Hasta cuando… ¿Quién dice yo?
Rosa María Ayala Nájera
No quiero ser pesimista, al contrario, deseo vehementemente que salgamos de este gran bache, o bien, que reconozcamos que la sociedad se encuentra inmersa en “La gran Ruptura” que menciona en su libro Fukuyama, para comenzar a cambiar para mejorar.
Y es que cada día nos enteramos de mas personas violadas, o asesinadas de manera brutal; suicidas cada vez más jóvenes; violadores casi niños, o mejor dicho, niños; corruptelas en dependencias oficiales y del sector privado; abandono de la paternidad, madre o padre; y sobre la participación ciudadana, ¿Qué podemos comentar?, si recién pasamos por un proceso electoral que aún se investiga, pero que nos dejó un mal sabor de boca por los excesos: represión, intimidación, poca participación ciudadana pero un gran número de votos, resultados increíbles, “históricos”; corporativismo, derroche de recursos, etc.
Fukuyama asegura que en todas las sociedades, cuando se llega a romper el orden, el equilibrio social; de manera natural, inicia la reconstrucción del mismo con el nacimiento de corrientes y grupos de la sociedad opositores y aunque el cambio no es rápido, logran establecer el equilibrio y el orden social.
En verdad, muchas asociaciones civiles no gubernamentales se han creado, algunas con fines no muy claros, pero otras y son las más numerosas, trabajan para mejorar nuestra sociedad, sin embargo, debemos hacer más y ser más los protagonistas del cambio.
Organicémonos en la cuadra en que vivimos, en la colonia, en nuestra ciudad, distrito, región, estado, país, continente, y enlacémonos con todo el mundo, pero empecemos ya. Para hacer lo que en nuestro entorno sea necesario para mejorar nuestra calidad de vida, no esperemos que otros, Gobierno o iniciativa privada, nos vengan a resolver nuestros problemas, busquemos las soluciones, los que padecemos la problemática, sabemos cuál es la solución.
Creo que estamos tocando fondo como sociedad, pero también creo que tenemos la capacidad para salir a flote, solo participemos pensando en nuestro bien y en nuestro futuro. Si no queremos la corrupción, censurémosla, si queremos una buena educación exijámosla, si queremos una buena atención en los centros de salud, demandémosla, si queremos una buena impartición de justicia, reclamémosla; así, sucesivamente, en todos y cada uno de los problemas que encontremos, ayudemos a mejorar, interesándonos en la rendición de cuentas, manteniéndonos informados del estado que guarda cada cosa, cada cosa que nos afecte. Y recuerda, lo que le suceda a nuestro vecino, tarde o temprano nos afectará; tú sabes si debes solidarizarte con él o ser indiferente.
En cada uno de nosotros está la solución a todo, solo, comencemos a reconstruir el orden social que hemos perdido, iniciemos en nuestra casa y si se tiene, en el lugar de trabajo. Es por nuestros hijos, es por nosotros mismos, es por todos.
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