Punto y Coma
La corrupción en el magisterio,
Cobran como maestros, pero no lo son,
Los que hacen labor “social” en ranchos de lideres
Por Luis González Romero
Para ser profesor en cualquier nivel educativo, o maestro, como también se les llama, no es necesario haber egresado de las escuelas normalistas o facultades de pedagogía, tener excelentes calificaciones, títulos, licenciaturas ni cosa parecida; simplemente hay que ser puntual y constante, además leal y arrastrarse ante el líder en turno, llámese Sección 32, 56 o cualquier número, de acuerdo al Estado que corresponda, y eso implica hacer la chamba (faena para que no se escuche tan feo) en las casas, los ranchos y propiedades de los dirigentes magisteriales, en los Estados y a nivel nacional, como se hacía antes con Carlos Jonguitud Barrios o como se hace con Elba Esther Gordillo, en cuyas mansiones se ha visto desfilar a profesores y profesoras haciendo la llamada “labor social” para ganarse una plaza, de perdido de intendente; pero también puede ser una doble plaza, dirección o supervisión escolar.
Hablando en corto, los ejemplos están a la vista, en los ranchos de Juan Nicolás Callejas Arroyo y de Gaudencio Hernández Burgos, ubicados en los municipios de Cazones y Tuxpan, por lo menos de lo que se sabe, lugares a los que semana a semana a semana llegan los que tienen aspiraciones de ocupar una plaza de profesor o de intendente, en el nivel educativo que sea y para ello tienen que hacer méritos trabajando en los ranchos de los dirigentes, las mujeres haciendo labor de limpieza ,hasta de cocina en las casas de los ranchos, para dar de comer a los demás trabajadores (profesores), sirviendo a los lideres que tienen grandes propiedades y no gastan en mano de obra, pues tienen jornaleros sin costo todo el tiempo, incluso hasta para ordeñar de las vacas gordas; además de que eluden la obligación de darles Seguro Social y demás prestaciones de ley.
A eso no se le llama corrupción, simplemente se trata de labor social, misma que se practica en casi todos los sindicatos; pero además resulta altamente curioso que hay persona que reciben sus cheques de la federación o del estado, como trabajadores de la educación, por el solo hecho de ser familiar, el o la amante de algunos líderes del magisterio; pero que nada tienen que ver con la educación. Simplemente son los afortunados de la revolución sindical y no falta el fulano que tiene una hermana super buenota, como una excelente carta de “recomendación” para que el líder le consiga una plaza de maestro, aunque no sepa ni escribir; porque la hermana es una excelente recomendación.
Pero aún hay más. Los profesores o maestros no se preocupan por la calidad de la educación, ni por las reformas educativas, lo que en verdad los mueve y buscan es ocupar “carteras” en las dirigencias nacional, estatal o regionales, para alcanzar el nivel de “comisionados”, cobrar su doble plaza y sin trabajar, de lo que hay miles y miles en el país, representando una millonaria erogación con cargo al presupuesto de la federación o de los estados, que está sostenido por los impuestos que pagan todos los mexicanos.
Pero eso no es todo, hay quienes llegan al poder sindical y no lo sueltan, sino por el contrario lo utilizan como trampolín para brincar a diputaciones, senadurías, alcaldías, sindicaturas y los más jodidos como regidores; pero también hay los que logran colarse como integrantes de los gabinetes estatales o federales, desde donde siguen manipulando a la gente y pasando de un cargo a otro, para seguir cobrando como maestros, pero no sirven en nada y para nada en la educación.
A los maestros se les clasifica como “la clase dorada de México”, por muchas razones, sobre todo las económicas, por las canonjías y por las posiciones políticas que logran alcanzar utilizando a los profes (prole), a los de abajo, para escalar, para trampolín y sostenerse en el poder, como dirigentes en turno o como “guía moral”, pero en donde siguen pegados a la ubre presupuestal y controlando a sus representados; además de imponer como sus sucesores a los incondicionales o familiares, para que todo quede en casa y bajo control; además de aliarse con funcionarios de instituciones como el ISSSTE para no escuchar las quejas por la pésima atención médica que brindan a los quienes forman la familia magisterial…Por hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hotmail.com, hasta pronto.
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