Hostigamiento e inseguridad social en empresas
Operan el marco de la impunidad
Por Luis González Romero
Poza Rica, Ver.- Empresas contratistas procedentes de diferentes lugares y que trabajan para Petróleos Mexicanos operan en la impunidad. Decenas de trabajadores se quejan del hostigamiento, inseguridad social, pago de salarios a destiempo y en fracciones, sin prestaciones, mal trato. Buscan la unidad para exigir sus derechos, pero ninguno decide enfrentar a sus patrones por la vía legal.
Calzada de Construcciones, S. A. de C. V. (CALCO), ubicada a la altura del Kilómetro seis, del municipio de Tihuatlán, es una de las que no define tiempo de operaciones en la región norte de Veracruz y sin razón social que le identifique.
Se dedica a la construcción de plataformas, carreteras y terracería, dicen los empleados, que omiten nombres por temor a las acciones represivas de los ejecutivos de la misma.
Aunque no es la única, difícilmente se le puede localizar ya que pocos habitantes saben exactamente cual es cual de las cuatro empresas que operan en menos de 500 metros sobre la carretera federal México-Tuxpan, sin identidad para eludir responsabilidades.
La segunda quincena de febrero terminó sus actividades y más de 60 empleados de CALCO recibieron sus salarios en parcialidades. Algunos aun están pendientes, otros desesperados porque sus familias viven en la incertidumbre.
Sin embargo, ante el fenómeno de falta de empleo, todos prefieren seguir en el centro de trabajo, consiguiendo dinero prestado para invertir en los gastos. Aun existe la confianza de que les paguen.
Pero el residente de obra de CALCO, Antonio Arrieta usa la soberbia y el despotismo. Dos quincenas atrás y los trabajadores bajo el sol, con frío o calor, resolviendo el trabajo en pozos petroleros, pero tratados al margen de La Ley Federal del Trabajo y las garantías que les concede.
“El que quiera recibir su pago, que venga”, dijo el funcionario de la empresa a sus empleados. Ellos saben que recibirían su paga sin comprobante.
Pero aún hay más, salarios incompletos e impuntuales. Para poder trabajar, cada uno de ellos carece de equipo necesario para cumplir con sus labores, o es el overol, las botas, o es el casco, los guantes. Lo que les falte, deben conseguirlo con sus propios recursos. No se respetan los derechos laborales.
Hablaron de inconformidades, de unidad, de ir todos juntos para “hacer presión” y exigir lo que ya tienen ganado. Pero no quieren que salga a la luz pública, “no fotos porque nos van a fregar”.
Ninguno se atreve a poner su queja ante la junta federal de conciliación y arbitraje, en Poza Rica porque creen que nada se lograra a su favor.
No es la primera vez que trascienden situaciones laborales de este tipo, relacionadas principalmente con el outsourcing. Eulen, es otra empresa que labora en el área de intendencia para el sector salud, recluta a personas mayores de 50 años. Anteriormente, sin goce de un buen salario, con maltrato de sus superiores y realizan actividades fuera de su capacidad.
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