viernes, 13 de abril de 2012

RESPONSABLE DE LA DEUDA EN QUINTANA ROO Y SU MECANISMO


RESPONSABLES DE LA DEUDA EN QUINTANA ROO Y SU MECANISMO

Entre las deudas  públicas de Coahuila  y Quintana Roo hubo algo en común: la ilegalidad a que se recurrió para endeudarse, uno con falsificación de documentos oficiales y el otro con la exhibición de pagarés de deuda de corto plazo que ocultamente paso a deuda de largo plazo

Por Agustín Ambriz / Luces del Siglo
Se autoriza reproducción con crédito a la Revista y al autor

Cancún, Qna. Roo., a 13 de abril de 2012

Después de que el gobierno federal dio con los principales responsables de la deuda pública de Coahuila, ahora sus baterías se enfocan a la deuda del estado de Quintana Roo, donde se ha descubierto que los operadores no recurrieron a la falsificación de documentos, pero sí a otros mecanismos igualmente ilegales como la contratación de deuda de corto plazo apalancados con pagarés con vencimiento de 60 días, que nunca se liquidaron e indebidamente pasaron a engrosar la deuda de largo plazo. 

La ruta crítica de la enorme deuda pública de Quintana Roo conduce necesariamente a dos personajes que fueron los principales operadores: Fredy Marrufo Martín, ex secretario de Hacienda del estado y actual presidente de la Comisión de Hacienda del Congreso Local, así como César Euan Tun, director del Instituto para el Desarrollo y Financiamiento del Estado de Quintana Roo (Indefin). 

El caso es que tanto Coahuila como Quintana Roo han tenido que vivir procesos forzados de reestructura de sus deudas públicas, cuando estos procesos en general se dan como estrategias para proyectar a futuro, aquí se utilizaron como la única opción de supervivencia, esto como resultado de malas o mal encaminadas decisiones financieras que ocasionaron la debacle de estas dos entidades.

Antes del refinanciamiento que hiciera el gobierno estatal a finales del año pasado, la deuda pública de Quintana Roo estaba compuesta casi en un 50 por ciento con deuda de corto plazo y el restante 50 por ciento con deuda de largo plazo. Esto es, según los datos oficiales, 5 mil 400 millones de pesos registrados como deuda de corto plazo. 

La Ley de Deuda Pública del Estado la define como aquella deuda que tiene un plazo máximo de pago de 180 días (este es el texto actual pero la mayoría del tiempo del mandato de Félix González estuvo en un plazo de 60 días), con la “enorme particularidad” de que en la contratación de deuda de corto plazo no es necesario tomarle opinión o aprobación al Congreso estatal. Esto quiere decir que el gobierno de Félix González Canto, hizo crecer la deuda del estado en 5 mil 200 millones de pesos en préstamos a corto plazo a espaldas del Legislativo y en connivencia con la Banca Comercial.

¿Cómo pudo generarse una deuda tan grande? Los especialistas señalan que fue fácil convencer al entonces secretario de Hacienda, Fredy Marrufo, de firmar pagaré tras pagaré, con la única intención de que el Congreso del estado no se diera cuenta del crecimiento oculto de la deuda. Visionario como es, Félix lo previó todo y logró que Fredy Marrufo se colara como diputado local y presidiera la Comisión de Hacienda del Congreso del Estado. Ello con la finalidad de que Freddy limpiara su propio cochinero, como juez y parte, lo cual es totalmente ilegal.

El segundo operador, César Euan, fue el encargado de arreglar los encuentros de banqueros ávidos de prestar recursos a entidades como Quintana Roo a cambio de gratificantes bonos hacia dentro de sus instituciones, y también dádivas que se repartían hacia el interior de las dependencias.

Crédito exprés. La otra mitad de la deuda de largo plazo, por 5 mil 200 millones, se contrajo en su mayoría faltando escasos cinco meses de que concluyera la administración de González Canto. Precisamente, el último crédito de este paquete que autorizó el Congreso fue de 2 mil 700 millones de pesos, en octubre de 2010. En la exposición de motivos, se explicó que parte de esta deuda era precisamente para pagar parte de los pasivos a corto plazo y también para el pago de paripazu (aportación estatal en convenios con la federación de obras en donde confluyen recursos de las dos esferas). Desafortunadamente estas dos situaciones no se cumplieron, es decir no se pagó parte de la deuda de corto plazo, ni tampoco se contribuyó con la aportación de los pari passu. 

¿Dónde quedó este dinero? Es una pregunta cuya respuesta la tienen precisamente los operadores de Félix: Fredy Marrufo Martín y César Euan Tun.

En octubre de 2010, César Euan tuvo muchos problemas para “colocar” la solicitud de la útima deuda con los bancos comerciales, puesto que algunos de ellos preguntaron: “¿Para qué quiere tu gobernador 2 mil 700 millones de pesos a escasos cinco meses de concluir su mandato?”, a lo cual el funcionario sólo balbuceó. A pesar de la reticencia de los bancos, el gobierno de Félix consiguió el total del crédito. El último de ellos, por la cantidad de 700 millones de pesos, alcanzó a contratarse en la última quincena de marzo del 2011, apenas unos días antes de dejar la gubernatura.

Lo que viene. Quintana Roo ha accedido a la reestructura de su deuda mediante la contratación de varios créditos, tanto con instituciones comerciales como la banca de desarrollo, y en cada uno de estos contratos ha convenido el establecimiento de plazos de gracia en donde estaría accediendo al pago de intereses por un plazo aproximado de dos años, pasados los cuales habrá que iniciar con el abono a capital.

El panorama no es nada alentador si se toma en cuenta que la conformación de los ingresos de una entidad federativa, provienen dominantemente de la Federación, en promedio es el 85 por ciento de los ingresos propios de cada entidad. De esta manera, a los estados les ha sido más fácil estirar la mano que cobrar directamente los impuestos, porque de antemano al contribuyente no le gusta pagar impuestos y una buena parte de su razonamiento es que desconoce con certeza si este dinero va a parar a obras o al bolsillo de funcionarios o a su dispendio. 

Por lo tanto, las entidades federativas prácticamente “viven” de las participaciones federales y con estas pagan su gasto corriente, además financian obras para la colectividad ¿Qué puede hacer una entidad en donde casi el 70 por ciento de sus participaciones ya está comprometida para el pago de la deuda? Eso quiere decir que por cada peso que tiene derecho el gobierno estatal para sus gastos, sólo podrá disponer de 30 centavos. 

Mientras tanto, el reloj sigue caminando, el plazo de gracia se consume y el estado debe prepararse para contar con mejores finanzas y mejores perspectivas que la actual, o en caso contrario deberá nuevamente sentarse para analizar su funcionalidad financiera con la banca antes de ser alcanzada por el colapso financiero.


Según cifras del gobierno de Joaquín Hendricks, en 2005 la deuda pública de Quintana Roo se ubicó en mil 260 millones de pesos. Con estas cifras inició el mandato de Félix González Canto, quien a lo largo de sus seis años como gobernante dejó una deuda que se reestructuró en cinco bancos por la cantidad de 10 mil 728 millones de pesos, un crecimiento del 751 por ciento , con lo que el estado está en la lista de los más endeudados sólo detrás de entidades como Coahuila y Nuevo León y por sobre Chihuahua, Distrito Federal, Michoacán, Baja California, Sonora, Jalisco, Tamaulipas y otros.

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