Se acerca la navidad,
ya estrenaremos nuevo año,
ya del pastor el rebaño
se refugia en su verdad.
Con olor de santidad
nos llegan los nuevos días,
retozan sus alegrías
entonando un villancico
y en tal fiesta pobre y rico
derrochan sus fantasías.
Olvidando sus rencores
se reconcilia el hermano,
se vuelve humano el tirano,
se despejan los temores;
se fueron los sinsabores
que el año al irse nos deja;
la vida vuela perpleja
detrás de los reyes magos,
fomentando en sus halagos
a mujer, joven o vieja.
Sin hacer comparaciones
la noche de Noche Buena
a todos el alma llena
con sus alegres canciones;
ya sean huapangos o sones
la música suena recio,
hace bailar al más necio
con su alegría contagiosa
y obsequiamos cualquier cosa
para mostrar nuestro aprecio.
Dale pues, en estas fechas
pan a quien tu puerta toca,
regala un beso en la boca
a quien sus gracias cosechas.
Entregale unas monedas
al aseador de calzado,
pues con su trabajo honrado
vigila tu pulcritud
y arroja, ante ese ataúd
la plegaria que has guardado.
Aquél que de madrugada
te deja el diario en la puerta,
al que de noche y alerta
ve cuidando tu morada;
a la mujer que te lava,
a la que sirve en tu casa
y aquél que cansado pasa
caminando por la calle
y ora por aquél que se halle
sufriendo alguna mordaza.
Suelta al aire una sonrisa,
da un gran apretón de manos,
has los recuerdos más sanos,
camina siempre sin prisa.
Disfruta la suave brisa
o esa lluvia a mal traer,
lucha para merecer
y agradécele al destino
haber marcado tu sino
con la gracia de tener.
Regala pues tus favores,
disfruta el placer de dar
que el hombre sabrá apreciar
tus generosas razones.
en duelo de corazones
la vida va transcurriendo,
sin el vivir padeciendo,
sin pensar en el mañana
y al sonar de la jarana:
¡Goza cuanto voy diciendo!
felices fiestas
Arturo Mendoza Rangel
No hay comentarios:
Publicar un comentario