Punto y Coma
Otro golpe a los que menos tienen
Primero médico y luego antibióticos
Bajarán ventas en las farmacias
Por Luis González Romero
Como otro golpe a la economía de los que menos tienen se considera la nueva ley que prohíbe la venta de antibióticos sin receta, sobre todo que con muchas dificultades consiguen para comprar la medicina y ahora tendrán que hacer un esfuerzo más para pagarle al médico cuando requieran de ese tipo de productos; pero los millones de vulnerables que existen en el país, lo más seguro es que tengan que regresar a la medicina tradicional, a curarse con hierbas, parches, “limpias”, con recetas caseras, como en los viejos tiempos, cuando no había tantos médicos ni tantos laboratorios nacionales y transnacionales; pero además la gente se enfermaba menos.
Un farmacéutico gana en algunos productos –que son los más- hasta un 300 por ciento de utilidad, motivo por el que se dan el lujo de hacer promociones y descuentos del 30 al 50 por ciento en determinados productos, sobre todo los de mayor margen y poca demanda. Pero lo cierto de todo esto es que la ley aprobada y que entrará en vigor el próximo 25, representa un agravio más para la gente jodida, la que gana un salario, la mitad de este o de aquellos que ni siquiera tienen empleo; por lo que se considera que el gobierno federal, los diputados y senadores, antes de aprobar leyes sobre las rodillas, deberían de ponerse en el lugar de las familias pobres del país.
Tendrán que volver por sus fueros los médicos tradicionales, las curanderas, las medicinas alternativas o tradicionales, las hierbas, muchas de ellas en etapa de extinción; o en su caso comprarán, similares, de primer nivel, dejando a un lado la medicina de patente en cualquiera de sus manifestaciones y presentaciones, así como precios fuera del alcance de la gente pobre, extremadamente pobre que no tiene ni para comer, menos para pagarle a un médico por una receta.
Paola Suárez nos dice que de acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), 40 por ciento de las reacciones adversas por el consumo de medicamentos en México se deben a los antibióticos. Incluso la Asociación Médica Mundial advirtió desde 1999 sobre el grave problema que representa para el mundo la resistencia bacteriana, consecuencia directa de la ingesta no controlada de antibióticos.
Según Ricardo Santoyo Valenzuela, ex presidente de la Sociedad Mexicana de Gastroenterología, el abuso de antibióticos puede causar enfermedades potencialmente mortales como la colitis seudo membranosa, una complicación en pacientes que han recibido tratamiento antibiótico o han sido sometidos a una operación gastrointestinal.
Por ello, a partir de este 25 de agosto entra en vigor la nueva disposición de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) presentada ante el Consejo Nacional de Salud, la cual prohíbe expresamente la venta de antibióticos sin prescripción médica.
El objetivo de esta medida es evitar los potenciales riesgos a la salud que causa la automedicación de estas sustancias, obligando a los pacientes a contar con el consentimiento de un profesional en cuanto a la dosis y el tiempo de suministración precisos.
De lo anterior no dudamos, pero antes de aprobar una ley, los legisladores y el gobierno federal debieron pensar en la situación económica que existe en el país, en la gente que tiene incluso la necesidad de emigrar a otros países en busca de oportunidad de empleo y con ello obtener recursos para sostener a su familia. Si todos los mexicanos tuviesen empleo bien pagado, estarían en condiciones en pagar médico cuantas veces sientan una molestia en su salud.
Los médicos dicen estar de acuerdo con la ley, porque por encima de la extrema pobreza que prevalece en millones de mexicanos, ello –los médicos- tendrán la opción de extender más recetas; pero por otra parte las farmacias se verán afectadas en sus ventas o puede presentarse lo que se le conoce como “mercado negro”, es decir la venta de los antibióticos en lo oscurito, de contrabando, a través de “coyotes”; en fin pueden presentarse diversas circunstancias adversas, porque la gente se las ingenia y sobre la oferta la demanda para la venta de esos medicamentos, de los cuales -hasta ahora se percatan- que son causa de reacciones negativas en el organismo.
A pesar de ser ésta una medida positiva que procura la salud de los mexicanos, quedan aún algunos obstáculos por superar. Por ejemplo, cómo evitar que esta disposición encarezca el servicio de consulta médica, y cómo hacerla efectiva en un país donde de 100 mil dispensarios médicos a penas el 10 por ciento están certificados, según datos proporcionados por Antonio Pascual, presidente de la Asociación Nacional de Farmacias.
Por otra parte, sólo el 1% de las farmacias en México cuentan con un médico profesional, aun cuando la ley prevé esto como un requisito indispensable. Así, queda claro que faltan otras medidas que complementen esta disposición para hacerla eficiente.
Por lo pronto se sancionará con multas económicas y hasta con la clausura a las farmacias que expidan antibióticos sin receta…Por hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hotmail.com, hasta pronto y buen inicio de semana
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