luego, la sentencia lapidaria: "En el 2000, el 42 por ciento de los electores mexicanos votaron por la alternancia tras una promesa de cambio por el cambio mismo,; una década después, las cosas no parecen haber mejorado. Una vez en el poder, los nuevos gobernantes se dispusieron a mandar como suponían que el PRI lo hacía,l pero olvidaron construir los consensos necesarios".
("Ideólogos" como Ernesto Cordero, autor de la tesis de que con seis mil pesos mensuales puede vivir bien una familia mexicana, ¿entenderán el significado de la frase "construir los consensos necesarios"?)
Mientras dejamos a los precandidatos el beneficio de la duda, confiados en que a estas alturas habrán mejorado su coeficiente en nociones de cultura no medieval, sino general, para no tropezar con la misma piedra literaria, enfrentar reclamos de recursos federales millonarios que nunca llegaron, por ejemplo, al campo, etc., preparémonos a ser afortunados espectadores de las incidencias de una inédita contienda electoral, en la que los espurios echarán mano de todos los artilugios posibles, desesperados, porque las aguas negras les llegan hasta el cuello, pero muy motivados por ese otro logro no reconocido aún de su talento y creatividad: la octava maravilla del mundo, es decir, la Estela de la Corrupción... digo, la Estela de la Luz, cuyo costo original se presupuestó en doscientos millones de pesos,se terminó un año después del bicentenario, con un costo final de ¡mil millones de pesos!... y no la construyó ningún gobierno priísta.
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