viernes, 18 de diciembre de 2009

PUNTO Y COMA

Punto y Coma

Tres pesos de incremento al salario
Alcanza para comprar un chicle
La CNSM y la carabina de Ambrosio

Por Luis González Romero

La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos no tiene razón de existir, aunque este compuesta por los representantes obrero-patronal, Congreso del Trabajo y Secretaría del mismo rubro, pues no resuelve los problemas de la clase obrera; cada año autorizan incrementos salariales de hambre, de burla, de miseria o como usted quiera llamarles; pero con esos cuantos centavos o pesos, el trabajador no logra superar la crisis que le ocasiona la carrera inflacionaria, alcista de todos los productos básicos y de necesidad, como calzado, medicamentos, útiles escolares, uniformes y otros implementos para los estudiantes, sobre todo que los profesores no se fijan en la crisis financiera, simplemente existen y exigen, sin meditar las condiciones económicas de los padres de familia.

En el país si algo va en aumento, es el número de pobres, los cuales se cuentan por millones, los de extrema pobreza, los menos pobres pero finalmente pobres, marginados y que por lo mismo van al día y cuando no ganan ni un salario mínimo se enfrentan a diversas penalidades, sobre todo cuando existen hijos que mantener y que educar.

Los medios nacionales, tanto impresos y electrónicos, dieron cuenta del incremento del incremento al salario mínimo, que al parecer para ésta región era de 54 pesos y a partir del 1 de enero del 2010 será de 57 pesos.

Le pregunto a usted amable y gentil lector, ¿Qué se puede hacer con 57 pesos para el mantenimiento de unja familia; para qué sirven 57 pesos?, son las interrogantes del pueblo, de la clase sufridora, de los que no han recibido los beneficios ni las bondades de la “revolución”; pero eso si, los flamantes diputados y senadores, los que representan al pueblo; ellos si ganan un dineral mensualmente y además tienen gastos de avión, médico y medicinas, servicios de especialistas en el extranjero, telefonía celular, combustible para sus carros.

Ellos son la clase “dorada” que representan al pueblo jodido, hombruno, enfermo, sin ilusiones, sin esperanza; pero que siguen siendo carne de cañón cuando llegan los tiempos de proceso electoral y hasta algunos partidos le llaman el “voto duro” que les garantiza el triunfo, porque son ellos, los marginados y pobres, los que vuelven a creer en las promesas de candidatos y votan por el o ellos, con la esperanza de quien llegue al poder, en verdad les ayude a salir de la miseria.

Otros ya no confían en eso, pero votan por candidatos de otras siglas o más real es buscar el llamado sueño americano, allá donde pagan en dólares las horas de trabajo; allá donde tienen que desarrollar las actividades que los vecinos del norte no quieren hacer, porque lo consideran denigrante; pero llegan los mexicanos y a ellos no les queda de otra, más que trabajar en lo que caiga, en donde los paguen los 5 o 6 dólares por una hora de actividad, pero que al final de la jornada son 5 y más horas y les va mejor que con el salario mínimo que les paga en su país.
Bueno, pero en éste México de contrastes, hay familias que no solamente sobreviven con un salario mínimo, hay que quienes lo hacen con la mitad de un salario, lo que es causa de que existan tantos y tantos niños con un elevado grado de desnutrición; tantos ancianos en iguales circunstancias y victimas de las enfermedades, porque a pesar de lo que se diga en los discursos, hay mucha hambre en millones de mexicanos, como bien lo reconoce el presidente Calderón.

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