jueves, 9 de septiembre de 2010

PUNTO Y COMA

Punto y Coma

Aumenta índice de explotación sexual
Hasta como un mal necesario
Negocio de muchos y de muchas

Por Luis González Romero

La explotación sexual siempre ha existido, claro, ahora más que antes y de manera descarada y pública mediante anuncios por medios impresos, televisivos, Internet, telefonía convencional o celular; en fin es un comercio que deja mucho dinero a los explotadores o regenteadotes, además de que en millones de casos el negocio es personal y directo; es decir sin intermediarios; pero de las ganancias hasta los policías de rancho le toca una piscachita.

Los burdeles, las zonas de tolerancia, los burlesques, las casas de cita, las que “trabajan” por su cuenta, la venta de niñas, la prostitución infantil de niñas y de niños, la pornografía y tantas cosas que siguen apareciendo, ahora a la mujer se le utiliza semidesnuda para anunciar llantas, refacciones, zapatos, lociones, hoteles, lencería y se les exhibe vestidas y desvestidas en concursos de belleza, en fin, la explotación de la mujer sigue adelante acorde a los adelantos tecnológicos.

A la prostitución durante todos los tiempos se le ha considerado como un mal necesario, pero al mismo tiempo de trasmisión de enfermedades. Antes las madres solteras y otras con marido, acudían a las zonas de tolerancia, a los burdeles, a las cantinas para prestar sus servicios, en donde se quitaban la máscara y no andaban a escondidas. No eran de reputación dudosa, sino declarada y de alguna manera eran señaladas por la “sociedad” pero bien apreciadas por el sector masculino y los o las regenteadoras de esos establecimientos.

Allá por los años “setenta” fue un escándalo nacional el caso de Las Poquianchis de Guanajuato –como las que se ven en el Films de La Ley de Herodes- y la prensa amarillista impresa, porque la TV aún no le entraba a esa información, dio cuenta de cómo operaban Las Poquianchis, que tenían como esclavas a las chicas, a las que no se les permitía salir en lo absoluto, prácticamente estaban secuestradas, les pagan una miseria y por encima de eso eran maltratadas físicamente por las lenonas y por los “padrotes”.

Cuando las autoridades descubrieron ese gran caso de lenocinio, las regenteadoras fueron detenidas, procesadas y encarceladas, sentenciadas a muchos años de prisión, en tanto que a las “chicas” se les dejó en libertad y fueron atendidas por personal médico de la Secretaría de Salud, porque muchas de ellas estaban enfermas, cuadros de anemia, tuberculosis y males transmisibles, como gonorrea, sífilis, chancros, crestas y otras infecciones graves.

Pero el negocio de lenocinio existía en todas partes y con permiso de las autoridades municipales y sanitarias, como en las cantinas, casas de citas y más después en hoteles y moteles y en la actualidad por el Internet, celular, casas de masajes, por televisión, revistas, edecanes que las alquilan para servicio completo y que son manipuladas por personas que hacen el gran negocio y que las tienen bien controladas vía celular y, las que se ofertan por televisión para el sexo cibernético y que cobran a razón de 35 pesos el minuto.

La pornografía es otro de los grandes negocios, a través de película, video, revistas, Internet y las chicas (Poza Rica al Desnudo) de la vida alegre que de manera personal y por celular se ofertan y otras que también se anuncian en los medios impresos o electrónicos, como una forma de vivir, de obtener ingresos de manera directa, sin intermediarios en tanto que muchas mas se dejan manipular por quienes practican el lenocinio…Por hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hotmail.com, hasta pronto.

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