PUNTO Y COMA

Punto y Coma

El abstencionismo: Fracaso de la Democracia
Por el desprestigio de las campañas
Autoridades electas por una minoría

Por Luis González Romero

Por lo regular en los procesos electorales el enemigo a vencer es el abstencionismo, pues cuando las votaciones son muy participativas se logra alcanzar un 60 por ciento del padrón electoral, y ese 60 por ciento de votos se reparte entre los partidos y sus candidatos, por lo que aunque algunos de ellos haya obtenido muchos votos y ganada la elección, no pasa de ser un funcionario de elección, pero de minoría.

Cuando vemos que las elecciones en nuestras ciudades se resuelven por menos del 50 por ciento de los que pueden votar, podemos darnos cuenta de la gran apatía que hay en los electores. La pregunta es: ¿Por qué?. Por el desprestigio en las campañas, por las mentiras de los candidatos y sobre todo por el despilfarro de recursos que hacen algunos partidos en material intrascendente, como la playeras, gorras o si acaso despensas, con lo cual no se resuelve el gran pobreza que existe en todo el país, en los estados, en donde hay familias que subsisten hasta con 20 pesos al día, que medio les alcanza para una comida al día.

Alguien me comentó un día que el problema en México es que ningún mexicano ha sido instruido para competir; ganar y perder. Desde muy pequeños creemos que para ganar hay que primero aplastar a nuestro adversario, hacerlo ver mal ante los demás y mofarnos de su derrota. Es así como, reuniendo estas características, podemos ostentarnos como “ganadores”, cuando la verdad es muy distinta, porque en lugar de guerra sucia contra el enemigo, hay que ofertar lo que se tiene y que sea la ciudadanía la que juzgue, condene o glorifique.

En la democracia se gana o se pierde; pero hay que saber ganar y mucho más saber perder. En la democracia que vivimos la competencia entre los partidos políticos puede llegar a ser tan tormentosa que la gente se decepciona de las contiendas electorales, sobre todo porque en campañas se hacen y se dicen muchas cosas que nunca se concretan en realidad.

Un ejemplo de ello es la forma en que en poco menos de 3 meses la imagen de Andrés Manuel López Obrador fue devastada por una anticampaña promovida por el Partido Acción Nacional, quien al verse imposibilitado de alcanzar el triunfo en las preferencias, idearon una campaña de desprestigio que logró seducir a miles de votantes, sobre todo de la clase media para abajo, porque es la gente jodida la que vuelve a creer en las arengas de los candidatos con la esperanza de que algún dejarán de ser pobres.

Haciendo un poco de historia, pues el perredista perdió el rumbo; ya que durante su gira por todo el país, en donde que se paraba –en sus arengas- pregonaba que sería respetuoso de los resultados de la elección, de la voluntad del pueblo; sin embargo cuando la realidad fue diferente a sus proyectos o ambiciones, comenzó a decirse robado; a pregonar que le hicieron trampa, que le robaron la elección, lo cual no se duda, porque para eso los mexicanos nos pintamos solos.

Asi fue, después de que AMLO era conocido por el excelente gobierno que había realizado en la ciudad de México, cuando miles le seguían, proclamándole como “El Rayito de Esperanza” y la opción para el país, los panistas simplemente voltearon esos valores que veían como puntos fuertes en López Obrador para llamarle: “Un peligro para México”, y por lo mismo esa esperanza que había en una gran mayoría de los mexicanos se fue esfumando en la distancia, en el tiempo y en la sensibilidad de quienes veían a AMLO como la salvación del pueblo.

Viene a comentario todo lo anterior precisamente en estos momentos en que en Veracruz, como en otros once estados de la república, estamos viviendo un año electoral, cuyos resultados se desconocen y no es de dudarse que habrá sorpresas y que la votación no habrá de superar ese 60 por ciento y nuevamente volveremos a tener autoridades electas por una minoría….Por hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hoymail.com, hasta pronto y por favor no permitan que el abstencionismo sea el enemigo de la democracia.