Punto y Coma
Qué tristes son las casas de cartón
Qué fraude las que construyen para Infonavit
Se convierten en una eterna pesadilla.
Por Luis González Romero
Desde hace más de tres décadas que como una conquista laboral se pusieron en marcha los programas de vivienda de interés social para trabajadores, creándose el Instituto Nacional para la Vivienda de Trabajadores (Infonavit), favoreciendo a sindicalizados y de empresa u organismos como Canaco, entre otros y, para ellos vinieron los descuentos a los patrones y a los mismos trabajadores a manera de un fondo de ahorro para pagar las viviendas luego de que el trabajar cubriera los puntos (requisitos).
La primera unidad habitacional de interés social en Poza Rica fue la que se conoce como Santa Regina, después vino Poza de Cuero, al norte de la ciudad, por la salida a Cazones, cuando hasta ese lugar no llegaba el bulevar Adolfo Ruiz Cortínez, pues éste terminada en lo que ahora es Plaza Garibaldi. En esa unidad habitacional hubo créditos para trabajadores de empresas afiliadas a la Cámara de Comercio y para sindicatos como la CROC, que en esos tiempos era manipulada por Genaro Lima Román y quien negociaba las viviendas en contubernio con el Delegado del Infonavit, Ricardo Espino Zumbia. Eso dejó mucho dinero para ambos, pero al mismo tiempo familias que no tenían casa propia se vieron favorecidas y aún careciendo de algunos servicios llegar a vivir a ese lugar.
Después siguieron construyendo viviendas en lo que es Gaviotas 1, 2 y 3, La Florida, Camioneros en Coatzintla y más tarde Kawatzin; pero el meollo del asunto está en quelas primeras viviendas construidas por las empresas contratadas por Infonavit tenían cierta calidad, más o menos pasaban la prueba y se les podía calificar con 6, algo así como de panzazo; pero como fueron creciendo las unidades habitacionales de interés social, las casaron fueron hechos más a la ligera, con materiales más corrientes y baratos, incluso las instalaciones eléctricas e hidráulicas, puertas y ventanas, de fibracel o de cartón y por consiguiente sin seguridad, además sin barda perimetral.
Endebles viviendas de cartón con una untada de cemento con calhidra, techos de unicel protegido de malla y con una capa de dos centímetros de concreto, por lo que a los pocos meses de ser construidas comienza la filtración de agua, el deterioro del techo, de la instalación eléctrica, la hidráulica, en pocas palabras son una porquería con un alto costo para los trabajadores y para el sector patronal, que por ley tienen que depositar un porcentaje para el Instituto Nacional de Fomento para la Vivienda de los Trabajadores.
Las casas son construidas por empresas contratadas por el Infonavit, mismas que no responden por los vicios ocultos, ya que terminan una unidad habitacional y desaparecen del mapa, se van a otro lugar y por lo mismo los derechohabiente no tiene a quien reclamar, ni a quien pedir que repare las fallas de cada vivienda y tienen que sacrificar recursos propios si quieren protegerse las inclemencias de la lluvia.
Estas vivienda de interés social cada día tienen un alto costo, cada vez es más difícil accesar a un crédito; pero al mismo tiempo esa casas son más corriente, hechas de un día para otro, casi son desechables y lo único que tiene más valor es el pequeño predio en donde se encuentran asentadas, porque las casas hay que darles mantenimiento permanente o demolerlas y hacerlas de nuevo, pero no a través de las constructoras que contrata el Infonavit. Qué tristes son las casas de cartón, como dice una tonadilla del Buky…Por hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hotmail.com. Hasta pronto y recuerda que si la vida te da limones, pide sal y tequila.
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