GNOMOS, DUENDES Y CHANEQUES.
09082010.
UBALDO ALVAREZ MELCHOR.
I.-“POR TU DERECHO A SABER Y MI DERECHO A INFORMAR”.
Si no creemos en la libertad de expresión
para la gente que despreciamos,
no creemos en ella para nada.
NOAM CHOMSKY.
LAS CIFRAS son reveladoras: “A la fecha, de acuerdo con la CNDH , son 64 los muertos y 11 los desaparecidos en menos de diez años. De las agresiones y amenazas, ni hablar, son cientos y el número crece frente a la impunidad”, dice el segundo párrafo de la “Carta abierta a las organizaciones de la sociedad civil”, divulgada con motivo de la marcha de protesta, el domingo 8 de agosto de 2010, en la que participaron periodistas de la ciudad de México, D. F., Monterrey (Nuevo León), Tijuana (Baja California), Xalapa y Acayucan (Veracruz), Hermosillo (Sonora), Morelia (Michoacán), Tuxtla Gutiérrez (Chiapas), Chihuahua y Ciudad Juárez (Chihuahua), Oaxaca (Oaxaca), Guanajuato y León (Guanajuato), Culiacán (Sinaloa) y Acapulco (Guerrero). Las agresiones,
Que se han multiplicado a partir de la guerra frontal contra la delincuencia organizada incluye a empresas. “Al menos seis medios de comunicación (periódicos, televisiones, revistas) han sido blanco de balas y granadas, amenazas de bomba e intento de incendio".
La marcha adquiere un significado más relevante cuando es un hecho reconocido a internacionalmente que México es el país americano más peligroso para los periodistas, de acuerdo a la organización Reporteros sin Fronteras. La marcha en silencio indudablemente alude al miedo que grupos criminales pretenden instaurar como un imperio dentro del estado y también el lamentable estado en el que se desarrollará la convivencia social si las autoridades continúan sin dar respuesta a las exigencias de garantías y seguridad para el ejercicio periodístico.
De nueva cuenta los temas recurrentes son el ¡ya basta! Que surge como un grito desgarrador desde lo más profundo de la conciencia colectiva; la referencia a derechos que no han sido suficientemente tutelados por el Estado: el derecho a saber y el derecho a informar que están implícitos en la libertad de expresión y en el derecho a la información, elevado a rango constitucional mediante la reforma lopezportillista de los años 70s del siglo pasado.
De la mano con la impunidad, camina la negligencia, indiferencia y/o complicidad oficial, pues -–señalan los organizadores de la marcha en la Carta-- “no ha habido una actuación urgente del Estado mexicano, de los gobiernos y las autoridades judiciales, federales y estatales” para frenar las agresiones, que van desde las amenazas por teléfono e Internet hasta los “levantones”, secuestros y homicidios.
La presión social que se derivará como efecto multiplicador de esta marcha valiente, ¿logrará conmover a los muy bien pagados funcionarios públicos de primer mundo que nos damos el lujo de mantener en este país subdesarrollado? ¿Pronunciarán discursos oportunistas y continuarán con su cínica indiferencia ante el baño de sangre? Esperamos que no; esperamos que por esta vez usen correctamente sus facultades legales y sus facultades emocionales: el raciocinio y la inteligencia.
hosirius_es1@yahoo.com.mx
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