domingo, 28 de noviembre de 2010

GNOMOS, DUENDES Y CHANEQUES


GNOMOS, DUENDES Y CHANEQUES.

MEXICO BARBARO Y LA CAJA DE PANDORA

La especulación es un lujo, mientras

que la acción es una necesidad.

BERGSON

UN DÍA DESPUÉS del centenario del inicio de la Revolución Mexicana , la sociedad asiste entre sorprendida, aterrorizada e incrédula a una versión apocalíptica de la que John Kenneth Turner describió magistralmente en sus libros, joyas del realismo literario. La diferencia estriba en que la nueva situación acontece en circunstancias de surrealismo y tragicomedia que ya han rebasado al referente obligado del tema, el también escritor Franz Kafka. Innumerables territorios que escapan al control del Estado, violencia consuetudinaria, corrupción e infiltración generalizada en las instituciones “que nos cuidan” y su ingrediente automático, la impunidad, dibujan el siniestro panorama del México Bárbaro del Siglo XXI.

El homicidio del ex gobernador de Colima, Silverio Cavazos Ceballos, destapó la Caja de Pandora priísta, en momentos en que la jerarquía y los militantes del partido que gobernó 71 años ininterrumpidos a nuestro país se apresta a resolver con unidad el relevo de la dirección nacional, enfrentar el reto de la elección en el Estado de México en 2011 y emprender el retorno a Los Pinos en 2012. Sólo queda, como en la mítica historia, en el fondo de la Caja Tricolor , el recurso, por enésima ocasión, de la esperanza, ese preciado bien que ya en épocas pasadas ha sido aspiración fallida ante promesas de cambio y renovación.

Si sólo se sabía en algunos espacios de la cúpula del poder, ahora es un secreto a voces que el mandatario ejecutado enfrentaría una denuncia por enriquecimiento ilícito en diciembre de 2010 y que tanto a él como al gobernador actual, se les imputaban “relaciones peligrosas” que hasta el momento no han sido comprobadas.

Por si no fuera suficiente la gravedad del atentado para adoptar de inmediato una actitud de verdadera preocupación por el esclarecimiento del caso, la persecución y el castigo de los responsables; el homicidio del doctor Mario Robles Gil Bernal, a quien tres policías estatales prácticamente ejecutaron tras “confundirlo” con uno de los sicarios que atentaron contra el ex gobernador, tiende una cortina de sospecha y desconfianza, por los siguientes motivos:

Los elementos de las corporaciones de seguridad pública estatal o municipal, tienen carácter preventivo; los ministeriales o judiciales tienen a su cargo la investigación de los delitos y a ambos compete la persecución y captura de los delincuentes, pero ninguno de ellos tiene facultades para disparar si antes no ha sido objeto de una agresión con arma. En todo caso, el Ejército, la Marina , la Fuerza Aérea , sí están capacitados para disparar en caso de desobediencia y fuga en un retén de seguridad.

El infortunado manejo del caso, presentado como un lamentable “accidente” ocurrido “en un retén” de la policía estatal, tuvo que ser rectificado por el propio gobernador, Mario Anguiano Moreno, quien finalmente aceptó la versión que desde un principio sostuvo la familia de la víctima: el médico fue asesinado en el interior de su domicilio:

“En la primera versión, el mandatario dijo que el médico iba conduciendo su camioneta en compañía de su hijo, al momento que se realizaba un operativo en las inmediaciones de su domicilio, en la población de la Capacha , lugar donde se encontró la camioneta en la que iban a bordo los homicidas del ex mandatario, según el reporte policíaco, el médico actuó de manera sospechosa y por eso le dispararon”. (El Economista. 25112010).

“A diferencia de lo que erróneamente se haya manejado, el doctor Robles Gil no fue atacado por elementos policiacos al desobedecer una orden de hacer alto, sino que su muerte se dio dentro de su propiedad y fue producto de la ineficiencia de policías que no reaccionaron adecuadamente y le dispararon sin seguir el procedimiento para estos casos”, dijo el gobernador Mario Anguiano Moreno en conferencia de prensa. La rectificación, aunque se agradece, no es espontánea: es el resultado de las presiones que a través de los medios de comunicación ejercieron los familiares del doctor Mario Robles Gil Bernal y la comunidad médica de Colima y del nivel inusitado de indignación que ha causado entre la sociedad este artero crimen.

Es una vieja costumbre que en las campañas para atraer el voto de los ciudadanos, los aspirantes a cargos de delicada responsabilidad como lo es el gobierno de una entidad federativa se presentan como “los mejores hombres”, “los que sí saben cómo hacerlo” y presumen de experiencia, trayectoria y otras cualidades que adornan su respectivo curriculum vitae. Pero en el momento de la verdad demuestran que no hubieran aprobado el examen mínimo que les hubiera aplicado Adolfo Ruiz Cortines, quien ante los títulos rimbombantes y las supuestas habilidades de un candidato a burócrata, sólo formulaba una pregunta: “¿Qué sabe hacer?”.

Otro ejemplo de esta especie de burócratas ineficaces lo es el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, quien a pregunta periodística respondió cándidamente que el candidato a gobernador ejecutado el 28 de junio de 2010, Rodolfo Torre Cantú, “tenía asignado un vehículo blindado, pero no lo utilizaba”.

Nula logística de quienes deben manejar el control político, operativos efectuados por personal incompetente, cortinas de humo para ocultar la verdad y la muerte de inocentes “por error” a domicilio, son signos de corrupción de los servidores públicos y de descomposición oficial que nos pueden empujar, muy pronto, a un estallido social. Pese a todo lo doloroso y tragicómico, aún es tiempo de rectificar los procedimientos de selección de los aspirantes a redentores de la patria. Sólo hay que reformular la pregunta del veracruzano Ruiz Cortines:

¿Qué saben hacer bien?

hosirius_es1@yahoo.lcom.mx

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