Punto y Coma
Tiempos de caciques y liderazgos
No hay mal que dure 100 años, ni quien los aguante
Los sectores más subyugados en México
Por Luis González Romero
Después de la Independencia de México en el año de 1810, cuando los mexicanos encabezados por Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Josefa Ortiz de Domínguez, entre otros más que registra la historia; muchos de los mexicanos siguen subyugados por alguien que asume un poder y en el que se mantienen por muchos años. Digamos como un Fidel Velázquez que estuvo al frente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) por más de 30 años (emulando a Porfirio Diaz), en donde “don perpetuo” tenía todo el poder político y económico y su opinión era determinante a la hora de hacer designaciones de candidatos a la presidencia de la república, senadores, diputados federales o locales y en algunos casos, hasta de presidentes municipales.
Fidel Velázquez, al igual que otros líderes de esa época fueron los “partían el pastel” y se quedaban con la tajada grande. Eran los caciques, como ahora lo es Elba Esther Gordillo, quien pide, condiciona, ordena y se hace su voluntad, aunque en las últimas semanas no le ha ido muy bien, al ponerse a las patadas con Miguel Angel Yunes Linares; bien dicen que dos agujas no se pueden picar; pero luego de eso hay políticos que empiezan a ver a una Elba Esther Gordillo en la debacle, con rumbo al final de su carrera caciquil imponiendo a sus recomendados y condicionando a los candidatos a la presidencia o las gubernaturas, no cabe duda que no hay mal que dure 100 años ni enfermo que los aguante.
Antes de la Gordillo, quien mangoneaba a los maestros y a los políticos de aquellos tiempos fue Carlos Jonguitud Barrios, dirigente nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y vaya que tuvo su fuerza, su influencia e impunidad, hasta que Carlos Salinas de Gortari fue designado por el PRI candidato a la Presidencia de la República, ante el que acudió el líder magisterial para ofrecerle su aportación económica millonaria para cubrir parte de los gastos de campaña; pero Salinas le dijo que era muy poco, que tenía que entrarle con el doble de millones, a lo que el Potosino Jonguitud se opuso y al final de cuentas no hubo arreglo y al poco tiempo se les acabaron los poderes sindicales al maestro, desde luego cuando Carlos asumió la presidencia.
Caso parecido, en ese mismo tiempo fue el de Joaquín Hernández Galicia (La Quina), líder nacional de los petroleros (así como ahora Carlos Romero Deschamps) y sucedió exactamente lo mismo; solamente que en otro plan de rebeldía y con la amenaza de que los petroleros no votarían por Carlos Salinas, por lo que vinieron las represalias –que siempre han existido- y un buen día o mala noche desconocidos para La Quina y conocidos para quien los mandó, le allanaron su “humilde” residencia en Cd. Madero, Tamaulipas; le “sembraron un arsenal”, lo detuvieron y no recuerdo cuantas cosas pasaron; pero el ciclo de vida como líder rodó por los suelos; desde luego porque no quiso dar lo suficiente para la campaña.
De la Quina solo queda la leyenda, porque aseguran que era buen hombre, humanitario, que ayudaba a las familias vulnerables; algo así como un “Kalimán”, galante con mujeres, tierno con los niños e implacable con los malvados y generoso con los humildes; pero bueno, se le recuerda por sus hechos, por su poder, por su “autoridad” y su palabra era respetada dentro y fuera del gremio sindical y a muchos trabajadores ayudó y bien lo recuerdan aún con el devenir del tiempo.
En el gremio de los ferrocarrileros, de los electricistas y hasta los campesinos ejidatarios no han escapado de esos liderazgos, como el de Agustín González Alvarado, en el Estado de Veracruz, que a la sombra de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos, fue cinco veces diputado, local y federal, y cuando llegaban los tiempos de “palomear” candidatos para diputados o alcaldes, al que primero llamaban para tomar su parecer y saber si estaba de acuerdo con tal o cual personaje, era a Agustín González Alvarado, para que diera el visto bueno o la última palabra.
Han existido otros personales que se han perpetuado, como César del Angel Fuentes, que desde hace 40 años, cuando la matanza de los copreros en Acapulco, ya comenzaba a figurar en esas lides y después fue tomando fuerza hasta poner de rodillas al gobierno con sus 400 Pueblos (actualmente 400 cueros) como los que presentó ante la Cámara de Diputados en México o más reciente en Alamo, en donde con las mujeres desnudas trató de llamar la atención para que s ele haga justicia.
Pero en sus tiempos mozos tuvo eventos de poder, de fuerza, como cuando estuvo posesionado del Parque Juárez en Poza Rica, el Parque José María Mata de Martínez de la Torre, en donde más de un mes estuvieron viviendo sin que nadie les molestara para después emprender una caminata con rumbo a Tlapacoyan, en donde mataron y se comieron las reses en el rancho de El Cortijo y así siguieron por esa ruta hasta llegar a Xalapa, obstruyendo la circulación vehicular y cometiendo delitos contra las vías generales de comunicación y después de ello fue apresado y encarcelado, cuando Miguel Angel Yunes Linares era el Secretario General de Gobierno. Hoy César del Angel también ha pasado a ser parte de las leyendas, de las muchas historias de líderes que existen en este México de contrastes…Por hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hotmail.com, hasta pronto.
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