ALFIL
La ética, principal medida de autoprotección
Por Roberto Piñón Olivas
El protocolo de protección para periodistas en situaciones de alto riesgo debe ser un documento vivo, en constante perfeccionamiento. No debe ser un texto pétreo, porque las condiciones en que se desenvuelve la actividad periodística es cambiante. Es cierto, debe ser casuístico, porque hay aéreas de riesgo que ya han sido determinadas. Pero no lo debe ser completamente, ya que debe contener recomendaciones permanentes de autoprotección.
El apartado casuístico tiene que ver con recomendaciones especificas para la publicación de información; artefactos explosivos; amenazas; atentado; secuestro; hostigamiento por parte de elementos de la fuerza pública; y, protestas y desorden civil.
Las recomendaciones generales se refieren a la conducta permanente, que sin importar la situación específica, debe asumir el periodista. En este sentido, la comisión técnica que redactó el Sistema Integral de Protección al Periodista del Estado de Chihuahua, realizó un esfuerzo excepcional de síntesis de documentos internacionales que ya tienen una práctica, como es el caso del Protocolo colombiano elaborado por la Fundación por la Libertad de Expresión.
Sin embargo el esquema de encontrar esos supuestos generales de conducta y posteriormente encontrar esos casos específicos, es un producto netamente chihuahuense, en busca de ofrecer una mayor didáctica en su comprensión e implementación. Al final de cuentas, el protocolo, como se dijo, debe abandonar cualquier pretensión estática, es decir, debe ser de aplicación cotidiana.
Otra cuestión. Se ha discutido que se recomienden medidas de autoprotección, porque con ellas, se sostuvo, el Estado abandona su responsabilidad de proteger al periodista. Creo que es errónea la apreciación, porque el periodista es corresponsable de su seguridad y por tal motivo debe asumir acciones de autoprotección.
El Estado podrá abandonar momentáneamente su papel protector hacia la prensa. Sin embargo, tarde que temprano habrá de percatarse que debe virar su política por la importancia que tiene, en una democracia, formar una opinión pública critica, a través de una prensa plural y diversificada.
Además, la experiencia internacional señala que de nada sirven políticas de Estado que protejan al periodista, si éste no asume acciones de autoprotección, donde la principal de ellas es el cuidado en aspectos éticos del manejo de la información.
Las recomendaciones generales que contiene el Protocolo de Chihuahua son un total de veintiocho. Le comparto una de ellas: Evite sustentar las noticias con fuentes anónimas.
Un periodismo imparcial y objetivo es un elemento sustancial de la autoprotección, en la comprensión de que el periodismo debe romper el paradigma de perfeccionar herramientas de cobertura y manejo.
Periodista. www.robertopinon.blogspot.com
PRESIDENTE HONORARIO VITALICIO DE LA FEDERACION DE ASOCIACIONES DE PERIODISTAS MEXICANOS AC
FAPERMEX
SOCIO DE COMUNICACION Y CONSULTORIA COMYCONS
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